En una vuelta de tuerca forzada por los efectos de la pandemia del coronavirus sobre los mercados internacionales, de bienes, pero principalmente los financieros, como los de deuda pública y bonos corporativos, y de divisas, el ministro de Hacienda Martín Guzmán habría decidido postergar hasta abril la oferta de reestructuración a los bonistas, y concentrarse en el diseño del plan económico para enfrentar el nuevo escenario mundial y local, según lo destacó la agencia Bloomberg.
El Gobierno ya había definido que los bonos Ley Extranjera que se reestructuran suman USD 68.800 millones, se trata de un monto equivalente a: 48,2% del total bajo esa jurisdicción, porque no incluye a los compromisos contraídos por el país con organismos internacionales, principalmente el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y BID; 14,6% del PBI; y 21,2% del total de USD 324.374 millones, al cierre de febrero, según los últimos datos de la Secretaría de Finanzas a los que accedió Infobae.
“Se puede conjeturar que en Hacienda ‘firmarían’ un acuerdo con los acreedores si éstos aceptaran pasar los cupones de interés de más de 7% a 3% anual, además del período de gracia de 4 a 5 años. En ese caso, la carga de intereses correspondiente a bonos ley extranjera pasaría a unos USD 2.100 millones al año. Ahora bien, cada punto de interés adicional que eventualmente tenga que reconocerse para cerrar trato, implica una erogación extra de USD 688 millones al año, el equivalente a 0,14 puntos del PBI. La ‘mente fría’ debería dominar este proceso”, sostiene el vicepresidente de Ieral de Fundación Mediterránea, Jorge Vasconcelos.
Se puede conjeturar que en Hacienda ‘firmarían’ un acuerdo con los acreedores si éstos aceptaran pasar los cupones de interés de más de 7% a 3% anual, además del período de gracia de 4 a 5 años. En ese caso, la carga de intereses correspondiente a bonos ley extranjera pasaría a unos USD 2.100 millones al año (Jorge Vasconcelos)
Mientras que el economista Joaquín Baguez, Head of Strategic de PPI (Portfolio Personal Investment), anticipó este fin de semana en una columna para Infobae: “El equipo de Guzmán ha estado utilizando un argumento fuerte con inversores institucionales para convencerlos de participar activamente en las subastas de reinversión de deuda: deben considerar que se están siguiendo órdenes del lado racional del Frente de Todos. Cualquier fracaso de Alberto Fernández para lograr un acuerdo altamente favorable para la Argentina podría poner en peligro su presidencia y esto aumentaría el riesgo de que el lado menos racional del partido pueda avanzar en puestos claves’”.
Pero si la crisis derivada de la pandemia del coronavirus se profundiza, en la intención de no caer en un nuevo default a menos de 4 años de haber salido del anterior, tal vez deba optarse por una decisión de emergencia de pagar los próximos vencimientos de capital e intereses sin quitas, con la entrega de un nuevo bono ad hoc, con plazo abierto hasta que el mundo de las finanzas y el aval de los organismos internacionales declaren el comienzo de la normalización de los mercados internacionales. Ello haría que el índice de riesgo país o, visto de otra manera, el rendimiento de los bonos argentinos, vuelva a valores de precrisis, compatible con la realidad de las finanzas públicas y el nivel de reservas en divisas de libre disponibilidad en el Banco Central.
Leve baja en el último mes
Los datos preliminares correspondientes al cierre de febrero dieron cuenta de una leve baja de la deuda pública total en USD 76 millones, tras acumular una suba en casi USD 14.000 millones en los tres meses previos por la capitalización de intereses, el auxilio financiero del Banco Central para cubrir el déficit de las finanzas públicas, y los efectos de la inflación, la devaluación y apreciación del peso en ese período.
Del total de los compromisos acumulados, y luego de las diferencias de cambio que operaron a favor de la Argentina, porque se debilitaron la mayor parte de las divisas respecto del dólar, de modo que perdieron representatividad, el 61% se concentra en títulos públicos, los cuales se elevan al 72% del total con el agregado de las Letras del Tesoro en circulación y obligaciones con organismos del Estado; a los que habría que sumar el 5% del total de Adelantos Transitorios del Banco Central; 21% con organismos internacionales, y otros, principalmente pendiente de reestructuración de los canjes de 2005 y 2010, suman el 2% restante.
Sin embargo, lejos de responder esa leve baja en el mes a un fenómeno virtuoso, de cancelación neta de vencimientos, se originó casi exclusivamente al efecto de la depreciación de las principales monedas respecto del dólar que redundó en una disminución total por esa vía en USD 1.632 millones, y en otros USD 50 millones por la revaluación particular del peso.
Por el contrario, en febrero el Ministerio de Hacienda debió acudir principalmente al financiamiento neto adicional del Banco Central en USD 1.341 millones de la porción extraordinaria, se elevó a USD 6.181 millones; mientras que la “ordinaria”, se cancela al cierre del año y se renueva al comienzo del siguiente, disminuyó levemente, USD 47 millones, al equivalente a USD 9.247 millones; para pagar vencimientos de Letras del Tesoro por USD 936 millones; y préstamos comerciales y con organismos por USD 381 millones, principalmente.
Seguí leyendo: