El dólar comenzó a ser un problema. Los alternativos llegaron a tocar $ 114, pero el Banco Central salió a absorber parte del exceso de pesos que había en la plaza y a través de la licitación de Letras de Liquidez (LELIQ) tomó de los bancos $300.000 millones por los que pagó 38% anual. De esta manera, captó $180.000 millones adicionales, ya que lo vencimientos eran de 120.000 millones.
Al conocerse el resultado, aminoró el aumento del contado con liquidación que cerró en $ 107,42 que representa una suba de 5% ($ 4,42) y del dólar Bolsa que finalizó la rueda con un alza de $ 5,24 (+5,1%) a $106,26.
El dólar libre continuó en $ 90 casi sin operaciones por las restricciones de la cuarentena al movimiento del público. En bancos y casas de cambio, el dólar tuvo un leve ajuste de 9 centavos y cerró a $67,52. De esta manera, el dólar solidario se elevó a $86,78.
El dólar mayorista tuvo una leve aceleración en la devaluación. Ahora el ritmo está en 0,20% diario contra 0,10% de la semana pasada. De esta manera, aumentó 12 centavos y quedó en $ 65,50.
Pero la brecha con los dólares alternativos subió a 63% y es un riesgo para la estabilidad de precios, porque los importadores se guían por el valor de los dólares más fáciles de conseguir que son los dólares Bolsa.
Por eso no extrañaría que el Banco Central, viendo cómo se devalúan las monedas emergentes y como se dispara el precio de los dólares alternativos, que son absolutamente legales porque no utilizan dólares de las reservas del Banco Central, podría acudir a aumentar la devaluación del dólar mayorista.
La economía esta vez le dio una alerta. No puede expandir pesos a través de la emisión y atiborrar a los bancos de una liquidez que los obliga a bajar las tasas para rechazar las colocaciones de plazo fijo porque no tienen a quien prestar.
De allí, que el Banco Central tomara $180.000 millones más de lo que necesitaba para cubrir sus vencimientos. De esta manera, absorbió parte de sus excedentes y calmó al dólar, que es buscado por quienes no logran colocar sus pesos a una tasa satisfactoria contra la inflación.
Pero la realidad es que los inversores se están cubriendo porque se avecina la negociación de la deuda en dólares con legislación extranjera y hay vencimientos por USD 503 millones de los intereses de tres bonos Globales que están sometidos a los tribunales de Nueva York. Se cree que el gobierno prorrogará treinta días este pago como lo permiten las condiciones de emisión de estos títulos. De esta manera ganaría tiempo sin entrar en default. El mercado no es optimista en lo que hace a esta negociación. Las diferencias, según los trascendidos, entre lo que pretenden los acreedores y lo que ofrece el Gobierno no son insalvables.
Según Federico Furiase, economista de la consultora EcoGo y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, “las propuestas están lejos y el mercado cree que a fin de mes no se pagarán los Globales, pero veo una luz final del túnel si el Gobierno prioriza estabilizar el mercado con una negociación exitosa de la deuda en dólares, antes que la teoría de la sostenibilidad de la deuda”.
Para el economista los acreedores propondrán un bono de USD 55 dólares, y una tasa de retorno de 10%, mientras la Argentina ofrece USD 40 de Valuación Neta total con un período de 4 años de gracia y con un cupón de 1% subiendo ese cupón hasta llegar a 4,5% el cuarto año que en equivaldrá a una tasa de retorno de 10%. “El tema para resolver este problema es la extensión del período de gracia para pagar la deuda y la capitalización de los intereses durante el tiempo que no se pagan los bonos”, señaló Furiase.
Si la negociación fuera exitosa, resurgirían los bonos en dólares con legislación argentina que fueron defaulteados el pasado 8 de abril, pero por ahora es una utopía.
A pesar de estas propuestas tan alejadas, tentados por el bajo precio de los bonos defaulteados, el Bonar 2020 aumentó 7,58% y el Bonar 2024, 6,26%. Estos títulos tuvieron demanda agregada de los que hicieron dólar Bolsa o MEP.
Los títulos más largos, no defaulteados y que inciden en el riesgo país, aumentaron hasta 6,28% como fue el caso del Discount con ley neoyorquina que puede quedar al margen de la reperfilación porque su capital vence a partir de 2024, aunque si no hay acuerdo y no se pagan los intereses durante este período, caerán en default. No hay que olvidar que estos títulos nacieron en 2005 para cancelar el default anterior y un doble default sería una cruz para la Argentina.
De todas maneras, el riesgo país bajó 42 puntos a 3.879 unidades. Hay quienes creen en una negociación más misericordiosa ante el daño que causa la pandemia. Después de todo, prefieren llevarse algo de la Argentina que está demolida por el Covid-19 y que está lejos de lograr un equilibrio fiscal para pagar la deuda, y podrían tolerar un alargamiento de plazos y los años de gracia si capitalizan los intereses.
Los bonos en pesos también subieron porque el gobierno adelantó que pagará todos sus vencimientos ya sea en efectivo o canjeándolos por nuevos bonos a más largo plazo. Por eso el Boncer 2020 subió casi 5% debido a que se pagaría o canjearía el 28 de abril.
La Bolsa, estuvo sólida, ayudada por el aumento de la demanda de los que hicieron dólar Bolsa o contado con liquidación. A las 13.00 el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, alcanzó una suba de 7,24%, pero después por leves tomas de ganancias terminó con un aumento de 6,58% con negocios por $ 1.092 millones, 70% por encima de la rueda anterior. Central Puerto (+10,81%) y Grupo Galicia (+10,06%) fueron lo mejor de la rueda.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencias de acciones que cotizan en Wall Street- tuvieron una buena rueda, siempre influenciados por las operaciones de contado con liquidación. IRSA Propiedades Comerciales, llevó la delantera con un aumento de 4,32%, seguido de Grupo Financiero Galicia con 4,25%. MercadoLibre aumentó 3,50% y está alcanzando su equilibrio porque en el año pierde apenas 1,73%. El año pasado este papel dejó una ganancia de 107% en dólares.
La rueda de hoy seguirá signada por el dólar y la propuesta a los acreedores. Se espera una negociación larga, pero hay esperanzas de un acuerdo.
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