El titular de un importante fondo de inversión con bonos argentinos afirmó que es posible que en el próximo mes se llegue a un acuerdo con el Gobierno en torno de la deuda.
Robert Koenigsberger, jefe de ejecutivos de finanzas de Gramercy, dijo hoy a Bloomberg TV que la Argentina necesita un alivio temporal para recuperarse y luego comenzar a pagarle a sus acreedores, tal como lo plantea el presidente Alberto Fernández.
En este sentido, consideró que es mejor que ofrezca un bono de reducción de intereses (denominado Front-loaded interest-reduction bond, o FLIRB) que pensar en un acuerdo para extender los plazos de pago, a través de un “standstill”, como propusieron otros bonistas y economistas.
Este título no pagaría intereses al principio, pero luego, a medida que el país recupere su capacidad de pago, permitiría abonarlos en forma creciente, detalló.
“Es más inteligente. Hay un profundo riesgo en la implementación de un standstill completo, porque hay que alcanzar las mayorías entre los acreedores”, explicó.
“Si se puede alcanzar una renegociación que brinda los beneficios de una extensión de plazos al principio, pero que a la vez permite un acuerdo mejor, ¿no es una mejor manera de avanzar?”, se preguntó.
Además, dijo que, pese al gran caos financiero generado por la pandemia, es posible llegar a un acuerdo en el próximo mes con el Gobierno, que planea lanzar su oferta para los bonistas pasado mañana.
“Es absolutamente posible llegar a un acuerdo. La Argentina y otros gobiernos necesitarán un tiempo para recuperarse. Creo que el mercado, antes de la pandemia, ya le había indicado al país que le iba a dar tiempo. Lo que necesita el país es un alivio en su flujo de caja, una ventana para recuperarse”, explicó.
“Se puede encontrar una solución y que no sea con un juego de suma cero”, aclaró.
Se puede encontrar una solución que no sea un juego de suma cero (Robert Koenigsberger)
Gramercy fue uno de los fondos que está en contacto permanente con la Argentina desde hace varios meses.
De hecho, sus ejecutivos viajaron a Buenos Aires para reunirse con el ministro de Economía, Martín Guzmán, y con el titular de la cámara de Diputados, Sergio Massa, al igual que sus pares de Fintech, BlackRock, Pimco y Ashmore, entre otros.
Aunque en este grupo no todos tienen la misma visión ni comparten la misma estrategia, sí los une el objetivo de que el país no caiga en default, a diferencia de los fondos de cobertura más agresivos que, si el precio de los bonos cae más, optarán por volver a litigar en los tribunales de Nueva York.
Esas discusiones presenciales se dieron antes de la explosión de la pandemia y luego siguieron en forma virtual.
Más que la tasa de salida (o exit yield) uno de los puntos centrales del debate es la capacidad de repago del país en el mediano plazo.
El gobierno ha planteado que no puede hacer ningún pago hasta 2024, mientras que los inversores quieren cobrar entretanto parte de los intereses de los bonos que tienen en su poder.
Tanto la Argentina como el Gobierno han expresado que, dado que la deuda soberana no es sostenible, debe haber una importante reducción de los pagos de intereses, un generoso período de gracia y una potencial quita del capital.
Sin embargo, varios economistas cuestionaron este análisis técnico que se basa en que la deuda ronda el 90% del PBI, cuando la deuda a renegociar es menor al 50% del PBI.
En el pasado, Gramercy fue un activo jugador del mercado en los canjes para salir del default que desarrolló el kirchnerismo en 2005 y 2010.
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