El dólar MEP, más conocido como dólar Bolsa, se transformó el mecanismo favorito de los inversores para vender divisas a través del mercado bursátil. La razón es que, en teoría, es donde se consigue la mejor cotización, incluso por encima de lo que se consigue a través del mercado informal, es decir en las “cuevas”. Sin embargo, algo inesperado -o al menos que pocos habían previsto- sucedió en las últimas semanas y los inversores se encontraron con una cotización que no tenía nada que ver con lo que habían estimado al ingresar en esa operatoria.
El motivo del desencanto de muchos inversores es que terminaron percibiendo un tipo de cambio sustancialmente menor al previsto. Y esto ocurrió por el derrumbe de bonos que se produjo en las últimas jornadas y que llevó el riesgo país a rozar los 4.500 puntos. Esta baja abrupta sorprendió a una gran cantidad de individuos que habían ingresado en la operatoria dólar MEP. La misma consiste en comprar bonos en dólares, mantenerlos cinco días en cartera y luego venderlos pero en su especie en pesos.
La obligación de mantener durante cinco días los bonos en cartera provoca que la venta de dólares vía Bolsa tenga una elevada incertidumbre. Los inversores piensan que percibirán un precio por las divisas que venden pero pueden terminar recibiendo una cotización muy distinta a la esperada
La consecuencia de estos movimientos es que muchos que habían entrado en la operatoria para cambiar dólares a una cotización cercana a los $ 85 se encontraron con la dura realidad: no les pagarán más de $ 70. Por supuesto que está la opción de esperar una recuperación en el precio de los bonos en dólares, pero llevaría mucho tiempo para que suceda y no es el “espíritu” de este mecanismo, que básicamente consiste en la búsqueda de un canal para vender dólares al precio “real" y no al valor que surge del mercado oficial.
El problema del dólar MEP es que se expone al inversor minorista a un tiempo de espera innecesario, sometiéndolo a un riesgo que en muchos casos no tenía claro que estaba asumiendo. El argumento de más peso en las sociedades de Bolsa es que la alternativa para evitar este período de incertidumbre es recurrir a “cuevas”, con lo cual se fomenta la informalidad.
Quien debería determinar los cambios en el funcionamiento de esta operatoria es la Comisión Nacional de Valores. Pero en medio de las urgencias generadas por el coronavirus, incluso desde el punto de vista de la parálisis de la economía, no es un tema prioritario. El pedido específico es que ese “parking”, u obligación de estacionar por cinco días los bonos en la cuenta, sea dejado sin efecto.
Esos días de espera fueron introducidos originalmente para evitar especulación entre los que vendían vía Bolsa y compraban a través del mercado oficial. Sin embargo, con el aumento de las restricciones cambiarias y luego la introducción del impuesto del 30% también para la compra de billetes esa resolución dejó de tener sentido práctico.
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