A pesar de las distintas medidas tomadas por el Gobierno para mantener los puestos de trabajo —como el decreto de prohibición de despidos y suspensiones hasta junio, la doble indemnización o la aplicación de multas—, en un contexto de emergencia, las empresas, de todas formas, comienzan a bajar las persianas de sus plantas.
Es el caso de la tradicional marca Dánica, con unos 80 años de historia, que esta semana cerró su planta en Lavallol, en el conurbano boanerense, luego de un conflicto gremial. En ese predio, donde fue fundada a fines de la década del ’30 trabajaban unas 150 personas y se producían margarinas de origen vegetal.
El cierre de la planta tiene su origen en un desmedido reclamo salarial de los gremios de Federación Aceitera, señaló la empresa
“El cierre de la planta, que impacta en la comunidad en un contexto agravado por la recesión económica y por la emergencia de COVID-19, tiene su origen en un desmedido reclamo salarial de los gremios de Federación Aceitera”, señaló la empresa, que es propiedad del Grupo Beltrán, una firma cordobesa que se dedica principalmente a la faena ganadera, con ocho plantas frigoríficas. Según explicaron, los gremios exigen pautas salariales propias del mercado exportador y que resultan "excesivamente onerosas” para su actividad.
La marca Dánica nació en 1936, fundada por Christian Boll, un inmigrante danés que hasta ese momento fabricaba lácteos en Santa Fe y decidió trasladarse a la provincia de Buenos Aires a fines de la década del ’30. Ya instalado en Llavallol, comenzó a producir aceites vegetales hidrogenados para la industria de galletitas y caramelos.
En 1963, fue pionera en la fabricación de margarinas de origen vegetal, que comenzaron a venderse en panes y potes plásticos. La marca se hizo muy popular en la década del ’60 gracias a su publicidad televisiva, que repetía la frase “era para untar, era para untar...” que aun permanece en la memoria de los argentinos. En la década del ’70 sumó también la producción de aderezos, que aun continúa en una planta en Villa Mercedes, en la provincia de San Luis.
Luego tuvo varios cambios de dueños: en 2011 fue adquirida por el gigante brasileño BRF que se desprendió de la empresa siete años después. A fines de 2018, pasó a manos del Grupo Beltrán.
El origen del conflicto
El conflicto que llevó al cierre de comenzó cuando la empresa se negó a acatar la conciliación obligatoria, por la que debía reincoporar a cinco empleados que habían sido despedidos, según relataron fuentes del Gobierno de la provincia de Buenos Aires. “Se dictó una conciliación obligatoria y la empresa decidió no acatar y poner un candado a la planta, por lo cual, el resto de los trabajadores no pueden ingresar”, señalaron.
El Gobierno bonaerense puso en marcha un proceso para la aplicación de una sanción que, por el tamaño de la planta, se estima que será una “multa importante”. Pero aún restan varias instancias: la empresa presentó un recurso y si el Ministerio lo rechaza —que es lo más probable—, aun pueden presentar un descargo. “Hay tiempos de procedimientos, pero se trata de una falta grave y le cabe una sanción”, explicaron.
A través de un comunicado publicado el miércoles, la empresa Dánica argumentó que tomaron la decisión frente a “costos laborales excesivos” que no pueden afrontar y por el efecto de un quite de colaboración que realizaron los sindicatos en plena cuarentena.
Por ser una firma alimenticia, Dánica está dentro del grupo de actividades esenciales. De acuerdo a su explicación, dentro de las medidas dispuestas para minimizar el riesgo de contagio del coronavirus, dieron licencia a 24 trabajadores que estaban dentro de los grupos de riesgo y realizaron una reorganización interna con jornadas de trabajo suplementarias. Los trabajadores que se negaron a estas jornadas fueron desvinculados y los despidos provocaron protestas del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (Soeia).
“El Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires dispuso una conciliación obligatoria que no fue acatada por los propios dirigentes gremiales que la solicitaron, todo lo cual redundó en un jaque operativo para el establecimiento”, de acuerdo con el comunicado de los directivos de Dánica. La empresa intenta ahora que el conflicto se resuelva en el marco del Procedimento Preventivo de Crisis que venía tramitando ante el Ministerio de Trabajo de la Nación.
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