Después de haber disfrutado un “veranito” en diciembre de 2019, con un aumento de 3,9% respecto de los deprimidos niveles de noviembre, el uso de las tarjetas de crédito en dólares registró en el primer mes de 2020 una retracción de 13,4%, lo que resultó en una caída de 45,6% respecto de igual mes del año pasado.
“Las nuevas disposiciones, como el impuesto del 30% a los consumos en el exterior, han impactado fuertemente en este tipo de operaciones con una mayor cautela por parte de los consumidores a la hora de usar las tarjetas de crédito para gastos fuera del país”, señaló Guillermo Barbero, socio del First Capital Group en un informe elaborado en base a datos del Banco Central sobre el stock de saldos de tarjetas al 30 de enero pasado.
En cuanto al total de préstamos en dólares, la caída fue de 3,9% respecto de diciembre. Se trató de la sexta reducción mensual consecutiva, que resultó en una caída interanual de de 36,8%, un ritmo de reducción que de continuar la racha bajista podría acelerarse en los próximos meses.
De vuelta, la explicación son las nuevas restricciones de acceso al mercado cambiario, que hacen que los usuarios de plástico sean renuentes a endeudarse en una moneda que aunque tengan en sus saldos no podrán reponer fácilmente, incluso si tienen una importante capacidad de ahorro.
Duro de reponer
De este modo, las dificultades de acceso a la divisa restan efectividad a las disposiciones que permitieron que el recargo del 30% a los consumos en el exterior no se aplicara cuando esos pagos se hacían directamente en dólares, lo que también contribuyó a desalentar el uso de tarjeta para compras online en divisas que luego serán difíciles de reponer, en particular si la intención del usuario es mantener cierto margen de liquidez o de ahorro en moneda extranjera.
En la última parte de enero pudo haber incidido, además, el fuerte aumento en el riesgo país y en la cotización de los dólares “alternativos” al tipo de cambio oficial, debido a la incertidumbre que se instaló en los mercados a partir del 21 de enero, cuando recrudecieron las versiones de una posible cesación de pagos del BP21, el bono bonaerense cuya segunda cuota el gobierno provincial intentó postergar hasta mayo con el consentimiento de los acreeedores pero que finalmente pagó el miércoles 5 de febrero, evitando el default.
Las dificultades de acceso a la moneda también alcanzan a los bancos. “Si bien el 75,15% del total de la deuda en moneda extranjera sigue siendo la línea de comerciales, durante los últimos meses hemos observado un traslado de los préstamos en dólares hacia operaciones nominadas en pesos, debido a la baja de los recursos en moneda extranjera en poder de los bancos”, explica un pasaje del informe.
En tanto, las operaciones con tarjeta de crédito en pesos arrojaron un saldo de 597.918 millones de pesos, un incremento de 4,4% respecto del cierre de diciembre, resultando en un incremento interanual (contra enero de 2019 del 52,1%, levemente por debajo de la inflación.
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