El director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, Agustín Salvia, analizó como positivas las transferencias de recursos a trabajadores informales, al tiempo que sostuvo que hay que tener en cuenta el efecto económico de la epidemia de coronavirus COVID-19 por fuera de la economía formal: “La cuarentena tiene efectos muy desiguales, es más nociva para la economía informal y para los sectores que ya vienen golpeados”. El sociólogo que el año pasado fue blanco de críticas desde el macrismo por la publicación de datos de pobreza proyectados luego del proceso electoral dijo que todavía es demasiado pronto para estimar el efecto de la pandemia en indicadores sociales, pero que “claro que ahora los pobres son más pobres”.
“La mejor opción es salir lo antes posible de la cuarentena manteniendo cierto control sanitario. Para eso, quizás se requiere extremar las medidas de aislamiento social hoy. Cuanto más extremas puedan ser las medidas, menor va a ser el tiempo necesario para atender las demandas sociales ante la emergencia sanitaria, y todo esto se transformaría en un shock de corto plazo. Es el mejor escenario. Hay que fortalecer desde los tratamientos, los controles, el aislamiento, todo. Pero extender esto por exceso de precauciones porque no tengo otras herramientas sería un gran problema. Tenés que achicar lo más posible el tiempo de la cuarentena”, dijo Salvia a Infobae.
El titular del Observatorio de la UCA admitió estar limitado para medir el impacto económico que está teniendo la crisis sanitaria en la Argentina, por las medidas de aislamiento social que limitan el trabajo de sus especialistas pero también por lo reciente de la cuarentena obligatoria y la interrupción de recolección de datos de algunos relevamientos del Indec. Con todo, consideró que las medidas de aislamiento social y obligatorio están generando impactos económicos muy distintos según el nivel socioeconómico.
Estas transferencias de dinero, que surgen de emisión monetaria, muy probablemente sean lo correcto y no puedan ser evitadas. Es muy probable que sean inflacionarias, quizás no ahora que está todo parado pero sí cuando salgamos de la emergencia
“No podemos medir ahora el efecto sobre la pobreza, porque es demasiado pronto, pero más allá de que crezca o no la pobreza lo que es claro es que los que ya eran pobres ahora son más pobres”, dijo Salvia.
“El 32% de los hogares urbanos en la Argentina no tiene ninguna relación con salarios formales privados, dos tercios de ellos reciben alguna asignación, por lo que 10% de los hogares no recibe nada. Están fuera hasta de los programas sociales y son pobres, sectores vulnerables. Cualquier transferencia de recursos tradicional -AUH, tarjeta alimentar, jubilaciones, etcétera- deja afuera a esos hogares, que son de 1,2 a 1,5 millón de acuerdo a si estimamos hogares rurales o no", comentó el sociólogo.
Por eso, valoró la iniciativa del Gobierno orientada a hacer llegar una suma única de $10.000 a trabajadores informales, ya que en la economía informal de la que dependen esos hogares es donde más afecta el aislamiento social.
“Nuestro diagnóstico es que hay 4 millones de hogares en situación de vulnerabilidad. Dependen mucho de los comedores escolares, que están limitados en este contexto. También de complementos de ingresos vinculados al trabajo informal o goteo-derrame de la economía formal, todas cosas que se anulan en contexto de cuarentena. El 50% de los ingresos de estas familias viene de changas informales”, comentó.
“La economía formal ya tiene descontados de antemano los feriados que trató de maximizar el Gobierno, adelantándolos o aprovechándolos para la cuarentena. El problema es que los días feriados y fines de semana son precisamente los días de pico de actividad informal. El daño es muy distinto”, comentó Salvia. “Se genera una falta de trabajo profunda cuando ya no tenés al vendedor ambulante, al jardinero, al servicio personal, la reparación y el servicio doméstico, todo eso está muerto ahora”, lamentó.
Aunque consideró necesarias a las decisiones del Gobierno, Salvia advirtió por la conflictividad social que puede generar un parate prolongado de la actividad económica.
“Entre los hogares dependientes de la economía informal, la caída del ingreso implica la caída del consumo diario. No es que se afecta el fondo de reserva de una familia, sino que se compran menos alimentos ese mismo día. Y lo que preocupa es que en esas condiciones se abre el espacio a la legitimidad de la fuerza, hay síntomas de conflictividad social en distintas partes. De la conflictividad a un problema mayor nos separa la resistencia de la población en cuanto a sus necesidades económicas y sociales, por un lado, y un factor político, que son los hilos institucionales”, advirtió el investigador.
La mejor opción es salir lo antes posible de la cuarentena manteniendo cierto control sanitario. Para eso, quizás se requiere extremar las medidas de aislamiento social hoy
“En todos los frentes estamos débiles. Lo único positivo es que está siendo bastante valorada la imagen del presidente (Alberto Fernández) en este contexto. La demanda social por medidas sanitarias era grande, la agenda se movió en esa dirección y es importante que un Gobierno goce de la aprobación de la sociedad, nuestro sistema político depende de ello”, señaló Salvia. “Pero es importante tener en cuenta que las decisiones tienen costos y que el mejor escenario para la economía informal es la cuarentena más corta posible”, comentó.
“Es una oportunidad, diría, para nuevos acuerdos redistributivos. Podría ocurrir que incluso contextos como este podrían derivar en situaciones de crisis aún mayor, de descontrol social y económico aún mayor. Hoy por hoy creo que esto está contenido por la autoridad política que ofrece el Gobierno, que da cierta contención al desequilibrio global”, advirtió Salvia.
“Estas transferencias de dinero, que surgen de emisión monetaria, muy probablemente sean lo correcto y no puedan ser evitadas. Pero hay que entender que toda esa inyección de dinero no va a otra cosa que no sea alimentos y medicamentos. No se multiplica en servicios personales, mejoras en el hogar y otras pequeñas inversiones familiares. Es muy probable que esas transferencias sean inflacionarias, quizás no ahora que está todo parado pero sí cuando salgamos de la emergencia y entren en circulación”, dijo.
“Significarán una transferencia en un mes de 36 mi millones de pesos, la mitad del presupuesto de la tarjeta alimentar. En un año, es una inyección fuerte, que busca atender urgencias economicas y mantener un clima de paz social, pero hay que comenzar a pensar el día después, salir del default no será suficiente”, concluyó.
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