Si bien el Gobierno ya tiene decidido que la cuarentena obligatoria continúe, todavía no se anunció qué características tendrá la próxima etapa y hasta dónde podría llegar la flexibilización. Pero cada sector intenta suavizar el impacto que genera la parálisis casi absoluta de la economía. La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CACS) elaboró un plan que acercaron al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para que se reanude la actividad de los locales en forma gradual, donde incluyen también la reapertura de los shoppings, cerrados desde el 20 de marzo pasado.
La propuesta de la entidad que preside Jorge Di Fiori incluye dos aspectos fundamentales: reducir al 50% la cantidad de gente que puede atender por local y limitar la cantidad de gente que puede ingresar al centro comercial a razón de 1 persona cada 16 metros cuadrados de superficie. De esta forma, podría mantenerse sin inconvenientes la distancia social que recomiendan los epidemiólogos.
En la carta resaltan que algunos rubros que funcionan dentro de los shoppings se ven especialmente afectados por el cierre total de la actividad: ropa, calzado y línea blanca, aunque en este último caso en los últimos días ya fueron autorizados a trabajar a través del sistema de delivery.
El problema además es que hay muchas marcas de indumentaria que tienen presencia en todos los shoppings, con lo cual el impacto se multiplica. Sobre todo en el caso de que se vaya flexibilizando la actividad comercial en forma gradual, pero los centros comerciales continúen cerrados.
Los locatarios de los shoppings no pagarán el alquiler durante el tiempo que dure la cuarentena, porque se trata de una obligación impuesta por el Gobierno, pero como sucede con cualquier negocio deben continuar pagando las expensas.
En la misiva también proponen la reapertura de los locales gastronómicos a un 50% de la capacidad y lo mismo con la cantidad de personal para brindar atención a los clientes. Y en el caso de los comercios que puedan vender a través de delivery se solicita la autorización para que los empleados puedan ingresar al local, ya que en la mayor parte de los casos esto está prohibido al menos hasta ahora.
Es poco probable, sin embargo, que el Gobierno ceda a la mayoría de estos pedidos, salvo la posibilidad de vender con envío a domicilio, evitando que la gente concurra a los locales y pueda contagiarse allí. Las principales compañías que tienen presencia en estas grandes superficies ya están resignadas y por supuesto temen por su sustentabilidad. Calculan que como mínimo los shoppings permanecerán cerrado como mínimo hasta el 15 de mayo, es decir un mes más.
Por el momento la expectativa de una gradual vuelta a la normalidad sería mucho más compleja en grandes centros urbanos, como es el caso de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.
Cada día que pasa sin facturación la situación se vuelve mucho más complicada para el sector comercial y de servicios. El Gobierno está respondiendo con algunas medidas puntuales pero insuficientes, como la postergación del pago de contribución patronales para las pymes, la línea de crédito para pago de salarios al 24% que ofrecen los bancos o el Repro para que el Gobierno se haga cargo del equivalente a un salario mínimo de empleados del sector privado para ayudar al pago de los sueldos de abril.
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