Los principales índices bursátiles operaron con volatilidad luego de un lunes negro ante la caída de los precios del petróleo y el temor por el avance del coronavirus y su impacto sobre la economía mundial. En algunas plazas se observó un efecto rebote y los cazadores de oportunidades hicieron su negocio, comprando a precios de liquidación y tomando ganancias rápidamente.
Los compradores del martes, son los vendedores del miércoles. Con cuatro horas de operación, el Nikkei de Tokio perdía 1,40%; el Hang Seng de Hong Kong, 0,37% y el China A50 permanecía estable.
La euforia parece interrumpida y hay tendencia a la baja. Después de todo, el coronavirus sigue intacto y con su amenaza letal para el consumo y, por ende, para las empresas del mundo que deberán soportar una recesión ineludible.
Los inversores cuando compran no lo hacen pensando en hoy, sino en lo que viene. Y saben que el virus seguirá derrumbando las inversiones productivas y traerá una fuerte recesión mundial. Nadie quiere riesgos.
No hay país que quede afuera de semejante pandemia, aunque no tengan casos de virus. Un mundo incomunicado por falta de viajeros, es el peor enemigo de una economía globalizada.
Por eso los futuros de las bolsas de Nueva York, después de una jornada donde alcanzaron subas cercanas a 5%, operan con caídas. El Dow Jones, perdía 1,90% en las apuestas antes de la apertura. El Nasdaq bajaba 2,02% y el S&P 500, el más representativo por cantidad de acciones que abarca, cedía 2,08%.
Todas las bolsas europeas estaban en rojo a excepción de la de Londres con una suba poco sostenible de 0,24% y la de París con un sólido avance de 2,48%.
Al petróleo le iba bien en la primera hora del miércoles. El Brent, que es el de referencia de la Argentina, a la suba de 11% del martes le sumaba un alza de 3,50% que lo elevaba a casi USD 40 por barril.
Los bonos argentinos no tienen un buen augurio y este es un dato clave. Si siguen perdiendo paridad, habrá desinterés de los negociadores. Los grandes tenedores de bonos, los fondos del exterior, siguen sin interés por retenerlos y sus precios están en baja lo que los pone al alcance de los llamados “fondos buitres” o holdout, como se los denomina técnicamente. Ellos no quieren acuerdos. Su negocio es el litigio y mandar al país al default.
Por eso el riesgo país de la Argentina sigue en 2.803 puntos con algunos bonos cortos en precios de default.
Tampoco hay buenas noticias para la soja que solo sube 0,59% y necesita de un valor más alto, ante un dólar mayorista que sigue atrasado pese a que el Banco Central tolera que suba a un ritmo de entre 5 y 6 centavos por día. Por eso el martes cerró a $ 62,59.
Las reservas tuvieron un alza irrelevante a USD 44.785 millones.
Si bien la rueda del miércoles puede ser negativa. Habrá alzas y bajas. No será una debacle ni una caída uniforme.
El coronavirus es un tema del día a día que no lo resuelve la economía que se está quedando sin instrumentos porque las tasas ya se acercan a cero por ciento y porque los estímulos o subsidios son insuficientes ante un futuro que se presenta muy negativo. La economía -nunca mejor dicho- está en terapia intensiva pero esta vez, a diferencia de otras crisis, la solución está en manos de los médicos y no de los Gobiernos.
Seguí leyendo: