La puesta en marcha de una guerra de precios entre los países productores de crudo tiene a las bolsas de todo el mundo en situación de colapso. Las plazas asiáticas, europeas y los futuros de acciones estadounidenses que se operan antes del arranque del mercado mostraban derrumbesdespués de que el petroleo sufriera su peor caída diaria desde 1991. El lunes negro no va a dejar indemne al mercado argentino: acciones, en especial las petroleras, bonos y hasta el dólar van a sentir el efecto de la jornada. Más a mediano plazo, de sostenerse la convulsión global se espera que aumenten las probabilidades de una profundización de la recesión, precios de la soja pesados y un contexto difícil para cerrar una negociación de deuda a la velocidad buscada por el Gobierno.
Los mercados de todo el mundo están en estado de pánico. El crudo llegó a desplomarse en un momento dado más del 30%, los futuros de índices de acciones e Wall Street llegaron a caer hasta 5% lo que activó restricciones a las operaciones diseñadas para limitar derrumbes y el rendimiento de los bonos del Tesoro de los EEUU a 10 años, cuyo precio sube cuando los inversores corren a comprarlos, cayó debajo del 0,5% por primera vez en su historia, dado que las subas en su cotización hacen caer sus tasas.
El mercado argentino, aún aislado por los controles de cambio y golpeado por dos años de crisis propia, va a sentir el efecto del lunes negro. El primer impacto, el más directo, va a tener como protagonista a la acción de YPF y las del resto de petroleras del país. Con el petróleo Brent de referencia 22% abajo para caer a USD 35,98, las perspectivas para la gran promesa del sector -la formación Vaca Muerta- se resienten seriamente, ya que se trata de yacimientos no convencionales que necesitan precios altos del petróleo para ser rentables.
El sector petrolero en particular puede traer sus propias complicaciones al Gobierno, ya que con un barril a precios tan bajos se fortalecerán los pedidos del sector por un precio regulado para el barril local que garantice la rentabilidad y la continuidad de inversiones con las que contaba la estrategia oficial.
En el mercado cambiario el cepo va a limitar los efectos del aluvión que llega desde afuera, pero no que sean nulos. El dólar subía 6,9% en México, el primer mercado latinoamericano en abrir. Pero se espera que todas las monedas de la región reaccionen en forma parecida, después de un viernes en el que el real cayó a más de 4,6 unidades por dólar.
El real brasileño es todavía la principal referencia para el Banco Central (BCRA), que conduce desde febrero una suba controlada del dólar en el mercado cambiario mayorista para que el precio del peso no se atrase en comparación con los movimientos de la moneda brasileña y que, si el efecto de un shock como el de hoy se mantiene en el tiempo, va a forzar a acelerar la suba del dólar oficial.
“A nivel cambiario, va a requerir una estrategia del BCRA dejando que el dólar suba sin que se dispare mucho, con cepo cambiario es limitado el efecto pero en algún nivel tiene que conducirlo”, dijo Sabrina Corujo de Portfolio Personal.
Por el lado de los bonos, la salida de inversores desde inversiones de riesgo hacia colocaciones seguras muy probablemente le de otro golpe a la deuda argentina y al riesgo país. “Esperamos una apertura realmente negativa que se suma a todo lo que se ha escuchado de la reestructuración de la deuda el fin de semana y que no hace más que incrementarlo. Con los valores de los bonos cerca de los USD 40 por cada USD 100, muy probablemente testeen mínimos que si están por debajo de los USD 40 ya entran en una zona complicada porque es punto de entrada de fondos más especulativos. Ya asumíamos que por el efecto del coronavirus el cronograma de la deuda se iba a empezar a demorar, ahora creemos que en este escenario la oferta no va a llegar esta semana”, dijo Corujo.
Por otro lado, de mantenerse el estado de convulsión en los mercados globales al gobierno de Alberto Fernández se le va a hacer aún más difícil “encender la economía". La OCDE ya había recortado sus expectativas de crecimiento global por la epidemia que se inició en China y a las previsiones de actividad en la Argentina las corrigió del 1,7% al 2% de contracción del PBI para este año. De sostenerse el mercado bajista, eso podría profundizarse aún más.
“En el país todas las fichas estaban puestas en la reestructuración de la deuda y nuestra expectativa era que, si se resolvía ese tema, se quebraban las expectativas y podían volver al circuito de la inversión y el consumo, los 20.000 millones de dólares que se habían atesorado en los últimos 18 meses, por encima del ritmo habitual de dolarización de ahorros que caracteriza estructuralmente a la Argentina”, escribió el economista Martín Tetaz en un informe.
“Si se derrumba la demanda global caerá la demanda de los bienes que exporta argentina, empezando por las carnes que tienen como principal destino a China y siguiendo por el precio de los commodities como la soja, el trigo y el maíz”, agregó.
“Claramente en este escenario la probabilidad de una recesión es más alta, el impacto en el crecimiento por la epidemia iba a estar a nivel mundial y de cada uno de los países. Todavía esperamos políticas monetarias y fiscales que compensen parte del crecimiento, lo que esperas es que el impacto puntual y no sostenido. En principio o esperabas una recesión global, pero esto la hace más probable”, dijo Corujo.
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