El ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó hoy las estimaciones económicas sobre las que se apoya el programa de sustentabilidad de la deuda y si bien adelantó que el coronavirus afectará las proyecciones para 2020 y seguramente también 2021, no modificará las perspectivas de mediano y largo plazo.
En una presentación que realizó en inglés por videoconferencia debido a la cuarentena generalizada que se decretó ayer, el ministro presentó los números que sustentan el plan de sustentabilidad de la deuda y reafirmó que pese a la pandemia que afecta al mundo, es la intención del Gobierno avanzar rápido con la reestructuración.
En este sentido, adelantó que no podrá realizar, por obvias razones, el road show previsto por varios países para presentar la oferta, pero que sí hará la semana próxima encuentros virtuales con los bonistas para intercambiar puntos de vista sobre los números que acaba de mostrar. Vale aclarar que los acreedores venían insistiendo en que no conocían el plan del Gobierno que les garantizara que si entraban al canje iban a poder cobrar. Ahora, Guzmán mostró los números y los discutirá con ellos la semana que viene, precisó el ministro.
“Nuestro compromiso es hacer una reestructución sustentable. No queremos hacer una operación que en unos años nos requiera hacer una nueva. Es el objetivo de esta administración ponerle un punto final al tema y fijar condiciones de estabilidad de largo plazo. Queremos hacer esto de forma ordenada y que el proceso sea transparente”, aseguró el ministro, mientras mostraba un extenso power point con los números de la economía de los últimos años y las proyecciones hacia adelante.
Guzmán reiteró que el gobierno quiere actuar de buena fé y “rápido”, por lo que insistió en la necesidad de “cooperación”. “Publicamos el cronograma de acciones, entendemos que fue ajustado, pero lo que determinó la urgencia fue la situación real de la economía”, reiteró el funcionario.
En cuanto a las cifras, el ministro mostró un cuadro con las estimaciones que tienen para los próximos diez años. Respecto del crecimiento, las perspectivas apuntan a que este año la economía caería entre 1% y 1,5%, pero luego comenzaría a recuperar hasta estabilizarse en torno a 1,5% a 2% por año a partir del 2023.
Guzmán reconoció que estos números fueron estimados antes de la explosión del coronavirus y que, por ende, posiblemente sean revisados. Lo mismo que los de 2021, para cuando estaban previendo un crecimiento de entre 2,5% y 3%. No obstante, remarcó insistentemente que esta situación excepcional no modificará las perspectivas de mediano y largo plazo, con lo que buscó dar tranquilidad a los acreedores de que, aún en este contexto adverso, la Argentina crecerá y podrá pagar su deuda.
Respecto del escenario fiscal, el Gobierno apunta a alcanzar el equilibrio fiscal recién en 2022 y obtener un superávit de entre 0,1% y 0,5% del PBI al año siguiente. La proyección es que año a año el resultado mejore para consolidar un superávit primario de entre 0,8% y 1,2% del PBI entre 2027 y 2030.
“La Argentina ya ha hecho muchos esfuerzos. Hubo muchos ajustes en el gasto en los últimos años. Pasó del 24% del PBI en 2015 al 18,6% del producto el año pasado. Eso no hizo que vuelva la confianza, sino que cayó la demanda, la recaudación, subió el desempleo. Ya no hay espacio para más ajuste. Este gobierno está comprometido con la recuperación de la economía”, señaló Guzmán.
La balanza comercial será superavitaria, pero el excedente respecto del PBI se irá reduciendo en los próximos años hasta confluir, a partir de 2024, a una banda de entre 1,5% y 2% del producto. Crecer demandará mayor crecimiento de las importaciones, aseguró Guzmán. De todos modos, también insistió en que es fundamental que también crezcan las exportaciones, de modo tal de no comprometer el nivel de reservas, que llegarían a los USD 65.000 millones en 2024.
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