Con la recaudación en caída a pesar de los aumentos de impuestos y el mercado de deuda en pesos cerrado, el Gobierno no para de recurrir al Banco Central (BCRA) para que emita dinero con el que cubrir su déficit. La autoridad monetaria emitió $75.000 millones a principios de marzo, que se sumaron a los $107.000 millones que ya había creado en febrero para ayudar al Tesoro a cerrar las cuentas. A medida que inyecta más y más pesos para financiar al fisco, la entidad conducida por Miguel Pesce se ve obligada a emitir Leliq para que ese nuevo dinero no circule y genere el riesgo de una disparada de los dólares paralelos o una aceleración de la inflación. Para analistas, la dinámica sólo es sostenible en el corto plazo.
El stock de Leliq, la cantidad de pesos que el BCRA toma de los bancos, llegó a $1,697 billón, un nuevo récord nominal que muestra que lejos de deshacerse la “bola de Leliq” que fue blanco de críticas por parte del presidente Alberto Fernández durante la campaña que lo llevó a la Casa Rosada no sólo está lejos de desaparecer sino que además crece.
De hecho, la cantidad de pesos colocados en estos instrumentos creció 28,8% en sólo dos semanas, un salto de $379.500 millones. De esta manera, la cantidad de pesos en circulación y la cantidad de dinero que el BCRA mantiene fuera del sistema para evitar un exceso de oferta que pueda desestabilizar a los precios o a las cotizaciones paralelas del dólar es casi la misma. El stock de Leliq equivale hoy al 93% de la base monetaria, que llegaba a $1,8 billón en los primeros días de marzo.
El crecimiento de la bola de nieve de Leliq tiene su explicación en la pobre suerte del ministro de Economía, Martín Guzmán, en los frentes fiscal y financiero. Por un lado, y a pesar de los aumentos de impuestos, la recesión y el adelanto de ventas al exterior para eludir retenciones a las exportaciones a fines del año pasado, mantienen a la recaudación limitada.
Por el otro, la estrategia de financiamiento en el mercado local a través de la colocación de Letras del Tesoro y el refinanciamiento de bonos en moneda local no logra seducir a los inversores.
El mes pasado ya tuvo que reperfilar el pago del Bono Dual por unos $100.000 millones y hasta hoy no había definido si pagaría o no el Bogato, otro título en pesos del que logró refinanciar el 67% de los cerca de $75.000 millones que correspondía desembolsar este viernes. Y que terminó con un tirón de orejas para quienes no entraron al canje en el comunicado oficial: “las conductas de tipo oportunistas, y de persecución de rentas extraordinarias en períodos cortos de tiempo, no contribuyen a los objetivos de sostenibilidad”.
Cada peso de vencimientos que Guzmán no logre refinanciar se puede transformar en emisión monetaria ante la falta de recursos genuinos para pagarlo. Por eso, precisamente, es que a principios de febrero cuando vencieron cerca de $100.000 millones del Bono Dual que el Tesoro no logró patear para adelante, el Gobierno prefirió incumplir el pago antes que inyectar tantos pesos juntos al mercado y desestabilizar el frente monetario o cambiario.
Ante el cargado cronograma de vencimientos en pesos que todavía queda por adelante, la necesidad de emitir para cubrir los vencimientos del Tesoro se vuelve mucho más probable. Según datos recolpilados por EcoGo el 31 de marzo vencen $ 45.000 millones de Lecap y Lelink (letras dollar-linked) reperfiladas el año pasado, en los primeros días de abril hay vencimientos por cerca de $60.000 millones y el 28 de abril cae el pago del Boncer 2020 (TC20) que coincide con una Lecap, por lo que juntas suponen un desembolso por $152.000 millones.
“Me parece que es una estrategia riesgosa en tanto se mantenga en el tiempo. La dificultad para renovar deuda en pesos tiene que ver con la indefinición de la deuda en dólares. En cuanto a la otra fuente de necesidades de pesos, el déficit fiscal. En enero hubo déficit fiscal y el aumento a las retenciones a la soja te de una señal de alguna escasez de recursos por parte de la Nación”, dijo Martín Vauthier de EcoGo.
“Estás en una situación de incertidumbre y si a eso le sumás que creas nuevos pesos el riesgo es que vaya a brecha cambiaria, y que la brecha empiece a ser la referencia de precios y que eso se te filtre a la inflación. Y después el efecto directo, que tengas un aumento de la velocidad de circulación del dinero y que eso te mueva los precios. Al retirarlo con Leliq tenés una salida, pero se te genera una bola de instrumentos que más temprano que tarde se te termina monetizando, ya lo vimos en el pasado”, agregó.
“Lo que emitió para deuda, hasta ahora al menos, es la parte menor, el riesgo de emisión importante por deuda en pesos empieza ahora, en mi opinión”, dijo Julio Piekarz, ex gerente general del Banco Central. “Probablemente por eso fue tan duro el Comunicado de Finanzas luego de la licitación para canjear Bogato”, agregó.
Necesidad de pesos
Las Leliq son la herramienta con la que el BCRA mantiene a raya la cantidad de pesos en circulación. Es deuda que emite a los bancos y por la que paga una tasa -ayer la bajó al 38% desde el 40% previo- a cambio de su liquidez excedente. El dinero que toma el Central vía Leliq se queda en el Banco Central, no circula y de esa manera no forma parte de la oferta monetaria.
Si bien el riesgo -finalmente concretado- que generaban las Lebac y luego las Leliq durante el Gobierno anterior, el de un desarme rápido de las letras del Banco Central que se vuelque de inmediato al mercado cambiario, ya no existe como resultado del control de cambios, los analistas siguen al dato con atención.
Obligado a imprimir pesos para un Gobierno que no alcanza a pagar sus cuentas, Pesce aumenta también el stock de Leliq con el objetivo de que la oferta de dinero no se despegue mucho de la demanda y eso no fogonee a la inflación. O, en un plazo más corto, que esos pesos no vayan a buscar dólares a cualquier precio, ya sea en el mercado informal como en el de dólar MEP o contado con liquidación.
“En política monetaria siempre estás caminado sobre vidrios. Seguimos en emergencia y como al Tesoro no le cierran las cuentas y no tiene financiamiento, el Banco Central hace lo que puede: emite, contiene esa emisión con Leliq y mantiene el cepo cambiario. El hecho de que los bancos no están encontrando demanda de crédito les permite aspirar pesos al mismo tiempo que baja las tasas de interés”, dijo Martín Polo de Mills Capital Group.
“Me preocupa porque en apenas menos de 100 días de gestión ya le giraron 180.000 millones de adelantos transitorios, en una parte del año en que no debería. El problema es que esto muestra que las cuentas del sector público están más en rojo de lo que esperábamos. Una negociación de deuda exitosa descomprimiría todo, pero no es lo más probable que se aun éxito o un fracaso, lo más probable es que sea un proceso largo”, agregó Polo.
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