Guzmán volvería a pagar la deuda en pesos, pero el fantasma del reperfilamiento sigue presente

Hoy vencen casi $ 60.000 millones y la Tesorería sólo consiguió refinanciar en forma parcial. Pero hasta fin de mes hay pagos mucho más pesados, que podrían aplazarse si no se logra una renovación

El ministro de Economía, Martín Guzmán

Martín Guzmán no tiene respiro. A la etapa decisiva para renegociar la deuda externa, se le sumó en las últimas semanas un contexto internacional mucho más negativo, que afectará las exportaciones y a la industria petrolera. Pero no es todo, de acá a fin de mes tendrá que hacer frente a millonarios vencimientos en pesos que volverán a generar un alto estrés en el mercado financiero. Las tres opciones son las habituales: pagar al vencimiento de cada título, refinanciar con la emisión de nueva deuda o reperfilar.

La buena noticia es que los bonos en pesos están subiendo de precio, sobre todo luego de la decisión de salir a pagar un título la semana pasada en efectivo. En la medida que continúa la recuperación de los bonos en moneda local, más fácil sería ofrecer canjes voluntarios de títulos en pesos y evitar así una megaemisión de moneda para pagarle a los inversores. En total vencen $ 190.000 millones en lo que resta del mes, incluyendo el título que deber ser pagado hoy.

En el menú de obligaciones aparecen dos Lecap, una Lecer y otra Lelink, es decir letras en pesos emitidas bajo distintas cláusulas. Muchas de ellas ya fueron reperfiladas durante el gobierno de Mauricio Macri. Desde el ministerio de Economía ya dejaron en claro que podrían actuar con dureza. En un comunicado publicado la semana pasada criticaron a inversores “oportunistas” que no acompañan al gobierno en la tarea de “normalizar” la curva de pesos. Es decir no se muestran colaborativos ante las necesidades de refinanciación por parte de la Tesorería.

El cronograma de vencimientos en pesos es extremadamente desafiante para el Gobierno. Hasta fin de marzo vencen $190.000 millones y hasta mediados de año la cifra se eleva a más de 400.000 millones de pesos. La intención del Gobierno es evitar un nuevo “reperfilamiento”

Hoy vencen $59.000 millones, por lo que será una prueba inmediata para determinar cuáles son los próximos pasos de Economía, en medio de un fuerte temblor internacional. La suba de riesgo país por encima de los 2.800 puntos no es otra cosa que la muestra de la fuerte aversión al riesgo que existe entre los inversores. Y esto también podría impactar en los títulos emitidos en pesos.

Por lo pronto, el lunes se colocaron dos títulos por un total de $ 16.000 millones, que sirve para repagar la letra que vence hoy. Sin embargo, aún quedarían alrededor de $ 43.000 millones por vencer que el Tesoro debería salir a pagar en efectivo. En caso contrario tendrá que optar por otro “reperfilamiento”, aunque el monto no lo justificaría.

El desafío más importante llegará a fin de mes, cuando venzan dos papeles que están fuertemente concentrados en dos fondos internacionales: Templeton y Pimco. Se espera que el Gobierno intente llevar adelante una negociación con ambos para tratar de “rollear” los vencimientos, es decir que ambos inversores acepten por las buenas una reestructuración.

La semana pasada hubo otro episodio similar con el vencimiento de otro título en pesos, el Bogato, por casi $75.000 millones. El Gobierno consiguió refinanciar el 65% del vencimiento, pero luego tuvo que pagarle “cash” a los que decidieron no entrar en la operación

Si no aceptaran o exigieran una tasa demasiado alta por los nuevos bonos en moneda local dejarían a Guzmán en una posición nuevamente muy complicada. En caso de que pague, sería a costa de otros inversores que sí aceptaron el canje. Y si no lo hace estará obligado a reperfilar deuda emitida bajo ley local, cuando el propio ministro había señalado que se iban a respetar los pagos en moneda local.

La semana pasada hubo otro episodio similar con el vencimiento de otro título en pesos, el Bogato, por casi $75.000 millones. El Gobierno consiguió refinanciar el 65% del vencimiento, pero luego tuvo que pagarle “cash” a los que decidieron no entrar en la operación. El problema de estas conductas es que algunos inversores institucionales aceptan canjear sus tenencias por otros títulos que tienen tasas de interés muy baja, en un claro mensaje de apoyo al Gobierno. Otros, sin embargo, prefieren no aceptar las propuestas y esperan a cobrar el efectivo. Sin embargo, esto sólo es posible si al menos una porción ingresa en las colocaciones de la nueva deuda.

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