Álvarez Agis: “El Gobierno debe asistir a las empresas con créditos más flexibles y una moratoria impositiva más amplia”

El ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis afirmó que el Gobierno debe ayudar a las empresas con créditos más blandos para aquellas que no lo pueden pagar y con una moratoria impositiva que vaya más allá de las pymes.

En una entrevista con Infobae, el economista que dirige la consultora PxQ sostuvo que el decreto que suspender los despidos será útil, siempre y cuando el Gobierno financie el pago de salarios a las firmas que están más afectadas por la parálisis generada por la pandemia.

Además, consideró que el aumento de la emisión monetaria del último mes no se trasladará a los precios por la fuerte contracción económica. Y dijo: “no estaría mal que el Gobierno le pida recursos al Fondo Monetario Internacional (FMI) si esa asistencia no condiciona la política económica local”.

- ¿Cuál es tu opinión sobre las medidas que adoptó el Gobierno desde el inicio de la pandemia?

- En general trato de no opinar sobre el manejo sanitario de la crisis y creo que es algo que todo economista debe abstenerse de hacer. No es nuestro campo. Nuestro rol debe ser tomar esas decisiones como un dato y, en función de eso, pensar la mejor manera de morigerar los impactos económicos del aislamiento. En ese sentido, creo que la COVID-19 tiene que ser atacada desde la política económica en dos etapas: durante la cuarentena el desafío es evitar el cierre de empresas y el hambre. Poco más que eso. Las herramientas son claras para la demanda, pero no tanto para la oferta. Para la demanda, es decir, para la gente, los bonos a jubilados y la asignación universal por hijo fueron en el sentido correcto. Y. El ingreso familiar extraordinario es una medida muy acertada y un enorme desafío para el Estado de llegar a un sector de la población fuertemente afectado por el COVID-19. Creo que el Gobierno debe evaluar una medida más contundente para la clase media. El endeudamiento familiar, en especial con tarjeta de crédito, está en máximos históricos. No alcanza con posponer pagos.

- ¿Y para estimular la oferta?

- Para la oferta, es decir, para las empresas, la situación es más compleja. En primer lugar, el crédito canalizado mediante el sistema financiero tradicional es una herramienta de muy baja eficacia para una economía como la argentina. Las empresas más afectadas no tienen acceso al crédito. Y los bancos están entrenados para prestar a quien tiene capacidad de repago. Pero hoy el desafío es el contrario. Hay que prestarle al que no puede devolver. En una economía como la argentina la política monetaria es muy poco efectiva para esta crisis. Es más razonable que el Banco Central apoye al fisco antes de que intente aumentar el crédito. Por último, al igual que falta algo para la clase media, falta algo para las empresas medianas. Nuevamente, las empresas no necesitan un crédito. Necesitan plata que no saben si van a poder devolver. Los procesos de asignación de esos recursos tienen que ser ágiles. Hoy no nos podemos preocupar por cometer el error de darle a quien no necesita. Porque lo grave sería no darle al que sí necesita.

- ¿Comparte la opinión oficial de que algunos empresarios tuvieron actitudes “miserables” por el tema despidos o suba de precios?

- No me gusta calificar. Estamos ante una situación inédita donde lo que ocurre es que la cuarentena suspende el libre mercado. Libre mercado es ir a trabajar y consumir lo que uno quiere. Eso hoy no pasa. Lo que sí creo es que el Gobierno comprendió está situación más rápido que alguna empresa. Y creo también que el sector privado debe tener coherencia. Si tu empresa vive de cobrar subsidios en Vaca Muerta lo que corresponde ante una situación como la actual es comunicarte con el Gobierno y explicar el problema. Máxime si tenés en tu directorio a un director por parte del Estado que cobra un sueldo todos los meses justamente para actuar en condiciones como las actuales. Pero esa situación desagradable de una empresa contrasta con muchas otras que rápidamente se adaptaron a la nueva coyuntura. Hoy Quilmes hace alcohol en gel, Toyota respiradores y tenemos la máxima paradoja: Mercado Libre controla precios. Todos estos casos son ejemplos formidables que el Estado y el sector privado no tienen más que ganar cuando se ponen a trabajar en conjunto para un mismo objetivo.

- ¿Es útil el decreto que suspende los despidos en este contexto? ¿Hay herramientas mejores?

- Creo que es muy útil. Si el Covid-19 es una situación coyuntural, el Estado debe evitar que se desaten decisiones que luego son muy difíciles de revertir. Despedir trabajadores no es como comer y descomer. Despedir un trabajador genera efectos negativos permanentes tanto sobre la empresa como sobre el trabajador. Se pierde know how y, en este contexto, se abandona al trabajador a su propia suerte. Se lo deja sin cobertura médica en el medio de una pandemia. La medida es correcta, siempre y cuando el Gobierno garantice ese puente de recursos que necesitan todas las empresas, que este año van a tener que pagar sueldos durante 12 meses, pero van a producir nada más que 11 meses.

- ¿Habría que bajar impuestos para aliviar la situación de los contribuyentes? ¿Hay margen?

- Efectivamente. El Estado debería ofrecer una moratoria especial y horizontal en este contexto. Hay empresas que pueden seguir pagando impuestos y tal vez debería evaluarse algún incentivo para que lo hagan. Otras que los van a poder pagar más adelante. Y otras que directamente no lo van a poder pagar. Hoy la AFIP tiene la información y los recursos para poder hacer estas estimaciones de manera bastante precisa. Es mejor adelantarse al no pago de impuestos que correr de atrás. Nadie quiere pagar impuestos nunca, en la Argentina y en el mundo. Pero hoy la situación es distinta. Esta es la peor crisis en la historia del capitalismo.

- ¿Teme que la emisión monetaria de las últimas semanas se traslade en el futuro a precios en forma excesiva?

- No. El 80% del gasto de las familias hoy no se realiza. Por más estímulo que realice el Gobierno, esa caída no se va a poder contrarrestar. Los precios van a caer y también lo van a hacer los ingresos. Sin embargo, el Poder Ejecutivo no debe bajar la guardia. Los controles de precios hoy son una necesidad, porque, nuevamente, nos quedamos sin mercado. Cuando hay mercado los economistas podemos discutir si siempre los precios son el mejor mecanismo de asignación de recursos. Pero hoy no hay mercado. Si sube el precio del alcohol en gel, eso no va a aumentar la oferta de alcohol en gel, va a bajar la demanda, porque la gente que no lo pueda comprar se va a morir. No tiene sentido que 24 provincias compitan por comprar respiradores. El Gobierno debe concentrar la compra para hacer un uso eficiente de los recursos.

- ¿Argentina va a ir un default en este contexto de crisis global?

- Es destacable que, aún en este contexto el Gobierno esté trabajando para evitar un default. La Argentina va a necesitar acudir al mercado cuando pase el COVID-19. Esa es la segunda etapa del ataque a esta pandemia. Ahí hay que estimular la economía para que arranque y eso va a requerir dólares. Esta pandemia es una oportunidad para logar un buen acuerdo. La combinación de pandemia y default es algo que se debe evitar a toda costa.

- ¿Debe el Gobierno pedirle más recursos al FMI?

- Sí, siempre que eso no condicione su estrategia interna.

- ¿Qué proyecciones preliminares tiene para 2020?

- No es razonable hoy proyectar nada. No sabemos cuánto va a durar la cuarentena, ni cuánto va a durar en nuestros socios comerciales, ni el tamaño de los estímulos fiscales. Hoy es momento de pensar herramientas y monitorear la economía día a día.

- Aunque pasaron pocos meses, ¿se puede decir ya que Alberto Fernández tiene un perfil de política económica diferente o similar a las tres presidencias kirchneristas transcurridas entre 2003 y 2015?

- Creo que el Presidente y su equipo económico aprendieron de los errores y los aciertos del pasado. Veo un gobierno que decidió recorrer el camino más difícil. Hubiera sido fácil el 10 de diciembre defaultear y echarle la culpa a Macri que, de hecho, es el responsable de la actual crisis de deuda. Sin embargo, el actual gobierno optó por evitar el default y trabajar en un acuerdo razonable para el país y para los acreedores. No hace falta que el actual equipo económico sea el mejor equipo de los últimos 50 años. Alcanza con que sean mejores que los de los últimos 8 años. Y, por ahora, lo vienen siendo.

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