Híper liquidez: la base monetaria se duplicó en el último año y reabre la expectativa de aceleración de la inflación

La emergencia por el coronavirus y la caída de recaudación de impuestos llevan al Gobierno a utilizar la única vía de financiamiento del déficit que le queda: la emisión de pesos

El crecimiento de la Base Monetaria fue de más de $1,1 billones en el último año (Reuters)

La Argentina vive circunstancias excepcionales, con una recesión que lleva dos años y a la que se suma el freno de la economía por las medidas de prevención contra el coronavirus.

Las necesidades financieras del Gobierno para sostener los ingresos de la población de menores recursos y apuntalar a los sectores productivos más vulnerables, en el marco de la cuarentena, volvieron a activar la emisión monetaria, el principal propulsor de la inflación.

La inflación interanual llegó a un pico en 27 años en el segundo trimestre de 2019. El IPC del Indec reflejó un alza interanual del 55,8% en abril y junio del año pasado, y de 57,3% en mayo. Con una fuerte contracción monetaria a fines de agosto logró desacelerar hacia la zona de 50% en septiembre, mientras que probablemente en marzo de este año, por el mismo motivo, haya quebrado ese umbral del 50% después de 14 meses.

La Base Monetaria aumentó $1.123.000 millones en el último año, un monto que equivale al 4% del PBI

Tanto en el tramo final de agosto de 2019 como a comienzos de marzo de 2020 se produjo un hecho puntual que contribuyó a desacelerar la inflación: que el stock de Letras de Liquidez (Leliq) llegó a superar al de Base Monetaria.

Las Leliq son títulos de deuda que el Banco Central coloca a bancos, para esterilizar pesos excedentes del sistema financiero y restarle dinámica a la inflación. La Base Monetaria es la cantidad de dinero con la que funciona la economía: el circulante en poder del público, cheques cancelatorios y depósitos en cuenta corriente de las entidades en el Banco Central (encajes).

La situación de excepción por el coronavirus revierte este proceso de contracción monetaria, para reabrir el frente inflacionario por la emisión.

La Base Monetaria creció unos $1.123.000 millones u 87% en el último año, de los $1.288.954 millones del 8 de abril de 2019 a $2,4 billones el 6 de abril. Estos $1,12 billones de expansión primaria equivale al tipo de cambio oficial a unos USD 17.200 millones, aproximadamente 4% del PBI.

Asimismo, el monto de billetes y monedas en circulación creció 60% en el mismo lapso, de $817.240 millones a $1.308.417 millones. El efectivo en la calle y la plata en cuentas a la vista son el principal componente de la Base Monetaria y también el principal motor inflacionario, y está aumentando a una tasa que aventaja por 10 puntos al alza promedio de los precios y también a la suba anual del dólar (de $43,70 a $65,16 mayorista).

¿Por qué crece la cantidad de dinero primario?

Hay dos factores de expansión que sobresalen: la reducción del stock de Leliq y la emisión de pesos lisa y llana.

El Banco Central está pagando la deuda contraída en 2019, con lo que le devuelve a los bancos los pesos prestados, más la tasa de interés que devengan las Leliq, y fortalece el excedente para otorgar créditos, en un momento en que muchas empresas están agobiadas por la caída de facturación.

El stock de Leliq y Pases pasivos se redujo en casi $500.000 millones en el último mes. Son fondos que por ahora están disponibles dentro de los bancos, integran la Base Monetaria, pero no están todavía en circulación. No obstante, pueden empezar a hacerlo y ponerle más presión a la inflación en la medida en que se inyecten a través de líneas de crédito y también en caso que se se desarmen depósitos a plazo fijo.

En su reciente Informe Monetario, el Banco Central observó que “a partir de la segunda mitad de marzo aumentó la demanda de dinero por motivos precautorios, por aumento de subsidios extraordinarios y por la caída de depósitos a plazo fijo que vencieron y no se renovaron automáticamente”.

Las medidas sanitarias exigen un mayor gasto público, a la vez que en cuarentena cae la recaudación por la menor actividad

A partir del establecimiento de la cuarentena el monto de depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado se redujo entre el 19 de marzo y el 3 de abril en unos $112.480 millones (7,6%). Esos fondos hoy están inmovilizados, pero disponibles, en cuentas a la vista.

En tanto, la emisión monetaria sin respaldo se reinició ya en noviembre, con el regreso de los Adelantos Transitorios ($632.000 millones) y la transferencia de utilidades contables ($80.000 millones) que el BCRA le giró al Tesoro para que éste cubra su déficit. Entre ambos conceptos aportaron una inyección de $712.000 millones en cinco meses.

Qué dicen los analistas

Un informe del Grupo SBS apuntó que “el BCRA enfrenta un desafío mayúsculo ya que debe emitir para financiar al Tesoro mientras trata de minimizar las disrupciones en la cadena de pagos. Esto supone una gran presión al escenario de inflación, aunque la entidad cuenta con la ayuda de un enorme enfriamiento de la demanda y el escaso margen de las empresas para otorgar aumentos salariales”.

El BCRA enfrenta un desafío mayúsculo ya que debe emitir para financiar al Tesoro mientras trata de minimizar las disrupciones en la cadena de pagos (Grupo SBS)

Ecolatina apuntó que “esta inyección de liquidez impactará en el mercado cambiario, tanto oficial como paralelo, y él en la inflación. Sin embargo, sin estas políticas expansivas, la cuarentena y su salida paulatina habrían destruido una porción todavía mayor del entramado productivo y social. Una situación compleja de la que solo se puede salir minimizando daños: no maximizando beneficios”.

El IERAL de la Fundación Mediterránea calculó que “el déficit primario del sector público nacional en abril podría resultar equivalente al 16% del PBI de ese mes, o al 1,1% del PBI anual. Si tal desequilibrio, como es más probable, resulta finalmente monetizado, junto a la porción de servicios de deuda que no puedan compensarse con roll over en el mercado, se tiene que el BCRA debería asistir al Tesoro Nacional con una emisión monetaria de alrededor de $410.000 millones en abril, lo cual supondría una suba del 57% en la Base Monetaria respecto de febrero pasado, o una suba interanual nominal del orden del 93 por ciento”.

El Gobierno busca generar la liquidez suficiente para evitar que se rompa la cadena de pagos

Mientras que un informe de CEPA (Centro de Economía Política de Argentina) señala que “el caso argentino presenta una serie de indicadores muy negativos, que combinan una de las tasas de desocupación más elevadas de América Latina –y del mundo-, con 10,9% (dato publicado por Banco Mundial, a 2019), con una caída de su producto en 2,2% en 2019, deuda sobre PBI de 93% y déficit fiscal de 0,6% del PBI”.

Los expertos de Portfolio Personal Inversiones estimaron que “la Base Monetaria crecería más de $300.000 millones promedio mensual en el segundo trimestre. Esto llevaría a pasar de una tasa de crecimiento del 48% interanual en marzo, a más del 100% interanual en este crucial segundo trimestre. Dinámica que llevaría, además, a una baja violenta de la tasa de interés nominal y a tasas reales muy negativas. Básicamente, porque apuntamos a un escenario de aceleración de la inflación, aún con controles de por medio”.

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