El Banco Central ratificó que seguirán los límites para comprar dólares “mientras perdure la escasez de divisas”

Un esquema de flotación administrada del tipo de cambio, según el BCRA, permitirá acumular reservas para ganar mayor libertad a la hora de fijar la política económica.

El acceso al mercado de cambios seguirá siendo muy restringido

“Mientras perdure la escasez de divisas con relación a la necesidad de una economía en expansión, se mantendrán las regulaciones cambiarias implementadas a partir del 1º de septiembre del año pasado”, afirmó el Banco Central de la República Argentina en su Informe de Política Monetaria (IPOM) publicado hoy. La referencia a las restricciones cambiarias dispuestas por el gobierno anterior alude al tope de USD 10.000 mensuales para la compra para atesoramiento, luego reducido a USD 200 dólares luego de las elecciones presidenciales.

En su informe, la autoridad monetaria ratificó también el esquema de flotación administrada del tipo de cambio “con el objeto de acumular reservas internacionales para recuperar grados de libertad en el manejo de la política económica y garantizar la estabilidad financiera. Asimismo, el BCRA procurará contribuir a sostener los niveles de competitividad de la economía para facilitar la recuperación de la producción local.”

En relación con la inflación, el Central solamente se limitó a anticipar que durante 2020 será más baja que en 2019, en línea con lo anunciado en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).

En su informe, la autoridad monetaria ratificó el esquema de flotación administrada del tipo de cambio “con el objeto de acumular reservas internacionales para recuperar grados de libertad en el manejo de la política económica y garantizar la estabilidad financiera".

“El BCRA conducirá una política monetaria prudente tendiente a lograr un proceso gradual de descenso de la inflación, manteniendo un régimen de flotación administrada de la moneda, consistente con el resto de los objetivos de política. En línea con lo previsto por el BCRA, las expectativas de los analistas de mercado anticipan una baja de la inflación durante 2020” asegura el Informe, que también destaca que la política monetaria estará coordinada con el resto de la política económica impulsada por el gobierno.

Al mismo tiempo, el documento no ahorra críticas hacia la política monetaria desarrollada durante el gobierno de Cambiemos, en particular hacia la centralidad de la tasa de interés como herramienta anti-inflacionaria esencial.

“La política de tasas de interés reales elevadas aplicada en los últimos años ha sido contraproducente para lograr una baja sostenible de la inflación, al tiempo que tuvo un impacto negativo en el acceso al crédito y la actividad económica. Un enfoque coordinado, que conjugue la prudencia monetaria y fiscal con los acuerdos de precios y salarios, permitirá atacar el problema de la inflación de forma integral, especialmente su componente inercial, el principal motor del aumento de precios en la actualidad, minimizando los costos reales de la desinflación”, enfatiza el documento.

Miguel Pesce, presidente del Banco Central de la República Argentina

Para el Central, “el fracaso en reducir la inflación en los últimos cuatro años se explicó, fundamentalmente, por las limitaciones de utilizar la tasa de interés como único instrumento de política antiinflacionaria”, a lo que se agregaron los shocks de precios causados por “los significativos ajustes en las tarifas de los servicios públicos y de la energía y las recurrentes depreciaciones del peso, exacerbadas por la desregulación financiera y cambiaria”.

Los diversos mecanismos formales e informales de indexación, que dieron impulso al componente inercial de la inflación, y la pérdida de credibilidad de la política monetaria por fijarse metas de inflación que fueron sistemáticamente incumplidas, dotaron de persistencia al fenómeno inflacionario”, señaló el BCRA.

Por último, el Informe de Política Monetaria repasó las medidas tomadas por la gestión de Miguel Pesce, iniciada el 10 de diciembre pasado. Entre ellas, se destacan la reducción de la tasa de referencia, que desde entonces pasó del 63% al 48%, la flexibilización de los encajes para entidades financieras que otorguen préstamos a pymes y la sanción de los plazos fijos en UVA precancelables, que permiten no perder frente a la inflación.

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