La Argentina le planteó este martes a los acreedores privados que pretende reducir los intereses y alargar los plazos de su deuda para aumentar sus reservas internacionales y reducir así las restricciones que aplica al movimiento de capitales.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó que seguirá conversando con los acreedores privados hasta fines de la semana próxima y que la oferta puede incluir “instrumentos contingentes” como el cupón ligado al PBI que se utilizó en los canjes 2005 y 2010 para salir del default “si son valorados” por los acreedores. Cabe recordar que los cupones en aquellas operaciones no resultaron atractivas para los inversores y que acortaron en forma notable la quita inicial del 70%.
En un encuentro con periodistas desarrollado esta noche, el funcionario dijo que habrá una renegociación similar para la deuda bajo ley local y extranjera. Es decir que no se realizará una quita mayor a la deuda emitida con ley argentina.
Guzmán, afirmó que seguirá conversando con los acreedores privados hasta fines de la semana próxima y que la oferta puede incluir “instrumentos contingentes” como el cupón ligado al PBI
En el salón Manuel Belgrano del Palacio de Hacienda, Guzmán dijo que, aunque la pandemia del coronavirus afectó las proyecciones de corto plazo, el Gobierno pretende que las reservas del Banco Central lleguen a 65 mil millones de dólares en 2024. Dado que para la Argentina no será fácil volver al mercado voluntario, la apuesta del ministro es a fortalecer las reservas para hacer frente a esta y a futuras crisis.
Todavía no definió si habrá una reducción de capital de los 83.000 millones de dólares que se renegociarán.
En cambio, dio a entender que el nuevo programa con el FMI consistirá en un roll over para refinanciar la deuda contraída por el gobierno anterior, sin apelar a fondos frescos. Además, informó que se pidió la revisión de las cuentas públicas en el marco del artículo IV, pero que, por el parate generado por la pandemia, no hay fecha cierta para realizarla.
“La deuda es insostenible", reiteró el funcionario, vestido con una camisa de color rosa y cuello blanco. Amable, pero sin brindar ningún detalle concreto sobre la oferta que se conocería en abril, explicó que "se busca resolver la crisis de deuda de manera ordenada. La idea fue contar con una cantidad de reservas mientras se hiciera el proceso de renegociación con los bonistas y con el FMI. Redefinir esa relación también es parte de esta estrategia. Argentina viene pagando sus deudas bajo ley extranjera y nacional para tener este tiempo para una renegociación ordenada”, afirmó, tras recordar que desde diciembre se invitó a recibir propuestas de los bonistas.
Guzmán dijo que no hay una fecha definida para lanzar la oferta luego del diálogo que terminará a fines de la semana próxima y admitió que el plazo original se atrasó por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, destacó que personalmente está en contacto directo con los acreedores a través de videoconferencias permanentes. No brindó detalles de estos contactos, pero dijo que los actuales precios de los bonos argentinos, deprimidos por la crisis local y global, no son una referencia para saber si habrá una aceptación baja o alta de la oferta.
Además, ratificó que la prioridad del Gobierno es tratar de salir de la crisis económica con una consolidación fiscal de mediano plazo, acumulación de las reservas, reducción de la inflación y un aumento de los ingresos para los sectores más perjudicados por la pandemia.
En este sentido, destacó la reducción de la inflación desde enero, aunque aclaró que será un proceso “largo, persistente y gradual”.
Se busca resolver la crisis de deuda de manera ordenada. La idea fue contar con una cantidad de reservas mientras se hiciera el proceso de renegociación con los bonistas y con el FMI. Redefinir esa relación también es parte de esta estrategia
Sin embargo, el ministro admitió que por el parate hay gente que, por la crisis pierde ingresos, dificultades para mantener empleo y el funcionamiento de esas empresas. Y que las medidas adoptadas y las que se tomarán reforzarán la cobertura de estos objetivos. Uno de ellos será la extensión del seguro de desempleo y la flexibilización de los programas Repro. La idea, afirmó es preservar el capital hasta tanto se desvanezca este shock provocado por el coronavirus.
Hoy, 31 de marzo, era el plazo original que se había puesto el Gobierno para tener cerrada la negociación de la deuda. Si bien desde un principio se consideró que se trataba de un plazo demasiado exiguo pero la crisis global desatada por el coronavirus lo volvió directamente incumplible. Mientras tanto, el ministro de Economía apura las contactos por videoconferencia con los tenedores de bonos para acercar posiciones y llegar a una oferta que sea más digerible.
Como detalló Infobae esta mañana, ayer los bonos locales tuvieron una jornada de fuertes subas, algo que se repitió hoy. El mercado apostó a que Argentina pagará los vencimientos de abril y el riesgo país cayó 5%. La expectativa de pago de vencimientos en abril impulsó hoy el alza de títulos en dólares y los ADR recuperaron un 3% en promedio (en un marzo en el que registraron una caída de 30%).
Luego del encuentro, el Ministerio de Economía subió a su página web los “lineamientos para la sostenibilidad de la deuda”.
Allí se reiteró que “la deuda pública de Argentina se encuentra en una posición insostenible; el costo de refinanciación de la misma se ha vuelto excesivamente alto. Por lo tanto, se requiere un ajuste en los términos de la deuda pública, con un saldo de deuda elegible a reestructurar que asciende a USD 83 mil millones”.
“Esto constituye solo una parte de la deuda pública total pero restaurar su sostenibilidad constituye una necesidad crítica en la resolución de la crisis económica argentina. El gobierno tiene la intención de aplicar los siguientes principios a toda la deuda elegible denominada en moneda extranjera, ya sea emitida bajo la ley local o extranjera”, precisó.
El objetivo de la operación "es hacer converger la deuda pública a niveles sostenibles, consistentes con perspectivas de crecimiento sostenible para la economía; una trayectoria fiscal razonable a corto y largo plazo; expectativas razonables acerca de futuros costos de refinanciación; y supuestos razonables sobre la interacción futura de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los principios generales de la estrategia oficial implican “establecer una trayectoria descendente en el ratio de deuda sobre PBI de modo tal que se estabilice en el largo plazo, consistente con senderos de resultado fiscal y balanza comercial que se condigan con una recuperación económica sostenida”. Además, se busca “permitir que la economía argentina absorba los shocks de la crisis financiera que impera desde abril de 2018 y la crisis actual del Covid-19; y generar mecanismos de protección contra futuros shocks exógenos”.
El documento aclara que en la renegociación no se incluirá la deuda intrasector público en manos de la Anses y el Banco Central.
Sobre el período de gracia, el documento indicó que “dadas las restricciones de la balanza de pagos y la incapacidad de Argentina de regresar a los mercados de crédito internacionales en un futuro cercano, se requiere un período de gracia sustancial para la deuda en moneda extranjera”.
“Este período de gracia es esencial para los años venideros de forma tal de abrir el espacio necesario que permita la recuperación de la actividad real de Argentina después de la serie de shocks que ha venido atravesando la economía” indicó.
El ministro aclaró que la nota técnica del FMI sobre la deuda no necesariamente coincide con el escenario que planteó hoy, aunque en los hechos ambos dan a entender que la intención es no pagar la deuda hasta el próximo gobierno.
“Dadas las incertidumbres de corto plazo, es imperativo restituir las reservas del Banco Central para permitir a la economía argentina absorber shocks exógenos. Nuestro plan es alcanzar USD 65 mil millones en reservas internacionales para el año 2024. Se apunta al objetivo de una acumulación adicional de reservas hasta el año 2030, alcanzando un nivel de USD 77 mil millones. Tal incremento de reservas internacionales permitirá una flexibilización ordenada de las regulaciones de la cuenta capitales”, detalló.
Sobre los cupones, se indicó que “con el objetivo de restaurar la capacidad del país de pagar sus intereses de manera continua y sostenible, los cupones a mediano y largo plazo deben reducirse sustancialmente”.
Respecto de la capacidad de servicio de la deuda en moneda extranjera, dado “el bajo nivel de exportaciones de la economía argentina y contemplando el tiempo que tomará flexibilizar las regulaciones de la cuenta capitales y desarrollar mercados locales de capital en Argentina, debe limitarse el servicio de deuda en moneda extranjera a niveles razonables en el mediano y largo plazo”. En su análisis, el FMI había planteado la reducción de unos 85.000 millones de dólares de deuda en dólares en una década.
Cabe recordar que el mercado de deuda en pesos había comenzado a crecer después de 2002, pero se estrelló cuando el kirchnerismo comenzó a manipular las cifras de inflación oficiales para pagarle menos a los bonistas que tenían títulos ajustables por el CER desde 2007.
Por esta limitación, “se consideran extensiones del vencimiento y/o posibles reducciones de los valores nominales de la deuda elegible con el objetivo de lograr un perfil de amortización con costos de refinanciación que permitan a la economía hacer frente a shocks adversos”. Aquí es donde se da a entender que podría haber una quita de capital.
Respecto de algún “endulzante”, denominado “Mecanismo de recuperación de valor”, el documento indica que “el Gobierno está considerando varias opciones para mecanismos de recuperación de valor contingentes, que permitirían potenciales aumentos en el valor de recupero en caso de materializarse un escenario económico más positivo que el caso base previsto bajo los supuestos del gobierno”.
Sobre la tasa de salida (exit yield) y el costo de refinanciación, se explicó que “la sostenibilidad de la deuda está relacionada con los costos de refinanciación a mediano y largo plazo, en particular en los mercados de crédito internacionales”.
“Como tal, el exit yield de referencia implícito en cualquier potencial operación de deuda deberá ser coherente con el costo de refinanciación implícito en el marco de sostenibilidad de deuda; cualquier exit yield de referencia excesivamente alto sugiere la necesidad de una combinación más fuerte de cupones más bajos, períodos de gracia más largos, mayores extensiones de vencimiento o reducciones en los valores nominales más importantes”, detalló. El ministro dijo que este será un punto central de las discusiones pendientes para saber si están o no cerca de un acuerdo.
El documento aclara que las estimaciones “se llevaron a cabo antes del brote de Covid-19”, pero que “se considera en este momento que la incertidumbre sobre la actividad económica y el resultado fiscal durante los años iniciales no afectará los escenarios de mediano plazo para los análisis de sostenibilidad de la deuda”. O sea, que la baja de los precios no debería condicionar el análisis de los acreedores.
La deuda con el FMI
·Por otro lado, el ministro ratificó que se buscará aplazar el pago de la deuda de USD 44 mil millones contraída por el gobierno de Mauricio Macri entre 2018 y 2019. Por este motivo, se expresó, “las autoridades del gobierno argentino han estado interactuando constructivamente con el FMI y es la intención buscar un nuevo programa que permita que el préstamo existente con el FMI sea refinanciado hasta que Argentina pueda acceder a los mercados internacionales de deuda a tasas sostenibles”. Es decir, que se buscará un roll over de la deuda hasta que el país pueda emitir un bono en forma voluntaria.
Ante una consulta de Infobae, aclaró que el Gobierno no pidió la línea de financiamiento rápido del Fondo para combatir los efectos del coronavirus que ya solicitaron 81 países.
“Se supone que los repagos de capital de la deuda con las IFI (excluyendo al FMI) se refinancian perpetuamente a la tasa de interés nominal promedio actual”, indicó, en referencia al Banco Mundial y al BID.
En cuanto a la deuda de corto plazo en pesos, “se supone que el saldo de la deuda de corto plazo en pesos se mantendrá constante en términos nominales en dólares”, concluyó la presentación. “Se supone que esta deuda se refinancia anualmente a una tasa de entre 1,2% y 1,5% en términos reales”, precisó el texto.
“Desde 2027 en adelante, se supone que las necesidades brutas de financiamiento comenzarán a financiarse bajo la siguiente combinación: 40% a través de nueva deuda denominada en pesos y 60% a través de nueva deuda en moneda extranjera. Se apunta a reducir la carga de deuda en moneda extranjera a favor de deuda en moneda local, en línea con el desarrollo del mercado de deuda doméstico”, apuntó.
En tanto, desde 2027, “la nueva deuda denominada en moneda extranjera a mediano y largo plazo se supone que se financia a una tasa de interés promedio del 5% en términos reales hasta 2034, y del 4,5% a partir de 2035”.
·"Se supone que el nuevo financiamiento en moneda extranjera a mediano y largo plazo se realiza de manera proporcional a través de 3 instrumentos de deuda con un vencimiento promedio respectivo de 5, 10 y 15 años (cada instrumento se amortiza en 3 cuotas anuales iguales)", explicó.
A las 20, una hora después de haber comenzado su conversación, en un edificio completamente vacío por la cuarentena, el ministro volvió a su despacho a seguir definiendo las medidas para tratar de contener el amplio daño causado por la pandemia y la obligada cuarentena dispuesta por el Gobierno.
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