No son los días más tranquilos para reunirse con inversores en Wall Street. El ministro de Economía, Martín Guzmán, tendrá que hablarles sobre la renegociación de la deuda que se avecina, pero en medio del impacto que el coronavirus está provocando en los mercados a nivel mundial. Ayer mismo la bolsa neoyorkina cayó 3,5%.
Desde el Gobierno se cuidaron que en esta oportunidad hubiera muy poca información. Sin embargo, no hace falta demasiada imaginación para saber algunas de las entidades con las que mantendrán reuniones. Blackrock, Templeton, Marathon y Fidelity entre los grandes fondos de inversión, que además poseen fuertes participaciones en bonos argentinos. Y entre los bancos estarán Morgan Stanley, Bank of America, Citibank y JP Morgan, entre los más relevantes.
Estas instituciones, y algún puñado más, serán los que tendrán en sus manos las chances de éxito de la renegociación que se avecina. Sucede que los bonos argentinos bajo ley neoyorkina precisan un 75% de aceptación por cada emisión para ser reestructurados. Sin ese porcentaje naufragaría cualquier propuesta. Es, en definitiva, lo que le pasó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que no consiguió postergar el pago de un título provincial en dólares que vencía el 26 de enero.
Es el segundo encuentro cara a cara de Martín Guzmán con ejecutivos de Wall Street. Se trata de un nuevo round de estudio antes de llegar a la propuesta final, que se debería conocer en un par de semanas, según el cronograma original establecido. Pero todo indica que no llegará con los tiempos.
Guzmán viene de varios días muy intensos. El fin de semana participó de la cumbre del G-20 en Arabia Saudita. Allí se reunió con la número uno del FMI, Kristalina Georgieva, y además con el secretario del Tesoro americano. El comunicado final del G-20 realizó una alusión a la necesidad de que los países tengan deudas “sustentables”, lo que fue leído como un triunfo por parte de los negociadores argentinos.
Pero ahora viene la etapa más compleja y la que claramente llevará más tiempo: presentar una propuesta para renegociar la deuda y blanquear a los acreedores que habrá fuertes quitas. Si bien es algo que ya todo el mundo descuenta, no está tan claro cuál será efectivamente esa pérdida que deberán tomar los bonistas. Actualmente los bonos argentinos cotizan con una paridad de entre 40% y 45% por cada lámina de 100 dólares. Pero si los mercados se ponen demasiado pesimistas, no es descartable que bajen a niveles de 35% ó incluso menos.
En cuanto a la propuesta en sí, está descartado que hoy el ministro adelante cuáles serían los lineamientos. Más bien el palacio de Hacienda hablan de entender mejor cuál es la visión de los acreedores y qué se necesita para llegar a un acuerdo máximo.
Probablemente los fondos y bancos de inversión transmitirán a Guzmán cuál es la propuesta razonable que esperan del gobierno. Por lo general, la idea que circula es la posibilidad de recibir nuevos bonos que implicarían una pérdida de 40%, cuando los bonos actualmente cotizan con un 60% de descuento. Entre el “mix” de opciones aparece desde una quita de capital de hasta 20%, pero además fuerte alargamiento de plazos de cobro y una reducción en los pagos anuales de intereses.
Ante semejante cronograma, se ve como prácticamente imposible que culmine todo el proceso de renegociación el 31 de marzo, una fecha muy compleja que se autoimpuso el Gobierno. En el caso de que la negociación lleve más tiempo, una posibilidad es continuar con el reperfilamiento de los títulos que van venciendo tanto en pesos como en dólares, aunque siempre bajo ley local.
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