Los déficits bilaterales de la Argentina con China y Estados Unidos se redujeron fuertemente en 2019, según distintas fuentes de comercio exterior, pero será difícil sostener esa tendencia en 2020.
Junto a Brasil, China y EEUU son los principales socios comerciales de la Argentina. En diciembre, por caso, precisó el Indec, entre los tres absorbieron 32,7% de las exportaciones y abastecieron 52,3% de las importaciones argentinas.
En parte por la recesión y en parte por la devaluación del peso, la Argentina ya logró en los últimos meses revertir el saldo desfavorable con Brasil, pero le será mucho más difícil emparejar los flujos comerciales con China y Estados Unidos.
Superávit americano
Según cifras del gobierno de Estados Unidos, en el decenio 2010- 2019 el país del norte registró un superávit bilateral de 49.445 millones de dólares con la Argentina, con un máximo de 6.577 millones en 2014, un año recesivo, en los que usualmente se contraen las importaciones argentinas de cualquier origen.
El déficit con Estados Unidos se redujo 22,5% el último año (de USD 5.314 millones a 3.589 millones), porque la Argentina importó casi USD 1.900 millones menos, medida inferior al declive de las exportaciones a ese destino, siempre según las cifras de Washington, ya que el último informe del Indec agrupa, sin discriminar, a EEUU con México y Canadá en el renglón “NAFTA”.
La caída del déficit bilateral con China fue mucho más pronunciada: 70%, según un informe de la Cámara de Exportadores. El déficit con el gigante asiático fue de USD 2.209 millones el año pasado, contra un rojo de 7.593 millones en 2018.
Es difícil de prever lo que ocurrirá en adelante, porque el reciente acuerdo entre China y EEUU estableció un aumento de las compras chinas de productos relevantes de la oferta argentina (cereales y oleaginosas) y, fundamentalmente, porque es muy temprano para saber el alcance e impacto que tendrá el coronavirus sobre las corrientes comerciales.
En 2019, las colocaciones argentinas en China aumentaron nada menos que 57%, traccionadas por las ventas de carne vacuna (la peste porcina diezmó el stock de cerdos y forzó un rebalanceo de la “canasta cárnica” china) y de poroto de soja. Entre los dos productos explicaron el 69% de las ventas al gigante asiático en 2019.
Ahora, sin embargo, con China temporalmente aislada del mundo, las tendencias previas están en cuestión. Por caso, Beijing ya paró miles de contenedores de fruta que debían salir de la Argentina y Chile, medida que afectó mucho más al país trasandino, que provee un cuarto de los casi 7.000 millones de dólares de fruta que anualmente importa China.
Beijing ya paró miles de contenedores de fruta que debían salir de la Argentina y Chile, medida que afectó mucho más al país trasandino, que provee un cuarto de los casi 7.000 millones de dólares de fruta que anualmente importa China
El ministro de Agricultura chileno, Carlos Walker, precisó que hay 3.000 contenedores con productos chilenos varados en puertos de China y otros 1.300 en tránsito, de suerte incierta.
Para la Argentina el impacto es leve, unos 30 contenedores de cereza patagónica que aún no salieron y eran parte de una incipiente apuesta exportadora iniciada el año pasado.
Un reciente estudio de la Bolsa de Cereales y el Instituto de Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), señalaba a China como un socio “estratégico” para el sector exportador argentino precisando, por ejemplo, sus compras agroindustriales totales, de 140.000 millones de dólares, de las cuales poco más de un cuarto eran proteínas de origen animal (carne y lácteos), en los que la Argentina tenía una participación de apenas 4%, contra 13% de EEUU y 21% de Brasil.
También, precisaba el estudio, la expansión del consumo chino de granos hizo que su “autosuficiencia” declinara sostenidamente en los últimos 5 años, al tiempo que aumentaban sus importaciones, incluidas aquellas desde la Argentina.
Otra apuesta reciente, ratificada por la delegación argentina que participó en la Feria Internacinal del Turismo (Fitur) en Madrid, es el turismo. Allí el freno es inmediato y casi total; la duda es cuánto tiempo se extenderá. Se trata de un volumen gigantesco: unos 150 millones de viajeros chinos, que gastaban en sus destinos unos 490.000 millones de dólares anuales, aunque sólo 0,2% era en destinos latinoamericanos y apenas unos 72.000 hacían turismo en la Argentina.
En todos los casos (carnes, lácteos, granos, turismo), el margen para avanzar es extraordinario, pero quedó en entredicho.
La política económica
Otro factor que podría conspirar contra las exportaciones argentina es la pérdida de “competitividad cambiaria". Al respecto, un informe de Ecolatina advirtió sobre el riesgo de que el gobierno se vea tentado a usar el tipo de cambio (concretamente, el precio del dólar) como “ancla” para contener los precios.
“Si el dólar oficial sigue sin moverse y la inflación sin ceder significativamente, la competitividad continuará en franco retroceso”, dijo al respecto. "El tipo de cambio real multilateral cayó 4% desde que asumió el nuevo gobierno y 8% desde que se impuso el cepo hard a fines de octubre de 2019”, señaló el informe. "La cantidad de dólares genuinos que genere nuestra economía -exportaciones netas de bienes y servicios- determinará nuestra capacidad de hacer frente a los compromisos asumidos”, concluyó.
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