El desempleo en la Argentina llegó a 8,9% de la oferta laboral durante el cuarto trimestre de 2019, porcentaje que significó una caída de 0,2 puntos porcentuales si se lo compara contra el mismo período de 2018.
Con estos números que publicó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) al finalizar el 2019 y antes de la paralización casi total de la economía consecuencia de la pandemia del coronavirus, en la Argentina había unos 1,9 millones de desocupados, luego de proyectar al total país los 1,2 millones de desempleados estimados para el universo de 31 aglomerados urbanos, con una población de 28,5 millones de habitantes.
La extrapolación de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares en los 31 aglomerados urbanos, con una población de 28,5 millones de habitantes, al total país con unos 45,5 millones de residentes, determina que en 2019 se generaron 714.300 empleos, a un total de 19,5 millones de personas; apenas 9.400 menos que el crecimiento que habría registrado la oferta laboral en todo el país de unos 21,3 millones.
En el mismo período, el Ministerio de Trabajo, con datos del Sistema Integrado Previsional Argentino, registró una disminución en 34.941 personas en el total del empleo registrado, principalmente en la franja de asalariados privados que se contrajo en 166.758 puestos.
De ahí surge que la baja de la tasa de desempleo al menor nivel relativo en 2 años se originó exclusivamente en la propagación del empleo informal, sin aportes al sistema previsional, con un crecimiento de más de 700 mil puestos.
La baja de la tasa de desempleo al menor nivel relativo en 2 años se originó exclusivamente en la propagación del empleo informal, sin aportes al sistema previsional, con un crecimiento de más de 700 mil puestos
El índice cayó por segundo trimestre consecutivo pasando del pico que tuvo a mediados del último año de la gestión Cambiemos de 10,6% de la población económicamente activa y que había marcado un récord de la última década.
A la hora de desarrollar el informe, el Indec señala que la tasa de empleo se ubicó en el 43% de la población total activa. En relación con la comparación intertrimestral la actividad se mantuvo mientras que el empleo registrado mostró una leve mejoría.
Aunque la tasa de desocupación disminuyó levemente en la comparación interanual, el instituto de estadísticas señala que se “incrementaron de manera estadísticamente significativa otras formas de presión sobre el mercado de trabajo. Por ejemplo, la que ejercen las personas que tienen un empleo y buscan activamente otro –ocupados demandantes– que aumentaron en 1,7% respecto del cuarto trimestre de 2018”.
A la hora de observar dónde se concentra la mayor tasa de desocupación por sexo y edad, el informe refleja que las mujeres de menos de 30 años son las que más sufren el desempleo, donde la tasa más que se duplica y alcanza el 18,9 por ciento.
Si la observación se hace sobre la tasa de empleo, se llega a la conclusión de que en este caso son las mujeres de menos de 30 años las que más sufren el desempleo.
“La baja interanual responde al hecho de que la tasa de ocupación creció por encima de la tasa de actividad en el último trimestre del año pasado. Esto significa que el mercado de trabajo logró absorber a todos los que ingresaron buscando un empleo y a parte de los que ya se encontraban buscando uno, considerados hasta el momento como desempleados”, explica un trabajo de la consultora LCG. Por otro lado, también le otorga significancia a la marcada baja del desempleo respecto al 3T-19 (-0,8 pp, desde 9,7%) a “cuestiones estacionales que afectan positivamente al último trimestre del año”.
Pero cuando se sigue observando con mayor detalle, se concluye que los ocupados por cuenta propia crecieron en participarión respecto de los asalariados, que redujeron su participación en casi dos puntos. Asimismo, el informe muestra que los asalariados sin descuentos jubilatarios crecieron en el mundo de los trabajadores alcanzando al 35,9% del total.
En el mundo denominado de los “subocupados demandantes” que son aquellos trabajadores ocupados en trabajos de menos de 35 horas y demandan más trabajo para, por ejemplo, subsistir y lograr cubrir las cuentas, se incrementó 0,8 putos porcentuales pasando de 8,7% a 9,5% en el úlimo año.
En términos absolutos, son alrededor de 1,3 millones de trabajadores que, aunque cuentan con un trabajo formal, ejercen presión extra sobre el mercado de trabajo.
“Este incremento matiza el dato positivo que representa la baja interanual de la tasa de desempleo. Una tasa de subocupación más alta también refleja un deterioro de los indicadores laborales. La PEA con problemas de empleo (desocupados y subocupados demandantes) llega a 19,8% de la PEA, 2,5 pp más que en 3T-18”, agrega el informe de LCG.
Coronavirus
El punto a resolver es que estos números del mercado laboral corresponden a los últimos meses de gestión de 2019, antes de que se desatara la crisis del coronavirus que no hizo más que profundizar el parate que venía sufriendo la economía local, que estaba a la espera de una definición con el Fondo Monetario Internacional.
Hoy las estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo es que se perderán 25 millones de puestos de trabajo como coletazo de la crisis del coronavirus. Y Argentina seguramente algo aportará a ese número.
Según LCG, las perspectivas para 2020 indican que el desempleo seguirá en niveles elevados.
“A pesar de los esfuerzos fiscales y los estímulos de política económica para que las empresas mantengan los niveles de empleo, parece inevitable que el desempleo crezca este año también. Seguirá moviéndose en la dirección menos deseada: alta participación en paralelo con escasa demanda laboral a partir del prolongado parate económico”.
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