La vicepresidenta Cristina Kirchner tiró la primera piedra, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recogió el guante y el presidente Alberto Fernández convalidó el diagnóstico de su compañera de fórmula.
El motivo de la polémica fue la utilización del préstamo del FMI que, según la vicepresidenta, se utilizó para alimentar la fuga de capitales durante el gobierno de Mauricio Macri.
Para la ex presidenta, el Fondo violó sus estatutos al prestarle a un país para que los dólares volvieran a salir del sistema financiero.
Desde Cuba, la vicepresidenta acusó al FMI de violar sus reglas por prestarle dinero al gobierno de Macri para financiar la fuga de capitales, por lo que le exigió que aceptara una quita en la deuda del país
El Fondo le respondió ayer: no hubo violación alguna de las reglas del Fondo, pero el presidente Alberto Fernández dijo más tarde que el diagnóstico de la vicepresidenta es correcto.
¿Quién tiene la razón: el Fondo, o el presidente y la vicepresidenta?
Si se observa el destino de los 44.149 millones de dólares que el Fondo le prestó al gobierno de Macri desde 2018, el detalle muestra los siguientes usos: 37.149 millones se utilizaron para pagar servicios de la deuda en moneda extranjera y 6072 millones de pasivos en moneda nacional, según las cifras oficiales.
Además, se utilizaron 227 millones en comisiones y desembolsos y 702 millones en gasto primario en moneda extranjera.
En particular, en el caso de la deuda en moneda extranjera, se aplicaron al pago de 15.229 millones de dólares en Letras; 10.750 millones en el Bonar; 5427 millones en bonos en dólares; 280 millones en bonos en euros. Además, se utilizaron 3185 millones para el pago a organismos multilaterales y bilaterales; 1577 millones para el pago del bono Discount; 245 millones para el pago del Par; 253 millones para el Plan Gas; y 203 millones en otros conceptos.
Si bien el Gobierno tuvo que apelar al Fondo porque se le cerró el acceso al mercado de capitales por la crisis cambiaria y la falta de orden fiscal, con el dinero del Fondo accedió a recursos a una tasa del 4% en promedio, contra el 8% que rendían los bonos en aquel momento.
Cabe recordar que la vicepresidenta dijo en Cuba que, como el Fondo había ayudado a financiar la fuga de capitales, debía aceptar una quita en la deuda que el Gobierno mantiene con el organismo multilateral.
El vocero del organismo, Gerry Rice, replicó que no hubo ninguna violación a las reglas y si bien el presidente Fernández convalidó lo que dijo Cristina, aclaró que quiere mantener una “negociación prudente” con el Fondo.
En primer término, si bien durante el gobierno de Macri hubo una fuerte salida de capitales –el concepto de fuga resulta incorrecto ya que refiere a una presunta conducta delictiva que no tiene correlación con la regulación cambiaria- durante los dos mandatos de Cristina Kirchner también hubo una fuerte salida de dinero, aún sin que hubiera un programa de asistencia del organismo multilateral.
Ayer, la diputada Fernanda Vallejos reforzaba las palabras de la vicepresidenta explicando que durante el gobierno de Macri se “fugaron” unos 88.000 millones de dólares. Pero en el primer mandato de Cristina Kirchner, por la manipulación de los datos del Indec, la pelea con el campo y el atraso cambiario, se fueron unos 80 mil millones de dólares.
De allí que, apenas ganó la reelección en 2011, el gobierno impuso un cepo que duró hasta 2016 y que se reflejó en los peores indicadores económicos de los 12 años del kirchnerismo, sin poder frenar en forma total esta supuesta “fuga”.
Sin embargo, el debate está vigente entre los economistas.
Por un lado, el economista Agustín D’ Attellis, ligado al oficialismo, dijo que la vicepresidenta tiene razón.
“Si se cruza durante ese periodo ingreso por desembolsos del Fondo y la fuga de capitales, se encuentra que el vínculo es muy fuerte”, explicó.
Según su propia acta constitutiva, agregó, “el Fondo no debería haber permitido ese proceso de salida durante los desembolsos del stand-by”.
En cambio, el analista de Quantum Fernando Baer opinó que “es tendenciosa esa definición, de corte político: el dinero es fungible y los que se refugiaron en dólares no fueron solamente los fondos y los bancos, sino más de un millón y medio de argentinos que, mientras que pudieron, trataron de preservar el valor de sus ahorros”.
Además, aclaró, “aunque el ejercicio contra fáctico es imposible, habría que preguntarse qué hubiese pasado si esos recursos no estaban y qué tendría que haber soportado la población en su conjunto: más devaluación, inflación y una mayor caída del salario real”.
“De no haber contado con los recursos del FMI, como ocurre en la actualidad, la economía hubiese estado desde hace mucho más tiempo paralizada, con restricciones de todo tipo, y al borde del colapso”, opinó.
Por lo tanto, Baer consideró que vale la pena preguntarse si fue útil utilizar el préstamo del Fondo, dada la crisis de los últimos dos años. “Si se siguiera un razonamiento lineal diría que no, pero desde el punto de vista del manejo de la política económica, el país estaría peor, sobre todo porque lo que terminó por hacer explotar la experiencia anterior fue la política”, concluyó.
Gabriel Caamaño, de Ecoledesma, dijo que las expresiones del oficialismo son “equivocadas, dado que el segundo acuerdo con el Fondo se utilizó para financiar los vencimientos de capital e intereses”.
Agustín D’Attellis afirmó que el Fondo sí violó sus reglas dado que gran parte de los recursos que prestó salieron del sistema financiero, mientras que Fernando Baer, Gabriel Caamaño y Martín Vauthier subrayaron que ese dinero se utilizó para pagar la deuda
“Hubo un aporte inicial que fue a las reservas del Banco Central que en principio se no se había usado, pero que después de las PASO, también se utilizó para afrontar vencimientos de la deuda. Por lo tanto, los dólares del Fondo no se utilizaron para contener al tipo de cambio, sino para pagar la deuda, la gran mayoría en moneda extranjera”, explicó.
Martín Vauthier, de EcoGo, dijo que “en principio el dinero del Fondo fue para financiar tanto el pago de la deuda como el déficit fiscal, en un contexto en el que el mercado se había cerrado”.
De todos modos, aclaró que “al utilizar parte de los recursos del Fondo para financiar déficit fiscal, que es en pesos, con deuda en otra moneda, indudablemente en el momento que el Banco Central decide vender esos dólares e intervenir en el mercado, esos dólares terminan en el sector privado”.
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