Prevén que en 2020 la Argentina sí podrá tener un segundo semestre de crecimiento

Economistas del Banco Itaú destacaron la mejora de cuenta corriente por la devaluación y anticipan un rebote económico por la elevada capacidad ociosa y el repunte del consumo

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los economistas Mario Mesquita y
los economistas Mario Mesquita y João Pedro Bumachar, de Itaú Unibanco

Enviado especial a San Pablo. En un encuentro realizado en la sede central de Itaú Unibanco de San Pablo, Brasil, del que participó Infobae, directivos y economistas del banco privado más grande de América Latina se refirieron a las proyecciones de crecimiento de la región este año. El análisis de la actualidad económica de la Argentina también fue parte de las exposiciones del evento.

Mario Mesquita, economista Jefe de Itaú Unibanco, y Joao Pedro Bumachar, economista de la entidad para América Latina, presentaron las proyecciones de evolución de los indicadores económicos y financieros para 2020, en las que la Argentina vuelve a contrastar respecto de los pares de la región.

Frente a un crecimiento global esperado de 3,1% para 2020, América Latina podría registrar una expansión promedio del 1% en el presente año. Esta proyección, sin embargo está expuesta a los efectos negativos que podría ejercer sobre el desempeño económico global el avance del contagio de coronavirus, con epicentro en China.

Con los controles de cambio, las tasas vienen cayendo, pero la brecha en el mercado paralelo sube

Sin embargo, y como era de esperarse, los pronósticos para el PBI de Argentina no son positivos, después de dos años (2018 y 2019) en recesión. Los expertos de Itaú Unibanco prevén una caída de la actividad doméstica de 2% en 2020 y una tenue recuperación de 1% para 2021. Con estas previsiones, el PBI argentino acumulará una contracción de 7,2% en tres años.

Mesquita y Bumachar abundaron en otros índices relevantes sobre Argentina, con una inflación anual proyectada de 43% este año, unos nueve puntos porcentuales menos que el 53,8% de 2019, en un marco de tasas de interés de referencia negativas en términos reales, del 30% anual, según las proyecciones de Itaú.

Sobre el tipo de cambio en Argentina, una de las variables más volátiles y complicadas para determinar incluso para el Banco Central argentino, precisaron que esperan un dólar mayorista de 80 pesos para el cierre de 2020, y de 122 pesos para fines de 2021.

Mario Mesquita, economista Jefe de
Mario Mesquita, economista Jefe de Itaú Unibanco

Los economistas de Itaú supeditaron la dinámica de los índices a “la propuesta de renegociación de la deuda soberana a mediados de marzo y una esperada conclusión de la reestructuración a fines de ese mes”, en un contexto de “economía en recesión y baja disposición para hacer un ajuste fiscal significativo” que “limitan ganancias de capital con respecto a los precios actuales”.

Asimismo, Juan Carlos Barboza, economista Jefe de Itaú para la Argentina, Paraguay y Uruguay, consideró que para 2020 la economía argentina se enfrentará a “un escenario de contracción promedio para todo el año, por el arrastre estadístico del año 2019, aunque recién se conocerá la profundidad de la caída del año anterior cuando se difunda el resultado de las cuentas nacionales del INDEC, que se conocerá en marzo próximo”.

El PBI de Argentina caería en promedio 2% en 2020, pero el segundo semestre tendría una sensible recuperación del consumo

“Es importante destacar que es probable que tengamos una recuperación del consumo en la segunda parte del año, ya pasada la etapa de reestructuración de la deuda. Con una capacidad ociosa muy alta, podríamos tener una segunda parte del año mucho mejor que la primera, aunque no alcance a revertir la caída promedio para todo 2020″, subrayó Barboza.

"Las exportaciones van a aumentar en el año 2020, aunque no van a tener el impulso de la recuperación de la producción del agro como sucedió en 2019 después de la sequía de la campaña anterior”, describió el economista Jefe de Itaú.

Baruc Saez, jefe de banca
Baruc Saez, jefe de banca de Inversión de Latam en Itaú BBA

"Argentina está en un proceso complejo de la reestructuración de la deuda soberana, en el que debe realizar convocatorias con los tenedores. Como observamos con la fallida reestructuración de la deuda de la Provincia de Buenos Aires, quedó en evidencia la complejidad de uso de las cláusulas de acción colectiva como instrumento de renegociación. Será difícil alcanzar las mayorías necesarias para conseguir cambiar las condiciones de las emisiones”, indicó Barboza.

“En cuanto al FMI, es improbable renegociar un acuerdo con el Fondo sin condiciones”, puntualizó. Y expresó que “Argentina también tiene vencimientos importantes en 2022 y 2023, lo que llevará probablemente a tener que negociar nuevos acuerdos. Es un calendario exigente”. Y acotó que “una reestructuración exitosa de la deuda podría mejorar las perspectivas para la inversión privada, aunque es un escenario preliminar. Los partidos importantes empezarán a jugarse en los próximos meses”.

Los controles facilitan la caída de la inflación, pero dificultan la recuperación de la actividad

En este escenario, Barboza describió un 2020 que para la Argentina contará con “devaluación y la caída en las tasas de interés domésticas. El recorte de tasas tendrán algún costo, por el aumento del spread de los mercados paralelos del dólar que dificulta una recuperación fuerte en la actividad económica, aunque beneficia para una desaceleración de la inflación”.

En tanto, Baruc Saez, Head de Investment Banking para Latam de Itaú BBA, precisó que "en el caso de Argentina, en la parte soberana es donde tenemos mayor expectativa de que se resuelva la reestructuración de manera market fiendly y regresar a las emisiones en ese mercado. En América Latina todos los mercados empiezan a mezclar emisiones en dólares y en moneda local. Argentina tenía un posición relevante en cuanto a emisiones corporativas en 2018, pero la perdió en 2019 y 2020″.

Esperan una leve apreciación del real

Mario Mesquita afirmó que las proyecciones indican que el dólar en Brasil podría regresar al nivel de 4,05 reales, tras la devaluación del inicio del año. La depreciación del real brasileño siempre tiene influencia en una eventual devaluación del peso argentino, debido al peso preponderante de Brasil como socio comercial de la Argentina.

Un salto del dólar en Brasil de 9,5% en el inicio de 2020 fue una señal de alarma sobre el mercado de cambios argentino, donde el Banco Central redobla esfuerzos para estabilizar la cotización del dólar, con estrictas restricciones. De hecho, la devaluación del real brasileño observada en febrero motivó una aceleración del tipo de cambio en la Argentina, por encima del 2% en el segundo mes del año.

Los expertos de Itaú Unibanco anticipan para Argentina un 2020 con baja de la inflación y las tasas, pero con aumento de la brecha cambiaria

Mario Mesquita advirtió que persiste “una desceleración de la actividad global por el coronavirus, desde el 3% del año pasado”. Indicó también que el avance de la enfermedad incentivó “una reversión del flujo de fondos hacia países emergentes”, que provocó la reciente devaluación del real brasileño. Esta semana el dólar en Brasil alcanzó un máximo histórico de 4,40 reales.

A esto se añadió el recorte de las tasas internacionales también tuvo su capítulo brasileño, con “un nivel de tasas históricamente bajo en 4,25%, que podrían incrementarse a 4,5% hacia fin de año”, manifestó el economista principal de Itaú.

Nicholas McCarthy
Nicholas McCarthy

Asimismo, Nicholas McCarthy, jefe Global de Inversiones de Banca Privada de Itaú, comentó que “el único lugar donde estamos más o menos optimistas es en los mercados emergentes: con tasas tan bajas, la capacidad de repago del endeudamiento es mejor”.

“En cambio, estamos under wait (expectantes) con el dólar por primera vez. Es importante que el dólar en el mundo se deprecie y continúe China con la línea de reducir las tasas de interés, eso va a permitir pasar de largo con la crisis por el coronavirus”, añadió.

“Tenemos una recomendación en bolsas emergentes, mientras que somos cautelosos con la Bolsa norteamericana, que subió 31% el año pasado, en parte con ayuda de la tasa de interés que estuvo muy baja”, indicó McCarthy. Y agregó que “con renta fija también estamos cautelosos, en un marco de crecimiento global de 3% y la estabilidad de la tasa de inflación en el mundo. Es un mundo de inflaciones extremadamente bajas, con recorte de tasas de interés”.

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