Es cada vez más alto el impacto de los impuestos en el negocio agrícola. De cara a la próxima campaña 2020/2021, la Bolsa de Comercio de Rosario proyecta para la zona núcleo, que el Estado se quedaría casi con el 40% del valor bruto de la exportación de cada hectárea de trigo/soja, ya sea en campo alquilado o propio.
El trabajo elaborado por Sofía Corina y Julio Calzada, economistas de la entidad rosarina, analizó los posibles márgenes brutos y netos que podrían surgir del cultivo combinado con trigo y soja de segunda en la zona núcleo, a partir de lo que un productor está proyectando en cultivar 100 hectáreas a 150 kilómetros de distancia de los puestos, y/o fábricas del Gran Rosario, y que podría llegar a obtener un rendimiento de aproximadamente 40 quintales por hectárea en soja y de 30 quintales por hectárea en trigo.
A partir de esto, el relevamiento sostiene: “El peso de los impuestos en campo propio es alto. Si valuamos la producción que generaría ese campo de 100 hectáreas de la zona núcleo utilizando el precio FOB de exportación del trigo y la soja, cada hectárea generaría cerca de 1.762 dólares de divisas genuinas. A nivel tributario, ese campo pagaría 419 dólares en concepto de retenciones y un total de 658 dólares por hectárea computando todos los tributos, ya sea retenciones, Impuesto a las ganancias, bienes personales, inmobiliario rural, etc”.
Y agrega: “De esta forma lo pagado en diversos tributos representa el 37% del valor bruto de exportación que genera ese campo, una cifra elevada. Todo esto sin contar el resto de los impuestos que paga indirectamente el productor por la compra de insumos, contratación de servicios, etc. No se computan además los tributos que pagan el resto de los actores de la cadena: contratistas, vendedores de insumos, corredores, acopiadores, etc".
Por otro lado, el relevamiento comparó los 284 dólares por hectárea que obtiene un productor en campo propio como margen neto contra los 658 dólares por hectárea que ese campo paga por tasas, impuestos y contribuciones, donde queda claramente demostrado la elevada presión impositiva que debe hacer frente el productor. Además, fue determinante el aumento de bienes personales a partir de los cambios normativos que se instrumentaron en diciembre pasado, y que se transformó en un costo para el productor de 57 dólares por hectárea.
Además, Corina y Calzada explicaron: “En nuestro ejemplo el arrendatario paga un alquiler de 16 quintales de soja fijos por hectárea y obtiene 115 dólares por hectárea en concepto de margen neto, luego de restarle a sus ingresos todos los costos e impuestos. Los impuestos que pagan tanto el arrendatario como el dueño del campo, los cuales ascienden estimativamente a 621 dólares por hectárea. Comparar esos 115 dólares por hectárea con los 621 dólares por hectárea que este campo paga por impuestos, tasas y contribuciones, es significativa la baja rentabilidad para aquellos productores que arriendan campos".
Próxima siembra de trigo
De cara a la próxima siembra de trigo, la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario planteó un escenario de elevada incertidumbre por las dificultades que atraviesa la cosecha gruesa en la cuarentena obligatoria para prevenir el coronavirus, el temor a la falta de precipitaciones y la preocupación en el mundo agropecuario porque los cereales serían alcanzados por una mayor presión tributaria, en medio de versiones sobre nuevos cambios en las retenciones a las exportaciones.
Los ingenieros que trabajan en la zona núcleo, aseguran que con este panorama la siembra de trigo podría caer en dicha región entre un 10 y un 50% en los casos más extremos, y si está confirmado que habrá un menor uso de tecnología por parte de los productores. En la campaña anterior, la siembra en la zona fue de 1.750.000 hectáreas, y aportó casi 7 de las 19.500.000 toneladas de cosecha total del cereal.
“La carga de agua que tengan los perfiles a la hora de decidir las siembras será fundamental. Respecto al escenario Niña, el enfriamiento en el Pacífico es muy leve y hasta ahora los indicadores muestran que el escenario de falta de agua incidiría recién en diciembre”, expresaron desde la bolsa rosarina.
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