A horas del anuncio de los principales lineamientos de la oferta de reestructuración de la deuda con los acreedores privados, el Fondo Monetario Internacional (FMI) expresó su apoyo a la Argentina en el proceso y se mostró expectante con que la negociación con los bonistas llegue a buen puerto.
En una conferencia de prensa que ofreció en el marco de la Asamblea de Primavera del organismo y el Banco Mundial –que se está realizando completamente por videoconferencias producto de la pandemia–, el director para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, afirmó que han estado analizando la propuesta en los últimos días y que tiene la “gran esperanza de que este proceso sea exitoso y que la Argentina pueda pasar a diseñar políticas para volver a crecer”.
“Nuestras autoridades han venido trabajando con el gobierno argentino en un documento técnico donde se evaluó la sustentabilidad de la deuda, y luego el ministro Guzmán hizo público ese paper. Observamos de cerca la negociación entre el país y los acreedores y en los últimos días estuvimos analizando la oferta, que acaba de ser anunciada”, planteó Werner. Sobre el próximo paso, que será el acuerdo con el FMI, el directivo del organismo reafirmó que están trabajando con ese cronograma con las autoridades argentinas.
“La década perdida”
Antes de someterse a las preguntas, Werner hizo un repaso de la situación por la que están atravensando los países de la región a raíz del coronavirus y enfatizó que América Latina y el Caribe enfrentan la "peor recesión económica desde que se comenzaron a producir estadísticas de cuentas nacionales en los años ’50″ y que llevará a que la región registre en 2020 una contracción del 5,2%. Debido a las medidas que todos los países están adoptando, sanitarias y económicas, la recuperación llegará en 2021, pero aún así, el período 2015-2025 será una “década perdida”.
Werner planteó que la mayoría de los países adoptaron medidas sanitarias importantes para contener la propagación del virus, como las prácticas de distanciamiento social y la restricción de las actividades no esenciales, así como el aumento de los recursos fiscales destinados a sanidad.
En el ámbito de la política económica, señaló el directivo del Fondo, los países recurrieron a transferencias directas a los hogares vulnerables (incluida la ampliación de programas existentes), flexibilización de los requisitos de acceso y expansión de los sistemas de seguro de desempleo, subsidios al empleo, desgravaciones y prórrogas tributarias temporales y garantías de crédito.
Tras ofrecer una breve introducción sobre cómo la región está sobrellevando la crisis y las medidas que se están adoptando, Werner se sometió a algunas preguntas. Sobre la Argentina, planteó que “se tomaron medidas importantes desde el lado de la salud y también se vio una reacción importante para cuidar a las familias más afectadas, dentro de los márgenes limitados que tiene el país”.
Nuestras autoridades han venido trabajando con el gobierno argentino en un documento técnico donde se evaluó la sustentabilidad de la deuda, y luego el ministro Guzmán hizo público ese paper. Observamos de cerca la negociación entre el país y los acreedores y en los últimos días estuvimos analizando la oferta, que acaba de ser anunciada (Werner)
Una de las preguntas apuntó a conocer su opinión sobre el dilema entre la cuarentena y el resguardo de la economía, a lo que el funcionario del FMI respondió: “No creemos que haya un dilema entre salvar vidas y apoyar la economía. En la medida en que las políticas de contención de la salud pública logren mitigar la transmisión del virus, esto permitirá que las economías se recuperen más rápidamente. Los dos instrumentos van de la mano”, aseguró.
Durante su presentación, Werner planteó que entre las medidas que se fueron tomando en los distintos países, los bancos centrales de la región han reducido las tasas de política monetaria y han tomado medidas para apoyar la liquidez y contrarrestar excesos de volatilidad en los mercados financieros internos.
También aseguró que las autoridades están enfrentando importantes retos de implementación. “Por ejemplo, es posible que los gobiernos no puedan llegar a los hogares vulnerables mediante transferencias tradicionales en lugares que carecen de sistemas amplios de asistencia social y donde predomina la informalidad. Además, es más complicado hacer llegar la asistencia a las empresas más pequeñas y las del sector informal”, consideró el directivo del organismo.
Werner sostuvo que en vista de que la pandemia, la recesión y las respuestas de política necesarias provocarán considerables aumentos del déficit público y la deuda, los países tendrán que crear espacio fiscal reduciendo el gasto no prioritario y mejorando la eficiencia del gasto. “Los países tendrán que cerciorarse de que las políticas adoptadas en respuesta a la crisis no sean percibidas como permanentes para que no se perpetúen y generen distorsiones, en especial la asistencia focalizada a ciertos sectores”, remarcó.
Según agregó, varios países de la región no podrán acceder a suficientes recursos para cubrir las necesidades financiamiento externo. Hasta ahora, de aproximadamente 100 países que han solicitado financiamiento de emergencia del FMI, 16 son de América Latina y el Caribe, cuya aprobación se irá analizando en los próximos días.
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