El ex ministro de Economía, Roberto Lavagna, se refirió a la negociación de la deuda con bonistas privados y consideró que “va a hacer falta una quita del 20% al 30%”, además de una rebaja de la tasa de interés y extender los plazos de pago.
“Esperemos que haya una quita. Hubo una primera etapa de la negociación de muy buenas intenciones donde se iban a alargar los plazos, se iba a bajar la tasa de interés, pero no iba a haber quita. Se separaron 4.500 millones de dólares para pagar hasta el 31 de marzo, venía todo de una manera que ojalá se hubiera podido cumplir, pero esa etapa ya pasó. Vino el bono de Buenos Aires, el bono dual que se reprogramó y ahora el A2M2 donde una parte hubo canje y otra parte se la pagó, hubo de todo”, analizó el economista, en declaraciones a C5N. “Ahora hay que hacer una oferta y empezar realmente la negociación”, enfatizó.
Lavagna analizó el contexto de caída de la economía a nivel mundial y consideró que “complica” al país, pero aclaró que “la situación Argentina ya era conocida". "No me da la impresión de que sea un antes y un después”, remarcó.
Consultado por la negociación de la deuda durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando era ministro de Economía, Lavagna expresó: “La situación es distinta, el default había sido declarado por uno de los gobiernos transitorios que hubo, había sido declarado casi con una fiesta en el Congreso, no había marcha atrás, los niveles de deuda eran menores y existía la posibilidad de un arreglo más amigable. Ahora va a hacer falta, además de alargar los plazos y bajar la tasa de interés, algún nivel de quita”.
En ese sentido, explayó que la quita debe ser con “cifras más parecidas a las de Ucrania y Grecia, entre el 20% y el 30%”. Luego habrá que ver “cuál es la rebaja de tasa de interés que se plantea" y “cuánto es el alargamiento de los plazos”, agregó el economista.
En este contexto, Lavagna criticó a Mauricio Macri: “Debió haber asumido él el default”. “Desde el punto de vista económico la crítica que uno puede hacer es demoledora”, enfatizó sobre la gestión de Cambiemos y aclaró que el endeudamiento fueron “decisiones políticas y económicas, muy difícilmente judiciables”.
“La situación no tiene el carácter extremo del 2002”, comparó. Y remarcó: “Las condiciones en aquél momento eran muchísimo más graves”. “En 2002, en la mesa de negociación había dos partes: el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional, que era el representante cobrador de los bonistas privados. Hoy hay tres: el gobierno argentino, el FMI que le dice a los privados que tienen que hacer una contribución”.
El ex candidato a presidente por Consenso Federal destacó que “el Gobierno está haciendo muchas cosas en diversas áreas”, pero cuestionó que “hubiera sido mejor no poner exclusivamente a la deuda en el centro” de la agenda. “El Gobierno le ha puesto plata en el bolsillo a la gente, esto está haciendo que los sectores de menores ingresos y los de clase media baja hayan empezado a recuperarse, simultáneamente hay una muy fuerte suba de impuestos que golpea a la clase media para arriba, esto esta impidiendo que la economía arranque. Arranca por los sectores de menos ingresos, pero se frena con los que tienen que pagar las expensas a fin de mes”, graficó.
“El peso impositivo sobre los sectores medios está en el límite absoluto”, criticó el economista y dijo que en este momento “nadie quiere ceder nada”. “Obviamente no lo van a hacer los sectores más atrasados, el desafío es poder levantar a los sectores medios y medios altos, bajando la presión impositiva y haciendo un gran trabajo en materia de reordenamiento del gasto”, añadió.
“Mientras no se asuma que no se puede seguir resolviendo esto subiendo impuestos, el sector de ingresos medios va a sufrir mucho y la economía no va a terminar de arrancar”, cuestionó Lavagna, quien luego resaltó que desde Consenso Federal han ayudado al oficialismo en distintos debates en el Congreso siempre y cuando “el gobierno estuviese dispuesto a hacer alguna concesión”. “Me siento cerca de la orientación que le ha dado el presidente al Gobierno, está haciendo un enorme esfuerzo por salir de la grieta”, destacó el economista a Alberto Fernández.
Sobre la situación tensa que atraviesa el Gobierno con el campo por la suba de retenciones a la soja, opinó que “es el momento de sentarse a reconstruir el diálogo”. “Dialogar no es exclusivamente sobre las retenciones”, explicó el ex ministro, quien remarcó que para el banco hay otros dos datos que son básicos: los precios internacionales y el nivel del dólar. “Si el dolar tiene un valor artificial como en los ’90, por más que no haya retenciones, el campo termina quebrado. Este es un buen dólar para el campo”, consideró y remarcó que tanto referentes del Gobierno como del sector agrario, llevaron la discusión a un plano “ideológico”. “Hay que trabajar con seriedad, tratando que la ideología no domine todo”, concluyó.
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