Mientras transcurrieron los feriados por el Carnaval en Argentina, los inversores globales huyeron de las acciones, en momentos en que un aumento en los casos de coronavirus fuera de China intensificó los temores a una prolongada desaceleración económica mundial.
Las bolsas internacionales, con algunas excepciones como Hong Kong y Seúl -que cerraron con ganancias-, repitieron este martes el mismo comportamiento: un ligero rebote en la apertura, un giro hacia las pérdidas poco después y un descenso cada vez más pronunciado a medida que avanzaba la sesión.
El índice Dow Jones de Wall Street cedió este martes un 3,1%, que se adiciona a la baja de 3,6% del lunes, para quedar cerca de los 27.000 puntos, un nivel similar al de comienzos de noviembre. Los índices bursátiles de Nueva York acumularon en dos ruedas pérdidas promedio de 6,6%, que se amplían a 8,4% desde el récord del Dow Jones del 12 de febrero pasado.
El ajuste bursátil podría concretarse con una caída de las valuaciones en pesos y un alza del dólar implícito
En ese escenario, los activos argentinos que se negocian en el exterior acompañaron la tendencia, con una caída de 8% en dólares en promedio para las acciones, y algo más acotada, en torno al 2% para los títulos públicos.
Los ADR, certificados a través de los cuales las empresas argentinas cotizan sus acciones en Wall Street, sufrieron mayores bajas en los sectores energético y bancario.
El descenso del precio del petróleo empujó al ADR de YPF a una caída de 11,5% acumulada en dos ruedas. El ADR cedió a USD 8,50 y quedó cerca de su mínimo histórico, de USD 8,13 del pasado 3 de septiembre. Para los papeles bancarios la pérdida promedió el 8% en dólares. Grupo Galicia restó 8,6% en dos jornadas, a 13,25 dólares.
Después de dos días de feriado en la Argentina, se abre el interrogante sobre la forma en que los mercados locales asimilarán el contundente recorte de precios.
Por una parte se prevé un claro retroceso de las cotizaciones en pesos, aunque también el ajuste podría plasmarse por un alza del dólar implícito en la operatoria bursátil, el “contado con liquidación”.
Cabe recordar que el panel líder S&P Merval de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos), hoy en 38.602 puntos, suma un retroceso de 7,4% en pesos desde que empezó el año, que estira a 14,4% cuando se lo mide en dólares, según la paridad “contado con liqui”.
Para el economista Gustavo Ber, “podrían detectarse mayores presiones cambiarias que lleven al BCRA a tener que validar un más acelerado deslizamiento del dólar mayorista, y además traducirse en una eventual ampliación de las brechas desde el 30% actual”.
El viernes 21, el dólar mayorista finalizó a $61,84, con lo que sumó un incremento de 3,3% desde que empezó 2020, que acompañó a la inflación, pero lució escaso respecto del salto cambiario de 9,5% que experimentó el dólar en Brasil, donde alcanzó un récord de 4,40 reales.
En ese sentido, el “contado con liquidación” cerró el viernes a $80,76, el precio más bajo desde el 13 de enero. En 2020 el “liqui” trepa un 6,8%, una tasa claramente superior a la inflación, aunque la incertidumbre financiera internacional -a la que la Argentina le complementa la tensión por la renegociación de la deuda- hace suponer que el tipo de cambio financiero podría retomar el alza, con una ampliación de la brecha con el oficial, ahora en 30,6 por ciento.
La expansión del coronavirus fuera de China -con focos en Italia, Corea del Sur e Irán- inquietó a los fondos de inversión, que buscaron refugio en la deuda pública de países como Estados Unidos y Alemania.
Esta creciente demanda por bonos del Tesoro de los EEUU, considerado un activo seguro, incidió en el descenso de la tasa de retorno de estos títulos, ahora en 1,33% para la emisión a 10 años.
Como el riesgo país de JP Morgan mide la brecha de tasas de los Treasuries y las emisiones soberanas emergentes, este indicador subió 2,3% para la Argentina, para quedar cerca de los 2.100 puntos, desde los 2.046 enteros del viernes 21.
Este martes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunió en Nueva York con los principales inversores de Wall Street. En ese contacto, el funcionario describió el panorama financiero de la Argentina y la necesidad de una renegociación de la deuda. El Gobierno debe lograr que el 75% de los acreedores acepten un cambio en las condiciones de pago para evitar un nuevo default de los bonos soberanos.
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