Fue la peor noticia. El gobierno declaró desierta la licitación de los tres bonos con los que pensaba recaudar al menos $50.000 millones para hacer frente el jueves a vencimientos por $105.000 millones del AF20, un bono emitido en pesos pero que se ajusta por el valor del dólar, y de casi $10.000 millones de una Letra Capitalizable del Tesoro (LECAP).
Ahora, tiene dos caminos: emitir $96.000 millones, que equivalen a casi 6% de la base monetaria, o reperfilar compulsivamente la deuda, lo que equivale a defaultear los bonos en pesos.
Por lo que dejaron trascender allegados al Gobierno se inclinarían por pagarlo con emisión de dinero, asumiendo todos los costos que conlleva.
Pero hay otro obstáculo en el camino. Hasta abril vencen otros bonos por alrededor de $500.000 millones. En Economía esperan que este pago con emisión le dé confianza a los inversores para ser más benévolos con los futuros títulos que se liciten para cancelar la deuda que viene.
Los inversores extranjeros, los mayores tenedores de los bonos AF20, le mostraron al Gobierno que no los conforma un canje con bonos que tengan menos ventaja que el Dual. Sus ofertas estuvieron por debajo de la paridad de 98% que pedía el Gobierno por títulos con menores ventajas. De hecho, aceptar ese precio los obligaría a asumir pérdidas de casi 20%.
Al Gobierno le quedó claro que hay interesados por los bonos, pero deben mejorar el precio y alimentar la confianza de los acreedores. Pero más allá de todo, sobre la mesa quedaron las dos opciones: emiten o reperfilan compulsivamente, con lo que anulan la última fuente sana de financiación que quedaba, la de bonos en moneda local.
Las chances de un reperfilamiento, si bien aumentaron tras esta decisión, parece quedar descartada. Algunos economistas dijeron que es preferible emitir porque es el menor de los daños. Pero una emisión de esta magnitud se trasladaría a precios y haría volar los dólares alternativos. El consumo sufriría porque significaría una importante caída del salario real porque para que la gente acepte pesos el Banco Central tiene que neutralizar la emisión subiendo drásticamente la tasa de interés, aumentando los encajes bancarios y licitando bonos similares a las Leliq (Letras de Liquidez).
“La emisión se puede neutralizar con un plan monetario duro. Pero la gente no quita de su memoria el plan que ejecutó Guido Sandleris, el titular del Banco Central en la gestión de Macri y no se sabe cómo puede caer una repetición”, señaló un economista que pidió no ser identificado.
“Si pagan emitiendo pueden quedar como cumplidores y reunir los recursos para los próximos bonos. No creo que se suiciden quemando la única herramienta que tenían para refinanciarse y mandando los bonos en pesos a un default. ¿O que otra cosa es un reperfilamiento?”, agregó.
Por otra parte, que la licitación se haya declarado desierta no implica que nadie quiso los bonos. Hubo una significativa cantidad de ofertas del exterior, pero todos pedían más de lo que el Gobierno estaba dispuesto a pagar.
Trascendió que antes de que abran los mercados incluso podría haber una conferencia de prensa que explique y anuncie cómo seguirá el plan para cancelar los bonos en pesos.
Solo una explicación coherente, orientada hacia una estrategia sustentable a futuro, aliviaría la tensión de los inversores que se trasladará a la negociación de la deuda en dólares con los acreedores privados.
Si los mercados abrieran sin esa explicación, se derrumbarían los bonos en pesos y los nominados en dólares. En cambio, el dólar subiría. También tendría impacto en los acuerdos de precios y en las tarifas. Se exigirían aumento en los precios de los combustibles, por caso.
El mercado intuyó algo, porque los precios de los bonos en pesos fueron muy volátiles. Comenzaron en alza al conocerse que estaban llegando ofertas del exterior, pero sobre el cierre el rumor de un fracaso de la licitación hizo que cambiara la tendencia y cerraran con leves bajas. De hecho, el AF20 perdió apenas 0,1%.
Llamó la atención la demanda sobre los bonos cortos en dólares que hizo que el Bonar 2020 que vence en octubre próximo subiera 0,40% y el Bonar 2024, 0,30%. Los bonos largos fueron menos buscados y el Discount con ley en Nueva York, el que más influye en la medición del riesgo país, perdió 0,55% e hizo que el riesgo aumentara 12 unidades a 1.893 puntos básicos.
Pero más allá de estas indefiniciones, el día terminó con una inesperada suba del dólar oficial. Lo que más sorprendió fue el fuerte aumento de 27 centavos a $ 63,31 en bancos y casas de cambio. En la plaza mayorista, donde la ausencia de exportadores hizo que se negociara un escaso monto de USD 65 millones, el Banco Central alentó una nueva suba del dólar al ofrecerlo a $ 60,98 que representa un aumento de 20 centavos ¿Estaba preparando el camino para lo que sucedería más tarde?
La venta de dólares de los últimos días, es una forma de absorber pesos del mercado. En tanto, las cotizaciones alternativas siguieron el camino opuesto. El dólar Bolsa o MEP, bajó 14 centavos a $ 82,89 y el contado con liquidación, 59 centavos a $ 84,62. El dólar libre se mantuvo en $ 78.
La Bolsa fue otra víctima de las dudas. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, finalizó con una caída de 0,39%. Lo mejor del día fue BYMA (+2,60%) y lo peor pasó por Aluar (-3,60%).
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en Wall Street en dólares- tuvieron una rueda negativa con un ligero predominio de las bajas. Central Puerto lideró las alzas con 2,43%, seguido por Mercado Libre con 1,89% y Cresud con 1,18%. Las bajas más importantes fueron las de IRSA Propiedades Comerciales (-4,81%) y Corporación América (-2,36%).
La rueda de los mercados de hoy podría ser la más tensa del nuevo Gobierno. “La emisión tiene cura. El reperfilamiento, no”, fue la drástica advertencia del economista que no se animó a decir si pensaba que esta decisión fue consensuada con el Fondo Monetario, el organismo que necesita renegociar lo que le prestó a la Argentina.
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