El ministro de Economía Martín Guzmán aterrizó hoy en Washington y mantuvo una reunión con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El fin de semana estuvo en Riad, Arabia Saudita, para una cumbre del G20 en la que se vio las caras con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, y cosechó un encuentro con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steve Mnuchin. La agenda seguirá en Nueva York, en donde tiene previsto encontrarse con representantes de bancos y fondos de inversión como parte de las conversaciones en dirección a una reestructuración de deuda que tiene como fecha límite el 31 de marzo próximo.
Al llegar al edifico del Fondo, en la Calle 19 de Washington, a pocas cuadras de la Casa Blanca, el ministro dijo que el encuentro de hoy, que se programó la semana pasada a último momento antes de viajar a Riad, servirá para seguir trabajando en la sustentabilidad de la deuda argentina y describió la situación de la Argentina como “crítica”. De la reunión también participó Sergio Chodos, el representante local en el FMI, quién también llegó hoy a la capital de EEUU desde Arabia Saudita.
Según voceros del FMI y del ministerio de Economía, para hoy Guzmán sólo tenía agendada una reunión con funcionarios del organismo que tiene sede en Washington. Como representantes del Fondo, en la mesa están sentados la directora adjunta del departamento del hemisferio occidental, Julie Kozack, y el jefe de la misión Argentina, Luis Cubeddu. El director del departamento del hemisferio occidental, Alejandro Werner, en principio no iba a participar de las charlas.
El encuentro con el FMI acelera los tiempos en dirección a un posible nuevo acuerdo entre la Argentina y el organismo internacional. El fin de semana las partes anunciaron que la Argentina accedería a una “consulta del Artículo IV” del Fondo, una revisión de las variables de la economía del país que allana el camino para que eventualmente se pueda acordar un nuevo programa, luego de que los dos programas acordados durante el Gobierno de Mauricio Macri quedaran interrumpidos.
La revisión de las cuentas monetarias, fiscales y de sector externo son esenciales para el establecimiento de las metas que se acuerdan dentro de un programa. Las condicionalidades que debe cumplir el país para mantenerse dentro de un programa acordado con el organismo.
En Washington esperaba el embajador argentino, Jorge Argüello, que el fin de semana tomó un vuelo desde Buenos Aires para cumplir su rol de coordinador de las relaciones con los organismos multilaterales y lo acompañará en sus reuniones y actividades.
La semana pasada, la misión del FMI en la Argentina analizó que la deuda del país se había vuelto “insostenible” al tiempo que recomendó una “contribución apreciable” por parte de los tenedores privados para una operación de reestructuración. El Gobierno argentino lo leyó como un respaldo para su intento de conseguir un diferimiento en los pagos de bonos soberanos, sumado a posibles quitas al valor presente de esos papeles, de manera tal de permitir un ahorro temporal que ayude a impulsar el crecimiento económico.
Apreciables
Mañana, Guzmán estará en Nueva York para contactarse fondos de inversión que cuentan con tenencias de deuda soberana argentina. Esto se hace en el marco del período de 10 días de reuniones e intercambio de visiones con tenedores de la deuda pública externa sobre la base de los lineamientos del Análisis de Sostenibilidad de la deuda pública de la Argentina presentados por Guzmán en el Congreso a principios de este mes, y dentro del Cronograma para la reestructuración de la deuda publicado por la cartera de Hacienda.
Se trata de reuniones que fueron calificadas como “estratégicas” desde Economía, en la ciudad donde tienen sede la mayor parte de los fondos y bancos con tenencias relevantes de bonos soberanos argentinos.
Con las conversaciones entre el Gobierno y el FMI encaminadas y avanzando a todo vapor, la negociación con los acreedores privados aparece hoy como la más delicada. La primera reacción del mercado a la sugerencia del Fondo de que los acreedores privados deberían aceptar pérdidas por sus tenencias de títulos de deuda argentinos fue una baja generalizada en las cotizaciones de los bonos soberanos.
El mercado leyó que con respaldo del Fondo la Argentina tiene más incentivos a presentar una oferta agresiva, lo que puede dilatar las conversaciones con bonistas más allá de la fecha límite del 31 de marzo, hasta alcanzar fechas de vencimientos importantes que el Gobierno asegura no tener forma de pagar. Eso haría más probable que antes un default.
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