El presidente Alberto Fernández tuvo su debut frente a lo que el macrismo denominaba círculo rojo. Aunque no es la primera vez que se encuentra hablando frente a empresarios del más alto nivel, con su participación junto a parte de su gabinete del almuerzo del organizado por el Capítulo Argentino del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), debutó frente al sector privado con el rol de Jefe de EStado.
“No es la primera vez que estoy en el CICyP”, dijo Fernández al término del encuentro frente a la pregunta de Infobae sobre como había vivido este primer evento empresario. Cuando este medio le recordó que sí era su primera vez como presidente de la Nación, Fernández señaló que “siempre digo lo mismo, siempre digo lo que pienso, como presidente o como ciudadano”.
Lo que piensa el jefe de Estado quedó plasmado en el discurso que dio frente a la atenta mirada de los ejecutivos más relevantes del país y un nutrido grupo de embajadores. En su discurso repitió algunas ideas y conceptos que ya había vertido cuando realizó la apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso. Volvió a enfatizar que en las sociedades igualitarias “todos ganan” y que la prioridad son los más relegados para luego seguir con el resto de su mensaje.
No hubo demasiadas definiciones económicas, salvo que recordó que cuando asumió como Jefe de Gabinete “el país estaba en default” y que ahora le toca vivir “la misma situación”, lo que generó miradas cómplices entre los CEOs y dueños de compañías.
Todavía se mantiene el buen diálogo entre las partes. Fernández se retiró del Hotel Alvear hablando con el titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Daniel Funes de Rioja, e insistiéndole que se mantengan en contacto: “Vos llamame, en serio, llamame a mí”, le repetía. Pese a ello, los hombres y mujeres del mundo de los negocios ya se empiezan a sentir molestos con algunos dichos del primer mandatario.
“No nos va bien, está todo paralizado y no causa gracia que nos traten de pícaros por los precios como lo hizo en el Congreso y volvió a insistir hoy”, señaló un hombre del sector privado con buena relación con la Casa Rosada,
El problema de los precios es que no hay referencia. Hoy no sabemos cuánto es el valor de la reposición de un producto. Pero, si baja la inflación, la expectativa también baja y esto se empieza a acomodar (Miguel Acevedo)
Básicamente hacían referencia a un pasaje del discurso en donde el Presidente hizo un llamado a los empresarios “que están más cómodos que los demás” y les dijo que “no podemos vivir en una sociedad donde vemos que el hambre consume a varios sectores. Necesitamos industriales comprometidos con la Argentina, no solo con los resultados de sus empresas”. Pero luego subió un poco más el tono de la crítica y apuntó a las alimenticias, cuyos presidentes estaba en primera fila, y dijo que ese sector “tiene que hacer una revisión de la que está pasando. Nosotros hemos ayudado a toda la producción frenando las tarifas y el combustible, y abriendo el crédito, no es posible que con todo eso los precios sigan subiendo”.
Pero aunque a los empresarios les molestó que nuevamente los señale, intentaron bajarle el tono. “Me pareció un buen primer discurso frente a los empresarios”, dijo Martín Cabrales. “Nosotros no somos formadores de precios, no es que suben los precios a nuestra voluntad”, agregó.
“El problema de los precios es que no hay referencia. Hoy no sabemos cuánto es el valor de la reposición de un producto. Pero, si baja la inflación, la expectativa también baja y esto se empieza a acomodar”, señaló el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo.
Del optimismo al default selectivo
Pero los empresarios prefirieron no quedarse con el reto y mirar hacia adelante. Y la fecha es el 31 de marzo, día que el presidente Fernández puso como plazo para comenzar el proceso de solución de la deuda a la que calificó de “increíble, incomprensible e inadmisible” por su nivel.
En el mundo de los negocios hay dos visiones respecto del resultado. Están los optimistas como Cabrales que señalan: “Estamos esperando el 31 de marzo para que lleve más tranquilidad, pero creo que se va a resolver”. Al igual que Gustavo Weiss y Julio Crivelli, de la Cámara Argentina de la Construcción, que señalaron que “la deuda se va a resolver, no es algo impagable. Los bonos hoy valen menos de la mitad, si se ofrece un canje por un valor razonable se va a resolver”.
Por su parte, José Urtubey de la UIA se mostró satisfecho con lo que está haciendo el Gobierno pero señaló que la dificultad “está en los bonistas con ley extranjera. Hace apenas 5 años obtuvieron fallos favorables en la justicia de los EE.UU. así que hay que ser cuidadoso. Y además, hay que entender que si no se cierra el 31 de marzo y se estiran los plazos no es un fracaso”.
Pero no todos se mostraron igual de optimistas. Eduardo Eurnekian, presidente del Grupo América, señaló a Infobae que el problema no es la deuda. “Si arreglamos la otra, la de 2001, se puede arreglar ésta. La pregunta a responder es si realmente estamos haciendo lo necesario para que una vez que se solucione la deuda los capitales vengan a invertir en la Argentina”.
Pero la novedad fue que hubo un empresario que dijo en voz alta lo que muchos empiezan a ver y decir en voz baja. ¿Y si hay un default en cuotas? El presidente y principal accionista de la compañía Aluar, Javier Madanes Quintanilla, señaló que no estaba tan confiado como sus colegas en que se llegará a una solución con todos los acreedores; “Hay un rol de discutir muy bueno, pero no estoy tan confiado porque hay que exhibir condiciones para llegar al acuerdo y definir una base de crecimiento que no está clara". Madanes Quintanilla entiende que puede haber una solución a medias con el FMI: “Puede ser que tengamos un acuerdo con el FMI y no con los bonistas, y que eso se solucione un poco más adelante. Una especie de default en cuotas”.
Frente a la consulta si ese escenario era lo peor que le podía pasar a la Argentina, el empresario dijo que "ir a un default es malo, pero lo peor es no crecer. Si no crecemos no podemos hacer nada; si crecemos, después vemos como vamos resolviendo las demás cuestiones”.
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