La caída del petróleo Brent le pone más presión a la baja al precio del combustible en el país

La cotización que se utiliza en la Argentina cayó a su menor valor en los últimos 18 años mientras se reduce la demanda y se agota la capacidad de almacenamiento

La escasez de almacenamiento empuja el precio a la baja

La histórica caída del petróleo Brent le pone más presión a la baja al precio del combustible en el país.

La pandemia del coronavirus está pasando por la tierra como si fuera un mar de langostas que se va comiendo diferentes sectores económicos. Las aerolíneas, el comercio internacional, las fábricas y ahora el petróleo.

Con más de la mitad de la humanidad en sus hogares en cuarentena, casi nula la aviación comercial y una caída global del movimiento marítimo, el consumo de combustible cayó y los lugares de almacenaje comenzaron a escasear.

Esto hizo que cayera fuera el precio del petróleo en los Estados Unidos (West Texas Intermediate WTI) al punto que los valores futuros quedaran en negativo. Hoy, esa mancha cruzó el océano y golpea fuerte a la otra cotización, la que se toma en Europa y el Brent (que debe su nombre al yacimiento británico en el Mar del Norte) cae casi un 20% a poco menos de USD 20 el dólar el barril, el valor más bajo de los últimos 18 años.

Plataformas petrolíferas en la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en la provincia patagónica de Neuquén

El problema es que al ruido que generó la caída de ayer en el mercado local hoy se le sumó la del Brent que sí es la que se toma en la Argentina. Esta caída sí preocupa a los productores locales y también a los gobernadores de las provincias productoras.

Para las empresas productores el problema que se presenta es que observan que el costo de extraer un barril de petróleo en zonas como por ejemplo Vaca Muerta supera ampliamente el valor de mercado, por lo que no sería económicamente viable. Además, tampoco hay espacio para almacenar el excedente a la espera de que el consumo vuelva a repuntar y los precios comiencen una curva ascendentes. Ni hay mercado externo que permita exportar ya que, lo que está mostrando esta caída de las cotizaciones es que el recorte de la producción mundial no es suficiente y que aún hay mucho excedente.

Tanques de almacenamiento de petróleo en esta vista aérea del centro de distribución de Cushing en Oklahoma, EEUU.

Por el lado de las provincias productoras, el problema es que se le presenta a los gobernadores es que en medio de la caída en la recaudación por el freno que está teniendo la economía local que se suma a la recesión, ahora observan que las regalías que se cobran sobre el valor del barril tamién caen como en un tobogán.

Además, esta situación empantana las aspiraciones de las provincias de que el Gobierno viabilice la vuelta del “barril criollo” por el que se propone pagar más del doble del precio del barril internacional por la producción local. De ponerse en práctica esto, la intención es que aunque hoy se está pagando USD 21 por barril en el mundo en la Argentina se pagaría USD 45 por cada uno de ellos producido localmente.

Pero mientras esta situación persista será tan difícil que el Gobierno avance en una medida como esta como que Vaca Muerta sume nuevas inversiones. No sólo eso sino que las compañías que operan en la zona ya comenzaron a cerrar pozos que están operativos.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, compró petróleo para los EE.UU.

La pandemia terminó agudizando la caída en la producción global. La Organización de Estados Petroleros (OPEP) bajó la producción global pero las estimaciones siguen siendo que sería necesario aumentar ese recorte teniendo en cuenta que los precios que se observan a la baja son los contratos futuros a junio y julio.

El exceso de oferta del West Texas Intermediate, que se toma como referencia en los Estados Unidos y que hicieron que ayer sufrieran la mayor caída de toda su historia y que entrara por primera vez en terreno negativo ante los problemas de sobreoferta generados por el coronavirus se extendió al Brent y en la Argentina no hace más que generar un nuevo problema a la situación límite que se vive en la industria petrolera y, en particular, la de Vaca Muerta que llevó a que se acordara con los sindicatos una rebaja de 70 por ciento de los salarios.

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