La compañía fabricante de motos Zanella, en pleno concurso de acreedores, asegura que luego de un fallo judicial de la provincia de San Luis, donde tiene su planta, está más cerca de poder concretar la venta de su marca. Desde hace unos meses, la empresa se encuentra en medio de una pelea judicial por la venta de sus activos, en la que participan otras dos compañías interesadas en comprarla: Corven y Motomel.
Aunque el tema de la venta de los activos de la firma se está analizando en el fuero comercial de la ciudad de San Luis, hay otra causa paralela iniciada por una ex empleada de la compañía, que se declaró acreedora y logró una medida cautelar de “no innovar” respecto a las marcas de Zanella. Esa medida cautelar, ordenada el 26 de diciembre de 2019, ahora fue dejada sin efecto.
Según fuentes de Zanella, este paso los habilita para seguir la operación de la venta de su marca a la empresa Corven (propiedad de IMSA), que ofreció USD 2,3 millones. Si esa operación se concreta, Zanella seguirá fabricando motos en su planta de San Luis —donde trabajan 55 personas— pero lo hará como tercerizada de Corven.
El botín de la guerra de las motos es la marca Zanella; quien consiga retenerla, dicen en el sector, conseguirá liderar el mercado.
Sin embargo, su competidora Motomel (de la firma La Emilia) aseguró que había hecho una propuesta para quedarse con la marca de la empresa por un precio mucho más alto y que no fue tenida en cuenta. Por ese motivo, presentó un reclamo a la Justicia comercial de San Luis, que ahora está siendo analizado.
Detrás de esa acción judicial, desde Motomel se lanzó tiempo atrás una acusación contra Zanella en cuanto a que Corven podría quedarse con la marca por “un precio vil”.
“El fallo de la Justicia penal ratificó que Zanella ha vendido obrando conforme a lo que manda la ley. Este fallo tira por detrás una solicitud de medida cautelar de una acreedora, una empleada del área de Tesorería, que hace esta presentación en diciembre y luego se considera despedida", indicó Soledad Fraire, apoderada de Zanella. Según la abogada, hay una sospecha de conexión entre la empleada que presentó el amparo y los abogados de la empresa Motomel, ya que los abogados que los representan pertenecen al mismo estudio.
Fuentes de Motomel, en tanto, aseguran que no están detrás de la cautelar y que las dos causas —la penal y la comercial— no están relacionadas. “Esa cautelar no tiene nada que ver. Las causas se iniciaron el mismo día, pero por casualidad. La quiebra de Zanella se tramita en un juzgado comercial y el fallo es penal, de un tercero que nada tiene que ver con Motomel”, aclararon.
Sobre este punto, la abogada de Zanella puntualizó que “la ex empleada presenta una denuncia contra la compañía diciendo que hay un delito al vender la marca. La jueza al verificar todas las pruebas ahora decide que la va a investigar. Se dieron cuenta de que no era ni acreedor y que no había delito. Ahora estamos a la espera de que la Cámara Civil y Comercial ratifique la resolución aprobada por el juez”.
Con respecto a la versión de que Motomel había realizado una propuesta de compra mucho mayor que la de Corven, desde Zanella aseguraron que nunca recibieron ninguna propuesta concreta y consideran que se trata de una “maniobra” para entorpecer la compra. “Detrás hay una pelea porque la empresa que se quede con el activo de la marca pasa a ser la más grande del mercado. Quieren ver quién se queda con el mayor porcentaje del negocio”, agregó Fraire.
Seguí leyendo: