La pendamia del coronavirus ya logró básicamente el confinamiento de la mitad de la población del mundo. Más de 3.000 millones de personas están en sus casas en busca de protegerse de un enemigo invisible hasta que la ciencia logra visibilizarlo y controlarlo. Semejante acto histórico tendrá consecuencias y seguramente generará cambios en la sociedad.
En el caso de la Argentina ya se puede observar algunos de ellos. Si hay una palabra que generó urticaria en el mundo de los economistas ortodoxos y de los empresarios es emisión. La “maquinita” como se la denomina desde hace años no es otra cosa que la impresión de pesos e inundar la plaza de billetes.
La mayoría de los países desarrollados ya anunciaron que enfrentarán las consecuencias del freno de sus economías con una expansión monetaria. Países como los Estados Unidos harán uso de mayores dólares aprovechando que casi no tienen inflación.
En la Argentina en donde la emisión no es una novedad, la crisis está haciendo que aquellos que preferirían ser quemados en la hoguera antes de pronunciarla, están señalando que es la única salida que se presenta en el corto plazo para lograr una reactivación del consumo en un mercado que ya venía muy castigado y que el aislamiento que impuso la pandemia del coronavirus lo dejó en estado de coma y casi sin respirador.
Un ejemplo es el economista y ex candidato a presidente, José Luis Espert quien hace unos días atrás dijo en una reportaje a una señal televisiva que “la recaudación va a caer 8 puntos” y que frente a esa situación “no va a quedar otra salida que emitir”.
Un trabajo de Quanton Finanzas destaca: "en lo que va de 2020 y hasta el 27 de marzo -con apenas siete días de cuarentena- la base monetaria se expandió 17% en términos nominales. Durante enero y febrero de este año, el BCRA contrajo la oferta de base siguiendo el ciclo. En marzo, como reacción a los efectos de la pandemia COVID-19, está expandiendo significativamente la oferta y hay razones para pensar que esto probablemente continúe y se acelere”.
La contracción de la base monetaria en los primeros dos meses del año fue de $180.000 millones. En marzo hubo una expansión de $500.000 millones, explicado por $205.000 millones para asistir al Tesoro; $300.000 millones por reducción de Leliqs para que los bancos tuvieran liquidez para prestar al sector privado y el resto por el pago de intereses de pasivos del BCRA.
La contracción de la base monetaria en los primeros dos meses del año fue de $180.000 millones. En marzo hubo una expansión de $500.000 millones
Para el economista Matías Carugati, director ejecutivo de la consultora Seido “es cierto que ahora hay mucha gente que está teniendo una opinión favoable respecto de que la emisión monetaria no es tan mala, pero hay que verlo en un contexto en donde pasan varias cosas: la recaudación está cayendo fuerte, el gobierno va a gastar más de lo que estaba pensado o presupuestado por el impacto del coronavirus y el déficit fiscal va a ser más importante de lo que se había pensando inicialmente, no sería raro ver un déficit primario de cinco puntos para este año. Es en ese contexto en donde lo que hay que resolver es cómo se financia. Tomar deuda para financiar esa cantidad, incluso cuando Martín Guzmán logre una renegociación exitosa de la deuda, sería muy raro que pueda financiar cinco puntos del PBI de déficit primario y frente a esto la emisión es la única salida".
Para Carugati el problema que se puede presentar de emitir 5% del PBI o más si el BCRA empieza a comprar dólares, no va a ser en el corto plazo. “No creemos que la emisión para financiar al Tesoro vaya ser un problema en el corto plazo, porque todo lo que el gobierno emita va a terminar como liquidez bancaria. No creemos que se vaya a ir a los agregados monetarios más amplios porque no vamos a tener créditos, en ese sentido, hay un margen extra más allá del cepo para empujar un poco la oferta de dinero, más el extra que impone la situación particular del coronavirus”.
“El asunto a definir va a ser que pase una vez que salgamos de esta situación anómala de la cuarentena, ese va a ser el verdadero problema porque el Banco Central va a tener que decidir que hace con todo ese exceso que va a imprimir en los próximos meses cuando la economía empiece a normalizarse. No hay que ponerse mal, y es hasta la herramienta que hay que utilizar”, finalizó
El ex presidente del Banco Central de la gestión de Cambiemos, Guido Sandleris, dijo hace unos pocos días atrás que entendía que este era “el momento de financiar el Tesoro via emisión monetaria”, aunque pidió prudencia porque pasar un límite puede ser muy complejo.
Pero no solo los economistas, los empresarios que históricamente pidieron prudencia y un mejor manejo de la emisión, hoy le dicen al Gobierno que tome ese camino. Y así se lo hicieron saber ayer en el encuentro entre empresarios y el presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos.
Uno de los reclamos, posiciones, que llevaron los hombres de negocios de la Cámara Argentina de Comercio es que se emita dinero. Los empresarios llevaron el ejemplo de los Estados Unidos y de Francia y le pidieron a Fernández que el Banco Central utilice “todas las herramientas disponibles, incluyendo la monetización”.
Hasta desde sectores desde donde históricamente han avitado tener definiciones tajantes respecto de las políticas económicas de los gobiernos miran la “maquinata” y la señalan como una de las posibles salidas.
En medio de un crecimiento de la pobreza que se profundizaría con el parate del coronavirus, Agustín Salvia del Observatorio de la Deuda Social de la UCA dijo que la emisión “será necesaria” para poder salir de una situación “muy crítica”. El especialista fue lapidario al señalar que “tantas veces se emitió para financiar el déficit, hoy es necesario para poder reactivar la economía, en especial la economía social”.
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