Los números asustan. Más del 90% de los productores vieron reducidas sus ventas en más de un 90% desde el 16 de marzo. Por la ruptura de la cadena de pagos, más del 50% estiman que no podrán cobrar la mitad de los productos ya vendidos. El 30% ya sabe que más del 50% de sus clientes no volverán a abrir puertas después de la cuarentena. Casi todos están convencidos de que cesarán operaciones en menos de 60 días si el Estado no lo ayuda ya.
Los datos podrían ser de varios sectores de la economía argentina en medio de la cuarentena, pero surgieron de un relevamiento entre sus socios que hizo la Cámara de Cerveceros Artesanales de Argentina, una entidad que nuclea a más 600 empresas de todo el país, un rubro que emplea en forma directa a 6.500 familias y otras 25.000 de manera no directa. Uno de los sectores de moda en el segmento de alimentos y bebidas que ya venía muy golpeado por la caída del consumo.
Es una situación límite. En marzo, haciendo un enorme esfuerzo se pudieron pagar salarios, en abril será muy complicado y mayo es una quimera, es el futuro lejano
“El 90% del sector emplea a menos de 10 personas. Casi todas son empresas que no envasan y venden en barril su producción en bares restaurantes y hoteles. O sea, no tiene dónde vender”, detalla Pablo Fazio, fundador de Otro Mundo, una de las pioneras a nivel local, y miembro de la Cámara.
- ¿Cómo describiría la situación del sector?
- Es una situación límite. En marzo, haciendo un enorme esfuerzo se pudieron pagar salarios, en abril será muy complicado y mayo es una quimera, es el futuro lejano. La cadena de pagos del sector está completamente quebrada. Los cheques vienen rebotados o llaman desde los restaurantes y hoteles desesperados para que no los depositemos. No pueden cubrirlos, no tiene forma de hacerlo. No es que un día se volvieron locos y dejaron de pagar: es gente que viene muy golpeada; ya tenían la soga al cuello y esto los mata. Los bares no puede pagar sueldos ni alquileres, imaginate lo que pasa con los proveedores de cerveza. Yo tengo una pila de cheques de terceros que no conozco, que vinieron para atrás. La realidad es dramática: veníamos mal y ahora estamos frente al abismo.
Otro Mundo nació en 2002. Fazio tenía un bar en Las Cañitas en el que vendía cervezas importadas y el fin de Convertibilidad dio por tierra con su modelo. Empezó a investigar el mundo de la cerveza artesana, hizo cursos y con cuatro socios, luego de algunos años de desarrollo, lanzó su marca al mercado, en 2005. Mientras tanto mantuvo el bar un tiempo hasta que lo vendió para dedicarse 100% a la cerveza. “Tuvimos que evangelizar mucho. Hoy, todos saben que es IPA, APA y lager, pero cuando arrancamos, había rubia y negra y nada más. Buscamos emular lo que hizo la industria del vino con mucho laburo. Arrancamos con la idea de hacer un negocio de consumo masivo: embotellar y vender una marca. Miramos mucho lo que hizo la marca Samuel Adams en EEUU”, recuerda Fazio.
Fui hace unas semanas a ver las líneas nuevas con tasas al 24% y me dieron muchas vueltas. Me tuvieron de un lado para el otro pidiendo información post balance y flujos de fondos. No vi vocación de acompañar en este momento tan complejo a las pymes
- ¿Cuánta cerveza producen?
- Producimos 1,6 millones de litros por año en Salta... pero vamos a ver qué queda luego de todo esto. Vendemos en grandes cadenas, vinotecas y negocios más chicos, como supermercados chinos. Desde 2005 producimos en un formato de fasón, primero en Santa Fe y luego en Salta. Desde siempre compramos capacidad instalada en otras cervecerías, ese es el modelo productivo. Tenemos menos de 10 empleados.
- ¿Cómo están las finanzas de la empresa en medio de la cuarentena?
- Hoy, desde el punto de vista financiero, estamos relativamente sólidos, incluso con algo de reservas propias. Pero el flujo de caja que viene solamente nos genera incertidumbre. No puedo estar un trimestre sin ingresos.
- ¿Pidieron créditos en los bancos?
- No me fue bien con eso, para nada. Tenemos un legajo impecable desde hace 15 años, sin un sólo cheque rechazado en el banco Credicoop. En marzo terminamos de pagar la última cuota de un crédito con el que invertimos en equipos. Fui hace unas semanas a ver las líneas nuevas con tasas al 24% y me dieron muchas vueltas. Me tuvieron de un lado para el otro pidiendo información post balance y flujos de fondos. No vi vocación de acompañar en este momento tan complejo a las pymes. Yo tengo cero deudas con el sistema financiero y algo de dinero en la cuenta corriente, pero ¿qué le van a decir a otras empresas que la están pasando peor? El sistema financiero argentino sólo le presta al que no lo necesita.
- Desde el Gobierno reconocen demoras, pero dicen que se están agilizando las nuevas líneas.
- Le van a prestar a las pymes que están más sólidas. Las que están en la lona, al límite de sobrevivir, no van a tener solución. Quizás ayuden con el tema salarios, para evitar lo que ahora llaman “hiper desocupación”, pero cuando esto termine las pymes van a estar asfixiadas y sin capital de trabajo. Sin acompañamiento del sistema financiero va a ser imposible. Otro Mundo no está tan mal comparada con empresas que están a 15 días de cerrar. Como empresario del rubro de alimentos, exceptuado de la cuarentena y que aún produce, me gustaría pedirle al Estado que nos ayude a vender.
- ¿Cómo podría hacerlo?
- Haciendo que los supermercados les paguen a 7 días a las pymes, por ejemplo. Muchos les venden a las cadenas en calidad de rehenes: no es un negocio hacerlo por las comisiones adicionales por exhibición. Se cambia la plata y, además, te pagan tarde. Hay que revisar esas condiciones comerciales. En mi caso, si los supermercados me ofrecieran buenas condiciones y exhibieran el producto como corresponde, quizás compensaría buena parte de lo que no vendo en los bares y restaurantes durante la cuarentena. Luego habrá problemas para el día después: vamos a tener que poner en marcha a las pocas que queden.
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