Aunque el mercado de cambios local se mantiene “blindado” por las restricciones cambiarias y con movimientos escasos por los alcances de la cuarentena general en la Argentina, los drásticos movimientos en las bolsas del exterior inciden de una u otra forma en los distintos precios del dólar en la economía local.
Por una parte, el Banco Central mantiene su política de devaluación gradual del peso, para que el tipo de cambio no quede desfasado con la persistente inflación doméstica y con el rápido ritmo de devaluación de otras monedas emergentes.
En el mercado mayorista el billete verde se pactó este jueves a $64,23, con una ganancia de 18 centavos (+0,3%) en el día, para acumular un incremento de 7,2% en 2020.
Con la aplicación del Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) el dólar al público en la oferta electrónica de bancos y casas de cambio alcanzó los 86 pesos para la venta.
De esta forma, el dólar “solidario” volvió a ser el tipo de cambio más alto de todos los mercados en los que se desdobló la plaza local a partir del férreo “cepo” del 28 de octubre del año pasado.
Esto se dio de la mano de otro fenómeno: el abrupto descenso en las paridades bursátiles, ajenas al “cepo”, que la semana anterior habían llegado a fluctuar en un rango de 90 a 92 pesos, en el peor momento bajista de las bolsas en once años.
Las paridades bursátiles se desploman por la necesidad de las empresas de hacerse de pesos y por reciente recuperación de las acciones
Las acciones argentinas, según sus valuaciones en dólares, acumulan este jueves su quinta rueda consecutiva en alza, que también se transmite a las cotizaciones en pesos en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
De este modo, el dólar “contado con liquidación” descendió del umbral de los 85 pesos en esta jornada, algo que no ocurría desde el 10 de marzo. También se observó un descenso en el dólar MEP, otra de las variantes bursátiles para hacerse de divisas a través de la compraventa de activos, que llegó a operarse cerca de los 84 pesos.
Las empresas apelan a dolarizarse a través de operaciones con activos financieros y, como está ocurriendo en las últimas jornadas, utilizan el desarme de estas posturas para hacerse de pesos cuando están necesitadas de liquidez, lo que lleva a un descenso de las paridades implícitas.
Los efectos negativos de la cuarentena para los balances corporativos, por la paralización de la actividad, obligan a financiarse a través de la venta de dólares por el canal bursátil para asumir gastos mensuales, como el pago de salarios.
“Las brechas siguen calmas –aun con la aceleración proyectada en la emisión monetaria por la crisis– ya que como contrapartida crece la necesidad transaccional de pesos de los agentes económicos en este contexto”, resumió el economista Gustavo Ber.
En este sentido, es de destacar la fuerte expansión monetaria emprendida por el Banco Central, básicamente para financiar las necesidades del fisco, que está afrontando su parte de la pérdida por la caída de recaudación y mayores desembolsos por asistencia social y respaldo a pequeñas y medianas empresas.
Esta semana la Base Monetaria supera los 2 billones de pesos, con un incremento de 23% o casi $400.000 millones en las últimas tres semanas. Por efecto de los controles de cambio, la profunda recesión económica y las mínimas transacciones por la cuarentena esta inyección de pesos no se tradujo en lo inmediato a una fuerte suba del dólar ni de los precios al público.
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