La calma duró 24 horas. El ministro de Economía, Martín Guzmán, habló en el congreso y su mensaje no fue distinto del comunicado que emitió cuando reperfiló el Bono Dual.
Esta agresividad -que para muchos fue para la galería que estaba poblada de militantes y sindicalistas- sumada a la falta de datos concretos sobre el plan económico y el futuro de la deuda, hizo que los inversores decidieran aliviar sus carteras de activos argentinos. No son pocos los que, tras sus explicaciones, vieron un default.
Por eso subió el dólar, bajaron las acciones, los bonos en pesos y divisas y se disparó el riesgo país. Los inversores no encontraron el alivio que esperaban y si bien es recomendable que el ministro no anticipe qué cartas va a jugar para renegociar la deuda, lo que detalló en materia de política fiscal no gustó porque no habló de recortar el gasto público ni de bajar impuestos y mucho menos de reformas.
Por eso, los bonos en pesos tuvieron bajas de hasta 5% que preanuncian que al Gobierno le va a costar colocar nuevos títulos en moneda local en el futuro.
Los títulos en dólares también se vieron afectados. Hubo ventas importantes que bajaron los precios hasta 4,20% como fue el caso del Bonar 2020 que vence el 8 de octubre. El Bonar 2024 perdió 2,15%. El riesgo país se disparó 94 unidades (+4,8%) a 2.055 puntos básicos. Perforó el techo psicológico de los 2.000 puntos como en los peores meses del gobierno anterior.
El dólar oficial siguió en alza, aunque en bancos y casas de cambios subió apenas 4 centavos a $ 63,66. En cambio, el dólar mayorista sigue avanzando a pasos más importantes, para no quedar atrasado respecto a Brasil donde el Banco Central tuvo que intervenir para que no se dispare el tipo de cambio.
Con negocios por apenas USD 184 millones (los exportadores siguen ausentes) la divisa subió por voluntad del Banco Central 16 centavos a $ 61,39.
En el mercado libre, el dólar siguió en $ 79 pero en los mercados alternativos la historia fue otra. El dólar que más cuenta para las transacciones locales, el de la Bolsa o MEP, aumentó 39 centavos a $ 81,95, mientras el contado con liquidación quedó casi sin cambios en $ 83,45. Las reservas del Banco Central siguen sumando leves alzas diarias. Esta vez crecieron 17 millones a USD 47.717 millones.
La Bolsa padeció la debacle. Con un elevado monto de negocios de $819 millones, los inversores decidieron salir de los activos de riesgo. El S&P Merval perdió 3,17%. A las 14.37 tuvo su peor momento porque la baja alcanzó a 4,80% y a partir de allí los cazadores de oportunidades comenzaron a comprar y lograron recortar las pérdidas.
Los bancos, obviamente, fueron los que más padecieron los avatares del mercado porque están involucrados con los bonos de la deuda. Las empresas de energía también aportaron al derrumbe. Transportadora Gas del Norte bajó (7,02%). Atrás se encolumnaron BBVA (-6,59%), Grupo Galicia (-5,36%) y Supervielle (-4,46%).
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares en Wall Street- tuvieron bajas casi generalizadas. El único papel que subió fue Mercado Libre (+2,67%). Las caídas fueron importantes y concentradas en los bancos. Galicia retrocedió 8,31%; BBVA, 7,86%; Macro, 4,92% y Supervielle, 4,67%.
Para la última rueda de la semana el ánimo no es el mejor. Hay desconcierto y, lo más grave, el mercado perdió la fe en el último recurso financiero que creía, los bonos en pesos.
Sin credibilidad la economía se complica, en particular cuando quieren bajar la tasa. De hecho, el Banco Central las recortó 4 puntos a 44% anual. El presidente Alberto Fernández dejó una velada advertencia a las entidades financieras en declaraciones radiales: “Si los bancos no cumplen las tres cosas que les pedí, va a tener que intervenir el Banco Central”.
El problema no radica allí, sino en que los inversores creen menos que antes en el peso por el default selectivo que se declaró en el bono Dual. Temen que el default se extienda a los futuros vencimientos en pesos.
Si bien el Gobierno celebró que la inflación de enero fue de 2,3%, muy por debajo de lo que estimaban las consultoras, no hay que olvidar que gran parte de la caída corresponde al congelamiento de tarifas. En otras palabras, si hubieran ajustado las tarifas la inflación habría superado 4% mensual.
Por otra parte, desagregando los datos de la inflación, se ve que fue más alta para los que teóricamente se quiere favorecer, los sectores de bajos ingresos porque los alimentos fueron los que más aumentaron a pesar de que les eliminaron el IVA.
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