Las valuaciones bursátiles regresaron a terreno resbaladizo esta semana, frente a las crecientes dudas sobre una reestructuración de deuda púbica que el gobierno de Alberto Fernández aspira a concretar antes del 31 de marzo.
La presentación efectuada en el Congreso por el ministro de Economía, Martín Guzmán, ofreció este miércoles pocos detalles de utilidad para los acreedores, cuando faltan seis semanas para la fecha “límite”. En rigor, el funcionario desalentó a los inversores al pronunciarse por una reestructuración “profunda” y reconoció que habrá “frustración” entre los bonistas.
El Riesgo País volvió a superar los 2.000 puntos y las acciones y los bonos tocaron precios mínimos en tres meses
Un golpe inicial ya lo había dado el reperfilamiento unilateral del bono Dual (AF20), que implicó postergar hasta el 30 de septiembre el pago de capital por unos $90.000 millones. Éste debía haberse hecho efectivo el jueves 13. Además, el título reperfilado dejará de devengar intereses en los seis meses de plazo extendido hasta su vencimiento.
A su turno, los agentes del mercado respondieron con indiferencia y desconfianza a las declaraciones oficiales. A la aceptación del canje del bono Dual por una porción minúscula de acreedores (10% del total) la semana anterior, le siguió el bajo interés por una emisión de Letras del Tesoro el lunes, declarada desierta, y, finalmente, por una licitación de títulos Lebad que sorteó el fracaso solo por la adhesión de entes públicos.
Los nubarrones en el horizonte ahuyentaron a los inversores financieros. Este viernes, el panel líder S&P Merval quedó debajo de los 39.000 puntos. Medido en pesos, resta 7% desde el arranque de 2020. A su vez, este índice de las principales acciones de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) medido en dólares -al dividir la puntiuación en pesos por el tipo de cambio “contado con liquidación”- acumula una baja de 9% desde el 30 de diciembre.
Es difícil imaginar la pérdida de valor bursátil de las compañías argentinas después de dos años de franco retroceso para la actividad económica. Entre enero y febrero de 2018, poco antes del colapso cambiario e inflacionario que llevó al gobierno de Mauricio Macri a recurrir al auxilio del FMI, el panel Merval sondeó máximos históricos entre los 1.600 y los 1.800 puntos.
Desde entonces, la pérdida de las cotizantes promedia más de 60% en dólares, sin que este desplome genere incentivos para que los inversores regresen, aunque sea, para aprovechar los precios de “ganga” en una posición que todavía consideran de alto riesgo.
El panorama no es mejor para los bonos soberanos, en cuyos precios se anticipa una dura renegociación de plazos y tasas de retorno. Los títulos en dólares de referencia mantienen una pérdida de 10% en promedio en 2020, mientras que las paridades quedan debajo del 50% en promedio. Esto quiere decir que aquel tenedor de deuda que hoy quiera desprenderse de su bono en el mercado secundario tendrá que aceptar una quita de más de la mitad del capital inicial invertido.
En el mismo sentido, el Riesgo País volvió a escalar y acomodarse sobre los 2.000 puntos básicos. En el hipotético caso de que el Gobierno argentino emitiera títulos a 10 años, debería convalidar una tasa de retorno superior al 20% anual en dólares.
En cuanto al mercado de cambios, las restricciones que se extienden desde septiembre del año pasado permiten una cierta estabilidad del precio formal del dólar junto con una agresiva baja de las tasas de interés, dos tendencias que no podrían convivir sin un estricto “cepo”.
El dólar mayorista cerró en $61,46, con un alza de 2,6% en 2020 y en el promedio al público alcanzó los $82,85 por la aplicación del impuesto “solidario” del 30%; ambos en máximos históricos. Las paridades bursátiles, como el “contado con liquidación” y el dólar MEP, lateralizan en un rango de 82 a 83 pesos.
Quedó solapada por la discusión sobre la deuda la nueva baja de la tasa de referencia del Banco Central, medida amparada por una cifra de inflación en enero inferior a la prevista, de 2,3% informa da por el INDEC.
La entidad que preside Miguel Pesce tomó una medida audaz: la del recorte de la tasa de Letras de Liquidez (Leliq) en 19 puntos porcentuales en cuatro ajustes efectuados en los últimos dos meses. En 44% anual a partir de 18 de febrero, es la más baja del último año.
El Comité de Política Monetaria del BCRA tomó esta determinación ante la evidencia de un escaso efecto de la tasa real alta para contener la inflación, que se sostiene hace más de un año sobre el 50% anual, aunque muchos analistas advierten el riesgo que conlleva cuando la desaceleración de los precios todavía no está consolidada y se prevé una caída estacional de la demanda de dinero a partir de febrero.
Seguí leyendo: