Factores internacionales e internos hicieron colapsar los precios de los títulos públicos argentinos este jueves, baja que se replicó en el avance del Riesgo País que mide JP Morgan. Este indicador, que refleja la brecha de las tasas de los bonos emergentes respecto de la referencia del bono del Tesoro de los EEUU, quedó cerca de los 2.200 puntos para la Argentina.
El Riesgo País argentino ascendió en el día 102 unidades o 4,9%, a 2.184 puntos básicos. Por la mañana alcanzó los 2.228 enteros, un máximo desde el 6 de diciembre último.
¿A qué se debió este incremento tan pronunciado? Por un lado, los principales índices de Wall Street retrocedieron por sexta rueda seguida. El Dow Jones de Industriales, que había alcanzado su máximo histórico el pasado 12 de febrero, se hundió 12% en las últimas jornadas, en un ajuste de precios adjudicado al avance del coronavirus, que se expande fuera de China y tiene efectos inmediatos sobre la actividad económica, el comercio exterior y el turismo.
La previsión de una sensible desaceleración económica global también alimenta la demanda de activos considerados seguros, como los bonos del Tesoro de los EEUU y los bund alemanes. Por eso suben con fuerza los precios de estos títulos soberanos en el mercado secundario y su tasa de retorno, que evoluciona en sentido inverso, toca pisos históricos.
La tasa del bono del Tesoro de los EEUU a diez años sondó este jueves 1,3% anual -después testear un mínimo de 1,27% por la mañana- que, frente a una inflación anual en torno al 2% en el país norteamericano, es claramente negativa en términos reales. Como baja la tasa de referencia del Riesgo País, este factor amplifica la brecha con los bonos emergentes, como los de la Argentina.
Los precios de los bonos argentinos sintetizan una percepción de insolvencia, mientras aumenta el déficit fiscal
En simultáneo a este movimiento de flight to quality (vuelo a la calidad), los fondos de inversión internacional se desprenden de deuda de países emergentes. Especialmente caen los argentinos, debido a su condición de reestructurables, son los que exhiben peores valuaciones.
“El tema central aquí es y será la reestructuración de la deuda. El ministro de Economía, Martín Guzmán, se encuentra dialogando con la mayoría de los principales grandes fondos que tienen bonos argentinos y más allá de las reuniones del martes y miércoles en Nueva York, el intercambio continúa y se cree que la semana entrante se extenderían en Buenos Aires”, comentaron desde Portfolio Personal Inversiones.
Desde el punto de vista local, los malos datos del resultado fiscal de enero sembraron más pesimismo sobre la eventual solvencia del Gobierno argentino para honrar los compromisos.
Fue una señal negativa para la deuda el resultado de enero anunciado por el Ministerio de Economía, con un rojo fiscal primario de $3.766 millones, frente a un superávit de $16.658 millones de pesos del mismo mes del año pasado. El déficit financiero de enero, que contempla los pagos de deuda pública, resultó negativo en 90.818 millones de pesos.
La demanda global por activos más seguros afecta negativamente a la cotización de los bonos argentinos
Consecuencia de ello fue la mediocre aceptación obtenida el miércoles por la colocación de una Letra del Tesoro en moneda local, las Lebad, por $2.358 millones, y un bono del Tesoro por $6.864 millones, pues el Gobierno no solo tiene vedado el mercado de deuda en dólares, sino que también enfrenta dificultades para refinanciarse en moneda doméstica.
Para la colocación de ‘Lebad 2020’ con vencimiento el 28 de agosto se fijó un precio de corte de 1.008,3 pesos por cada 1.000 pesos, lo cual representó una tasa nominal anual del 39,55%, mientras que para el ‘Bono Badlar + 100 pbs’, con vencimiento en el 2021, el precio de corte fue de 1.091,5 pesos y la tasa se ubicó en un 33,6% anual.
“La principal herramienta con la que cuenta un país para hacer creíble sus intenciones de pago es la política fiscal”, indicó un informe de Invecq Consulting.
Además, en la Argentina el vuelo a la calidad inversor tiene su propio capítulo, con el desarme de posiciones en títulos bajo legislación argentina para pasarse a aquellos emitidos bajo legislación de Nueva York, cuyo repajo es considerado más seguro por estar amparados por una legislación más confiable, que genera un arbitraje extra entre estas emisiones soberanas.
“El diferencial por legislación, opera cerca de los 400 puntos, es decir, los bonos con ley local se ubican en 42% y los regidos por ley extranjera alcanzan el 47% y en niveles cercanos al promedio registrado en las últimas semanas”, comentaron desde Research for Traders.
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