Las noticias sobre el coronavirus despiertan el interés a nivel mundial y el avance de la pandemia genera preocupación entre la población. El mundo financiero no esta exento de esto y la incertidumbre impacta de lleno sobre los mercados internacionales y a nivel local.
Los llamados fondos buitres o holdouts están comprando bonos en dólares cortos, medianos y largos con legislación de Nueva York porque tienen precio de default. Ellos son ganadores con esta crisis. Los bonos hoy tienen una paridad atractiva para esta actividad porque cotizan en alrededor del 31%. Ellos no compran para negociar el pago, sino para litigar. La negociación de la deuda enfrenta su amenaza más grande. Un litigio manda a todos los bonos al default.
Así se explica por qué el riesgo país está en lo más alto desde mediados de 2005, cuando se realizó el canje de la deuda. Terminó el día en 3.225 puntos básicos (+8,5%). En aquellos años, superaba los 6 mil puntos. Parece una cifra lejana de alcanzar, pero con esta crisis nadie sabe lo que se puede caer.
La venta de bonos por parte de los grandes fondos, que ya no hacen esfuerzos para retenerlos en su cartera cuando hasta hace poco eran los grandes defensores de su precio para poder negociarlos con la Argentina y evitar que caigan en manos indeseadas (holdouts), fue el disparador para que pierdan hasta 8% de su valor.
Por otra parte las reservas mermaron en USD 236 millones por la baja del oro, del euro, la libra esterlina y la salida de depósitos en divisas de los bancos. Ahora están en USD 44.539 millones. Pero atención, hay una baja constante de depósitos. En los primeros días del mes perdieron más de USD 100 millones y al 9 de marzo estaban en 18.472 millones, el valor más bajo desde el 14 de noviembre de 2016. La gente reclama porque algunos bancos no siempre tienen los dólares en efectivo cuando piden retirarlos de sus cuentas. Generalmente, deben volver al día siguiente. Es que las entidades no estaban preparadas para estos retiros sorpresivos y los dólares los tienen que traer desde Ezeiza, donde una empresa privada los almacena.
Además, el aumento de la brecha cambiaria con los dólares alternativos a niveles superiores a 40%. El contado con liquidación, que se utiliza para fugar divisas, aumentó 2,2%, a $ 89,04. El MEP o Bolsa fue arrastrado y subió 2%, a $ 87,84.
El dólar libre dio su gran salto y aumentó 4 centavos a $ 83.
El mercado oficial, que es inexistente para los ahorristas e inversores, también tuvo alzas. En bancos y casas de cambio se vendió 28 centavos más caro, a $ 65,02, para que el dólar solidario aumentara a $ 84,52. Es que el público está pagando ese precio con tal de hacerse con dólares en blanco. Y cada ahorrista puede comprar 200 dólares mensuales.
En la plaza mayorista, nuevamente el Banco Central fue comprador de casi USD 100 millones, pero empujó la divisa al alza a un ritmo mayor al que lo venía haciendo. El tipo de cambio que se utiliza para exportar e importar y pagar deuda cerró 15 centavos arriba, a $ 62,82. Es el triple de lo que venía creciendo diariamente.
Tal vez tuvo que ver el derrumbe de los futuros de la soja en Chicago, que cerró a USD 315 por tonelada, un precio que no conocía desde octubre. Una mala noticia para el agro, que soporta una retención adicional de 3 puntos, decretada hace dos semanas.
La Bolsa también sucumbió. Perdió 9,76%, pero fue una gota en el océano porque las de los países vecinos cayeron aún más. Los bancos lideraron las bajas con retroceso de hasta 19%. Van a estar entre los más afectados por la crisis. YPF, que perdió 1,2%, ahora tiene un valor de libros de USD 1.800 millones, mientras que cuando se la estatizó valía USD 10.000 millones. La petrolera siguió el rumbo del crudo, que volvió a tener una fuerte caída. En Wall Street, el ADR de YPF -certificado de tenencia de acciones- cotizó a USD 4,29, porque bajó más de 14%.
“En el frente internacional hay situación de pánico con aversión al riesgo y búsqueda de refugio en los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Estamos en un proceso donde la Reserva Federal -el banco central norteamericano- y el Banco Central Europeo no sólo están bajando las tasas de interés, sino inyectando liquidez en los mercados de crédito interbancario. Esto es importante, pero hay que mirar ahora que no haya problemas en los balances de los bancos porque por el desplome de las empresas empiecen a gatillar reposición de garantías. Lo mismo les ocurre a los grandes fondos de inversión. Entonces hay que contener un efecto dominó. Por eso es importante que la Reserva Federal haya habilitado una línea de liquidez de un billón de dólares al corazón bancario", señaló Federico Furiase de la consultora Eco Go y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.
"Claramente esto no sirve para estabilizar porque estamos ante un shock de oferta que hace que las municiones de los bancos centrales vayan perdiendo fuerza. Lo que hay que esperar es que las economías que tienen margen desde el lado de la inflación y el financiamiento a tasas bajas coordinen paquetes de recorte de tasas en línea con un paquete fiscal que alivie a las empresas. La Argentina queda muy expuesta en este contexto porque está con las manos atadas porque no puede seguir el tren de devaluación de los vecinos. Si lo hiciera, acentuaría la inflación. Y, como la tasa de interés va por detrás del tipo de cambio, aumenta la brecha con los dólares alternativos. Esta es una señal negativa para los exportadores y un estímulo para los importadores. Pero, además, la brecha cambiaria pone en riesgo el acuerdo de precios y salarios y el congelamiento de tarifas. Creo que van a endurecer el tema de las importaciones para no perder reservas”, agregó.
En tanto, en la quinta hora de operaciones, las Bolsas de Asia, que comienzan a operar a las 21 de la Argentina, se desplomaban. El Nikkei de Tokio perdía 6%, el Hang Seng de Hong Kong caía 3,75% y el China A50 cedía 3,57%. Pero estas bolsas juegan con el precio del día anterior de Occidente.
Las apuestas a futuro para las demás bolsas del mundo eran absolutamente negativas. El Ibex de España perdía 13,20%, el CAC 40 de París, 14,10%, y el FTSE de Londres, 11%. El Italia 40 era el más damnificado con un derrumbe de 17%. Lo mejor de Europa era Alemania, donde el DAX subía 1,68%.
La Bolsa de Nueva York era más esperanzadora. Después de superar caídas del 2%, se fueron recortando a medida que se aproximaba la hora de apertura. El Dow Jones y el S&P 500 no definían tendencias. Los indicadores oscilaban entre leves subas y bajas a gran velocidad.
El índice del miedo, el VIX, que se calcula en Chicago con los futuros de las acciones del S&P 500, subía 20,55%. Es decir, puede superar los 80 puntos, un nivel que tuvo en 2008 por el estallido de la burbuja inmobiliaria que hizo quebrar a Lehman Brothers, el cuarto banco más grande de Estados Unidos.
Los precios del petróleo, tenían leves alzas de 0,30%, después de abrir con bajas de 1%.
La última rueda de la semana puede ser menos negativa que las anteriores y habrá cazadores de oportunidades porque pueden adquirir acciones de grandes empresas a precios de liquidación.