Paradojas de un mercado internacional en el que los activos baten récords de precios negativos, la deuda argentina registró un particular movimiento: en paralelo al rechazo de los acreedores a la oferta del ministro de Economía, Martín Guzmán, para la reestructuración de los títulos bajo ley extranjera, que deja al país un paso más cerca del default, el precio de esos mismos bonos que el Gobierno busca renegociar registraron una marcada suba desde que empezó a conocerse la propuesta el jueves por la tarde. El alza se da incluso cuando se descuenta que el Gobierno no pagará mañana el vencimiento de USD 507 millones sino que recurrirá al período de gracia para reforzar el mensaje de inflexibilidad en la negociación.
Fue el viernes pasado cuando se produjo el primer salto, a la espera de los detalles técnicos de la propuesta oficial que se conocieron tras el cierre del mercado. Ayer, la suba perdió fuerza y se produjo focalizada en aquellos títulos que serían menos castigados por la oferta de Guzmán, o incluso beneficiados. Fue el caso del AC17, o el “bono del siglo”, el célebre título a 100 años emitido por el ex ministro de Finanzas, Luis Caputo, al que se le adelantaría 60 años el vencimiento del capital y también el del PARY. Así, el riesgo país cayó 0,8% tras la caída más marcada del viernes.
Esto a pesar de que se confirmó la contundente negativa de los acreedores a aceptar los términos de la oferta del Gobierno. Pero, aunque parezca una contradicción y un movimiento inverso al previsto inicialmente por los asesores financieros, lo cierto es que la suba tiene más de una explicación.
El alza en el precio de los bonos se da incluso cuando se descuenta que el Gobierno no pagará mañana el vencimiento de USD 507 millones sino que recurrirá al período de gracia para reforzar el mensaje de inflexibilidad en la negociación.
La primera que salta a la vista es que la propia oferta aumenta los precios que reflejaba el mercado. Aún cuando existe una gran distancia entre los cálculos de Guzmán y los fondos de inversión respecto al valor de la propuesta, el precio de los bonos por debajo de los USS 30 estaba incluso por debajo del valor de la oferta según los peores cálculos de los acreedores.
La cuenta para los analistas es sencilla: asumiendo que, tras la renegociación, los nuevos títulos argentinos reflejarán una prima de riesgo de 1.000 a 1.200 puntos básicos, es decir una tasa de descuento de 12% (exit yield) que estiman los acreedores, la cotización actual de los bonos se ubica en los USS 32. “Todos los países emergentes tienen hoy una tasa de riesgo de 800 pb, países que no han tenido defaults ni tienen crisis de deuda y que tienen una economía más estable que la nuestra. Creer que la Argentina va a pagar lo mismo que esos países, cuando ni siquiera se conoce el plan económico detrás de la oferta, no tiene sentido” aseguró José Echagüe, de Consultatio, para quien la suba de las últimas jornadas está relacionada no sólo a que el mercado equiparó los precios sino que, además, parecería estar convencido de que el Gobierno va a mejorar la oferta.
Si el mercado creyera que Guzmán no va a dar el brazo a torcer, el precio de los bonos se hubiera derrumbado ante el rechazo contundente de los acreedores, que sería equivalente al default. Pero no es el caso. Por el contrario, es cada vez mayor la expectativa respecto de una mejora.
El mercado entiende que es una oferta para empezar a hablar, pese a los esfuerzos del Gobierno de presentar las condiciones como un tómalo o déjalo.
“En apenas 24 horas y sin que intermedie un pedido formal, el Gobierno mejoró la oferta notablemente del jueves para el viernes”, dice el último reporte de Consultatio, que el jueves valuó la propuesta de Guzmán en USD 25, cifra que aumentó a USD 32 con los detalles del viernes.
Aunque los cálculos difieren entre inversores, analistas y asesores financieros, siempre de acuerdo al supuesto de exit yield aplicado -que va de 10% a 14%-, la convicción de que es una oferta para empezar a hablar es extendida, pese a los esfuerzos del Gobierno de presentar las condiciones como un “tómalo o déjalo”.
“Todavía falta mucho. Mañana seguramente no se pague el vencimiento, pero hay 30 días para seguir negociando y, aún en esa instancia, todavía sin acuerdo, el Gobierno puede pagar ese monto con reservas y seguir la discusión”, afirmó José Bano, gerente de Research de InvertirOnline. Claro que a partir del mes próximo empiezan a operar también otros vencimientos, con lo cual el margen inevitablemente se achica.
Existe una tercera explicación al aumento de las cotizaciones de los bonos argentinos, que tiene menos adscriptos: la posibilidad de que se trate de un reacomodamiento de carteras de algunos inversores que buscan reforzar sus posiciones de bonos argentinos con el objetivo de tener mayor peso a la hora tanto de acordar nuevas condiciones de pago o bien bloquear el acuerdo.
Seguí leyendo: