El Central amenaza a los bancos con imponer tasas máximas para los créditos personales

La medida impactaría automáticamente en el costo de financiarse con tarjeta de crédito. Hay malestar de su titular, Miguel Pesce, por la lentitud con que trasladan a los clientes la reducción de la tasa de referencia. Pero los banqueros se defienden: “Nos cuesta mucha plata mantener el ‘Ahora 12’”

Miguel Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina

La tasa que cobran los bancos por financiar el consumo está en el ojo de la tormenta. Para el Central, las entidades no terminan de trasladar a sus clientes la fuerte reducción que ya llevó adelante en la tasa de referencia de las Leliq, que pasó de 63% anual a sólo 44%. Si bien la mayoría de las entidades lanzaron líneas para pymes a bajas tasas, se trata de financiamiento de corto plazo y muy acotado a un sector. El objetivo es que haya más crédito que ayude a las familias a financiar el consumo e incluso a refinanciar deuda tomada a elevados rendimientos.

El titular del BCRA, Miguel Pesce, y parte de su directorio ya adelantaron a los principales ejecutivos de las cámaras bancarias que analizan distintas opciones para ponerle algún tope al costo del crédito bancario, en particular préstamos personales. Esa eventual “tasa máxima” tendría automáticamente un impacto sobre los rendimientos que se cobran por financiarse con tarjeta de crédito. Según la actual ley de Tarjetas, el costo no puede superar en un 25% lo que se cobra por las líneas de préstamos personales.

Las entidades bancarias se toman la amenaza del titular del Central en serio, pero creen que en realidad se trata de una presión para que baje más rápido la tasa destinada a préstamos al consumo. Hasta ahora, la disminución de costos se notó más que nada en líneas de cortísimo plazo, como descuentos de cheque y líneas de capital de trabajo para empresas.

Para el BCRA aún hay mucho margen para bajar la tasa de interés de los préstamos al consumo. Eso impactaría automáticamente además el costo de financiarse con tarjeta cuando no se paga la totalidad del resumen.

Los bancos de Adeba (entidades privadas de capital local) habían anunciado el lanzamiento de una línea de préstamos personales a tasa del 45%. Pero el monto anunciado fue exiguo, apenas $ 4.000 millones entre todos. Fue un primer intento por alinearse a los pedidos del BCRA, pero quedó a medio camino respecto a las expectativas oficlales. Sin embargo, un préstamo personal para un cliente que cobra cuenta sueldo en cualquier entidades (es decir el segmento más seguro de todos) no baja todavía del 60% anual en pesos.

El foco de la conducción monetaria está puesto en que el consumo empiece a recuperarse, lo que es clave en principio para poner en marcha la reactivación de la economía. El stock de préstamos se redujo a un ritmo récord en 2019, por dos fenómenos simultáneos: el acelerado aumento de la inflación y un “desvío” de los recursos de los bancos hacia las Leliq, a partir de altísimas tasas de interés que llegó a pagar el BCRA el año pasado.

Pero los banqueros consideran que ya están haciendo un esfuerzo significativo. Y en particular se refieren al programa "Ahora 12″: “Los bancos somos los que absorbemos la tasa para que las cuotas lleguen sin interés al público. La mitad de todo lo que se paga con tarjeta en cuotas es a través de este esquema”, explican. Además se quejan de que muchos de los productos que se venden a través del Ahora 12 son importados, cuando el objetivo es financiar artículos de producción nacional.

En 2019, el stock de préstamos se redujo a un ritmo récord por dos fenómenos simultáneos: el acelerado aumento de la inflación y un “desvío” de los recursos de los bancos hacia las Leliq, a partir de altísimas tasas de interés que llegó a pagar el BCRA.

Además, en la entidades plantean que sería extremadamente negativo “topear” (es decir ponerle un tope) a las tasas de interés. El argumento es conocido: si se quiere controlar un precio, tarde o temprano terminará resintiéndose las cantidades vendidas. En otras palabras, si se obliga a ofrecer tasas de demasiado bajas, las entidades estarán dispuestas a prestarles a unos pocos.

El tema no sólo preocupa a la industria bancaria. Una medidas de estas características afectaría también a las entidades que se dedican a dar crédito pero por afuera del sistema bancario. En este segmento los rendimientos son sensiblemente más altos porque se presta a población mucho más riesgosa desde el punto de vista crediticio. Si se baja “por decreto” esa tasa, posiblemente buena parte de los tomadores actuales no llegarían a calificar para recibir un préstamo.

Desde el BCRA aseguran que los bancos tienen margen para bajar más la tasa que cobran por préstamos personales ya que se ha reducido significativamente el costo de fondeo. La tasa de plazo fijo ya está en prácticamente todos los bancos por debajo del 35% anual, cuando antes de fin de año llegaban a pagar arriba del 55%. Pero este fondeo más barato aún no se terminó de trasladar a la cartera activa de las entidades.

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