Desde el salto cambiario ocurrido después de las elecciones primarias, la administración de Mauricio Macri y, desde diciembre de 2019, la de Alberto Fernández apelaron a la estabilización del tipo de cambio como una vía para mitigar el avance de la inflación, sostenida por encima del 50% anual.
La inmediata suba del dólar tuvo en meses subsiguientes injerencia en los precios de los bienes transables y la suba de la inflación mayorista y por eso se optó por controlar esta variable a través de restricciones cambiarias, acotadas a partir del 1° de septiembre y más rígidas luego del 28 de octubre.
Con las elecciones primarias de por medio, el 11 de agosto pasado, el dólar mayorista ascendió entre el 9 y el 14 de agosto un 33,5%, de $45,25 a $60,40 por unidad.
Desde entonces transcurrieron siete meses en los que la divisa en ese canal donde opera el comercio exterior y las transacciones financieras de los bancos con el resto del mundo, aumentó un 6,5%, frente a una inflación que en el período trepó aproximadamente un 28 por ciento.
En una comparación anual, el dólar mayorista aumentó un 55%, desde los $41,05 del 21 de marzo de 2019, frente a una inflación que quedó a corta distancia, estacionada sobre el 50% anual desde febrero del año pasado.
En definitiva, esta devaluación del peso a un ritmo parecido al de la inflación frenó la ventaja cambiaria obtenida con el salto del dólar de agosto si se toma en cuenta el acusado proceso devaluatorio encarado en 2020 por países de la región que también son importantes socios comerciales y registran una inflación anual inferior al 2 por ciento.
“Si lo que miramos es el tipo de cambio, todo indica que los valores actuales son un nuevo piso. No creo que haya mucha duda en eso, al menos, por ahora", aportó Nicolás Chiesa, director de Portfolio Personal Inversiones.
En Brasil, principal destino de exportación de la Argentina, el dólar acumula un incremento de 25%, por encima de los 5 reales. En Chile el dólar ganó un 16% en lo que va de 2020, y un 27% en la comparación interanual.“
Si lo que miramos es el tipo de cambio, todo indica que los valores actuales son un nuevo piso. No creo que haya mucha duda en eso, al menos, por ahora (Nicolás Chiesa, director de PPI)
La suba del tipo de cambio oficial, para no perderle pisada a la inflación, queda diluida por el impacto que está teniendo la crisis internacional en las monedas emergentes”, estimó Mills Capital Markets. en un informe.
Más allá de la región, el billete verde también se apreció respecto de las divisas de otros socios comerciales de importancia. En China gana 1,4% en 2020 y 5,7% en doce meses, mientras que frente al euro el dólar se apreció 6,5% en lo que va del año.
El Índice de Tipo Cambio Real Multilateral (ITCRM) que mide el Banco Central, en base la inflación y la evolución de los precios de los productos exportables de la Argentina y sus principales socios comerciales, volvió esta semana los 112 puntos que exhibía el 9 de agosto, antes el colapso financiero que sobrevino después de las elecciones primarias.
Ello implica que toda la competitividad cambiaria obtenida por la devaluación de agosto se consumió en pocos meses, en los que, no obstante, el intercambio comercial ofreció un abultado superávit de unos USD 16.000 millones anuales, básicamente por un desplome de las importaciones.
Toda la competitividad cambiaria obtenida por la devaluación de agosto se consumió en pocos meses, en los que, no obstante, el intercambio comercial ofreció un abultado superávit de unos USD 16.000 millones anuales
Para Martín Calveira, economista del IAE de la Universidad Austral, “el efecto económico de la pandemia Coronavirus, el cual se observa en la volatilidad financiera y las decisiones de modificación de los tipos de cambio de la región, presionan la cotización del dólar en nuestro país, principal ancla de expectativas de precios. Por lo tanto, el ritmo de crecimiento de precios puede tener cierta reversión a niveles mayores”.
Calveira añadió que “el nivel actual de tipo de cambio sigue en condiciones de generar un mejor espacio para el sostenimiento del crecimiento de las exportaciones, aún cuando las tensiones de precios domésticos puedan matizar el efecto. Esto se traduce en generación posible de liquidez externa”.
Sin embargo, se avecinan tiempos de retracción en los volúmenes transados en el comercio exterior, mientras perduren los efectos de la pandemia. Una muestra de ello fue que el intercambio comercial argentino, al sumar importaciones más exportaciones, disminuyó un 8% en enero pasado, a USD 8.083 millones, en el menor nivel desde enero de 2016.
“El ingreso de divisas comerciales se resentirá en un contexto de escasez de Reservas Internacionales. Las importaciones también se verán afectadas por una menor actividad interna y menores precios internacionales, pero el efecto no compensaría la merma en exportaciones”, indicó Ecolatina.
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