Los principales tenedores de deuda Argentina en moneda extranjera y regida por las normas de tribunales en el exterior se organizaron en tres grupos de acreedores, cada uno con su propia representación legal. Se trata de empresas muy diferentes en sus formas, especialidades y objetivos a la hora de invertir. Congeniar las particularidades de cada uno de ellos va a ser un desafío para el ministro de Economía, Martín Guzmán, en los apenas 20 días de negociación en los que se propone alcanzar un acuerdo que permita reducir la carga de la deuda sin caer en default.
La estrategia de Guzmán de hacer una oferta agresiva y dar un plazo corto para obtener respuestas de los acreedores se enfrenta a distintas actitudes de acuerdo al fondo del que se trate. No es lo mismo tratar con Blackrock o Fidelity, algunos de los fondos más grandes del mundo y especializados en inversiones de mediano a largo plazo, que sentarse en la mesa con una firma pequeña pero orientada a deuda en problemas como VR Capital.
Mientras que los primeros están especializados en rendimientos y números, los últimos se destacan por su conocimiento de los tribunales. En esa línea, el universo de empresas con las que deberá enfrentarse el Gobierno es muy heterogéneo.
Los especialistas dividen a los fondos de inversión en cuatro grandes grupos. Los de real money, los hedge funds, una variante de hedge funds especializada en deuda en problemas -distressed- y, por último, los que podrían considerarse fondos buitre.
“Los fondos de real money miran un poco más allá del corto o mediano plazo. Tienen una cartera, si se quiere, más estable. En general se sujeta a un benchmark -un índice de referencia- para armar su cartera, con la idea de ir tomando algún desvío sobre este índices y ganar por encima de él”, explicó Nicolás Max de Criteria.
“Uno de estos fondos estaría de alguna manera obligado a tener Argentina porque su índice de referencia lo tiene. Salvo que tenga una visión muy negativa en un momento especial, que le permitiría evitar exponerse. Pero construyeron sus tenencias cuando creció la participación de la Argentina en índices, ahí tomaron posiciones. Un problema que tuvieron es que apostaron por una visión muy positiva de la Argentina y se expusieron mucho más allá de lo que marcaban los índices”, agregó Max. “Esos fondos van por el camino de tratar de maximizar el valor de lo que les entreguen en canje porque es lo que les va a repercutir en mejor resultado, no van por el litigio”, concluyó.
En el mercado, la visión es que ese tipo de inversores son quizás los que tendrán la postura más constructiva a la hora de negociar.
“No me preocupa un Blackrock, lo que yo espero que hagan es que busquen el mejor arreglo posible y esperen una ganancia del 15% al 20% en esos bonos para venderlos y salir de la posición”, dijo un asesor local que prefirió el anonimato porque asesora a varios de esos bonistas.
Entre los fondos de real money se puede enumerar, además de Blackrock, a Fidelity Investments, Templeton o PIMCO. Son los principales tenedores de deuda argentina.
No me preocupa un Blackrock, lo que yo espero que hagan es que busquen el mejor arreglo posible y esperen una ganancia del 15% al 20% en esos bonos para venderlos y salir de la posición
En un segundo escalón se ubican los hedge funds, más pequeños y especulativos en sus estrategias de inversión. Más aún, algo más duros a la hora de negociar porque están cerrando apuestas de más corto plazo.
“Después tenés hedge funds que están buscando ganancias mucho más rápidas. No siguen benchmarks, ellos invierten porque ven una oportunidad, porque creen que ven valor en algo y lo pueden tomar con rapidez. Ese sería un hedge fund tradicional. No tienen una masa tan relevante de bonos, son más free riders atentos a cómo aprovecharse de lo que pueda generarse entre las posiciones grandes, como la de los fondos real money y la del Gobierno. Son especuladores, podríamos decir”, señaló Max.
Entre los que se podría mencionar como miembros de este grupo están fondos como Ashmore, Greylock o T. Rowe Price.
Por último, están los fondos más especializados. Los que, entre las distintas posturas beligerantes que ofrecieron los bonistas en las últimas horas, coquetean más con la posibilidad de un default.
Los fondos de real money son los que invirtieron en la mayor parte de la deuda emitida desde 2016, durante la presidencia de Mauricio Macri
“Por último están los especializados, buitres o distressed. Parte de su equipo está más orientado a lo legal y no tanto a lo financiero”, comentó Max.
“Monarch sería todo lo contrario de Blackrock, porque ellos te dicen en lugar de recibir el primer pago en tres o cuatro años vamos a juicio. También les conviene arreglar, pero abajo 50 centavos por dólar se van a poner duros”, dijo el mismo analista que prefirió el anonimato.
De acuerdo en gran medida a su postura más o menos belicosa, la mayoría de los fondos decidió unirse en comités con asesoramiento legal para concentrar sus posturas y negociar de una manera más ágil con el Gobierno argentino.
Colaborativos, constructivos y beligerantes
Research for Traders hizo un análisis de estos tres grupos que, hasta cierto punto, responden a estas clasificaciones. Cada grupo de bonistas tendría una postura más o menos dura, según las necesidades de los fondos que representa.
En esa clasificación, hablaba de los primeros fondos como los de una postura más colaborativa.
Ese grupo está “liderado por Blackrock, Fidelity y otros, quienes han contratado a White & Case LLP como asesores legales. (...) El gobierno espera que estos acreedores opinen sobre los borradores iniciales de su propuesta de reestructuración, y que den su opinión sobre el plan económico propuesto por Argentina. Sin su apoyo, la reestructuración de la deuda soberana de Argentina casi seguro fracasará”.
“Los acreedores colaboradores son los mayores clientes de los bancos aseguradores y son los compradores habituales de bonos soberanos, provinciales y corporativos argentinos en los mercados primarios. Según el gobierno, representan aproximadamente el 60% de todos los bonos en circulación”, agregó.
Estos acreedores se expresaron a través de un comunicado distribuido esta mañana.
Un segundo grupo de acreedores, según la clasificación de Research for Traders, serían los “constructivos”, agrupados alrededor del asesoramiento de Mens Sana. También, hicieron conocer su rechazo al acuerdo.
“Un segundo grupo de 80 inversores institucionales propietarios de bonos del gobierno argentino han contratado a Mens Sana y UBS como asesores financieros antes de la reestructuración soberana. (...) el comité dijo que un grupo de grandes instituciones titulares de títulos de deuda en circulación emitidos por la República Argentina colaboran actualmente con el objetivo de facilitar un diálogo constructivo con la nueva administración de la República”, detalló el análisis.
Greylock Capital Management, T. Rowe Price y GMO serían parte de ese grupo, que no reveló sus integrantes. “GMO fue uno de los acreedores más prominentes durante la última saga de bonos del soberano y su litigiosa pasado puede traducirse en duras negociaciones por parte de este grupo de acreedores”, señaló Research for Traders.
Por último, siguiendo la misma clasificación, queda la categoría de los “litigiosos”.
VR Global Partners, Monarch y GMO aparecen como los fondos con más vocación de pelea ante la propuesta de la Argentina
En este último grupo se destaca Monarch Alternative Capital LP, una empresa de inversión de Nueva York que está asesorada por Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, el estudio que incorporó en enero a Dennis Hranitzky prácticamente para ponerlo a cargo del conflicto por la deuda argentina. Hranitzy abordó personalmente la Fragata Libertad para embargarla en Tema, Ghana, en octubre de 2012. En ese momento asesoraba al fondo NML de Paul Singer. Y hoy hizo conocer su rechazo a la propuesta de deuda.
“Este tipo de compradores prometen una vez más hacer mucho ruido durante el próximo reestructuración. Según Bloomberg, Monarch Alternative Capital LP, una empresa de inversión de Nueva York que se centra en las deudas en apuros, ha organizado recientemente un Comité de Tenedores de Bonos (...) A Monarch se le unen otros 20 acreedores, incluyendo VR Capital, una empresa de inversiones relacionada con VR Global Partners que litigó contra Argentina durante la reciente saga de los holdouts”, concluyó Research for Traders.
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