El coronavirus sigue avanzando y cada vez tiene más presencia en la región. Mientras los gobiernos buscan contener los posibles contagios el virus sigue filtrándose en las finanzas mundiales lo que está trayendo dramáticos efectos económicos y financieros. Tanto es así que las consultoras globales ya comenzaron a modificar las estimaciones de crecimiento de todos los países a la baja. Y la Argentina, claramente, no es la excepción.
Economist Inteligence Unit (EIU), la división ligada a la revista The Economist que realiza pronósticos, investigaciones y análisis económico, publicó las nuevas previsiones 2020 para América latina y el Caribe y lo hizo con “reducciones sustanciales”. Y proyecta límites en el tiempo para la expansión de la enfermedad. Para el informe de EIU el pronóstico es que China tendrá el virus bajo control para fines de marzo, en el resto del hemisferio norte a fines de junio y en el hemisferio sur a fines de septiembre: “Esperamos que el virus vuelva a aparecer como un virus estacional, pero que los gobiernos estén mejor preparados para manejar su retorno”.
La publicación que lleva la firma de Fiona Mackie, la directora para la región Latin America y el Caribe de la consultora, señala que “ya habíamos rebajado nuestras previsiones para varias economías vulnerables, incluidas Chile, Perú y Brasil, en febrero. Sin embargo, los riesgos a la baja de nuestras suposiciones que destacamos en febrero se han materializado y el coronavirus producirá un golpe severo tanto para el comercio exterior como para la actividad doméstica”.
“Según nuestros supuestos de referencia actuales en torno a la trayectoria del brote de coronavirus, ahora esperamos un crecimiento del PBI de solo 0.2% en 2020 en América Latina y el Caribe, por debajo del 0.9% a principios de año. En un escenario más pesimista al que actualmente atribuimos una probabilidad del 30%, el PIB real en América Latina y el Caribe se contraerá un 0,4% en 2020”, agrega el informe.
La entidad desarrolló cuatro escenario globales, “optimista, de referencia, pesimista y ‘pesadilla’” para el camino del coronavirus, que hacen suposiciones sobre las tasas de infección y mortalidad, junto con la capacidad de los gobiernos para contener la propagación del virus y hacer frente a las demandas en el sistema de salud. “Los dos escenarios más probables son nuestra línea de base, a la que atribuimos una probabilidad del 55%, y el escenario pesimista, al que atribuimos una probabilidad del 30%”.
Si el mundo crece a un tasa tan baja, los países en vías de desarrollo como los de América latina y el Caribe tendrán mayores posibilidades de profundizar los procesos de recesión, en especial aquellos que dependen más del comercio y los productos básicos.
En este contexto y con la mejor de las proyecciones, la consultora señala que las perspectivas de crecimiento global son “sombrías”. “Estamos en el proceso de revisar todos nuestros pronósticos globales, y esperamos reducir el crecimiento global en su conjunto a solo 1,9%, su nivel más débil desde la crisis financiera mundial de 2008-09”, explica el trabajo.
Si el mundo crece a un tasa tan baja, los países en vías de desarrollo como los de América latina y el Caribe tendrán mayores posibilidades de profundizar los procesos de recesión que ya se habían pronosticado. En especial para aquellos países que dependen más del comercio y los productos básicos.
“Para los grandes exportadores de productos básicos de América del Sur, el impacto de la reducción de la demanda mundial, especialmente de socios comerciales clave como China y la UE, y de los bajos precios del petróleo, el cobre, el mineral de hierro y la soja, será grave.”
Claramente la Argentina entre dentro de este grupo, tanto es así que EIU pasó de prever en enero pasado que el Producto Bruto de la Argentina iba a caer 1,4% y ahora estima que lo hará en un 2%. Y si el escenario se pone en modo “pesadilla”, la contracción será de 2,7 por ciento.
"Para toda América Latina y el Caribe, la interrupción del negocio y la incertidumbre provocarán una fuerte caída de la inversión extranjera directa (IED). Esto será gravemente perjudicial en una región donde el ahorro interno es débil y la IED representa el 3% del PIB y el 15% de la inversión fija total.
Para los países del Cono Sur, el enfoque del invierno del hemisferio plantea la posibilidad de una epidemia prolongada y difícil. Suponiendo que el coronavirus expande su presencia en la región, Mackie señala que los países tendrán “un aumento en el gasto en salud pero, incluso con más fondos, la capacidad de los sistemas regionales de salud para enfrentar el brote variará”.
Seguí leyendo: