Vuelve el peligro de “reperfilamiento” de bonos en pesos, pero el Tesoro buscará evitarlo

Todas las miradas apuntan al bono “Dual”, que vence el 13 de febrero. Hasta ahora sólo se consiguió renovar el 10% sobre $ 100.000 millones, pero desde Casa Rosada ya dieron señales que no piensan emitir pesos para pagarles a los bonistas si no consiguen renovarlo

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Martín Guzmán, ministro de Economía
Martín Guzmán, ministro de Economía

El próximo vencimiento de un bono en pesos se transformó en una verdadera “cuestión de Estado”. Se trata de $ 100.000 millones del denominado bono “Dual”, o AF20. En la licitación realizada el lunes sólo se consiguió refinanciar el 10% de ese monto, pero el martes habrá una nueva colocación de títulos. El objetivo es mejorar sustancialmente aquel resultado para renovar este bono “por las buenas”. Pero si el resultado no fuera exitoso, se presenta un dilema de hierro para el Tesoro: emitir una suma millonaria de pesos para que cobren los bonistas o directamente optar por un nuevo “reperfilamiento” de la deuda, que sería el escenario menos deseado.

En diciembre el ministerio de Economía tomó una decisión arriesgada: reperfiló las Letes en dólares por plazos de hasta nueve meses, para dar tiempo a renegociar la deuda. Pero al mismo tiempo decidió pagar en tiempo y forma los bonos en pesos que fueron venciendo, a través de la emisión de nuevos bonos de corto y mediano plazo en moneda local.

Pero ahora el panorama luce más complicado. El volumen de vencimiento es gigantesco. Son $ 100.000 millones en diez días, pero en total serán $ 500.000 millones hasta abril. En un comunicado divulgado a principios de esta semana, Economía indicó que el proceso de sostenibilidad de la deuda requiere el “involucramiento” de los acreedores.

En el mercado, muchos leyeron este comentario como una manera “elegante” de exigir que títulos como el AF20 sean renovados, aún cuando los títulos que serán entregados a cambio tengan tasas de interés sumamente desfavorables.

El Tesoro podría mejorar las tasas para los nuevos títulos que busca colocar la semana próxima. Pero igual obligaría a los inversores a aceptar pérdidas para refinanciar el bono “dual”. La otra opción es un nuevo “reperfilamiento” de la deuda local que no conviene a nadie

Los inversores prácticamente descartan que el bono sea pagado con recursos en efectivo. La cotización rinde nada menos que 19% en dólares por invertir sólo dos semanas. Se trataría de un rendimiento único en el mundo que el Tesoro no está dispuesto a convalidar. El Presidente Alberto Fernández también se ocupó de aclarar que no está en los planes “emitir a lo loco”, mucho menos para pagarle a los bonistas.

Sucede que si el AF20 no es refinanciado y el Tesoro tiene que salir a pagarlo, implicaría una millonaria emisión monetaria que presionaría fuerte sobre el tipo de cambio y la inflación. En este escenario, la salida de reestructurar de manera unilateral la deuda local sería una opción.

Claro que un nuevo “reperfilamiento” de bonos en pesos como el que hizo en su momento el ministro de Economía, Hernán Lacunza, tendría efectos indeseados para los bonistas pero también para el Gobierno. Esa medida generaría fuerte impacto sobre el riesgo país justo cuando arranque el proceso de renegociación de la deuda. Pero además generaría un “shock” al impedir que inversores institucionales puedan disponer de pesos, lo que podría provocar un impacto adicional sobre la cadena de pagos.

El presidente Alberto Fernández advirtió que evitará emitir en exceso
El presidente Alberto Fernández advirtió que evitará emitir en exceso

El principal obstáculo para conseguir la refinanciación del bono “dual” es que la tasa de interés que ofrece el Tesoro por los nuevos títulos es sustancialmente más baja que la curva en pesos que hoy existe en el mercado. Eso significa que el inversor estaría obligado a asumir fuertes pérdidas, al aceptar nuevos papeles que automáticamente pasarían a negociar a precios inferiores a los que se ofrecen en la licitación.

La especulación es que el Tesoro mejorará los rendimientos en la licitación de la semana próxima, con el objetivo de tentar a más inversores. Pero tampoco puede ofrecer rendimientos muy altos, porque implicaría una reversión del proceso de baja de tasas que el propio Banco Central viene impulsando desde fines de 2019, ni bien Alberto Fernández llegó a la presidencia.

Además, como ya se disiparon los temores que existían en relación a un posible default de la provincia de Buenos Aires, eso también podría jugar a favor del Tesoro para conseguir una mayor aceptación la semana que viene. “Nadie estaba dispuesto, en medio de la pulseada de Axel Kicillof con los acreedores, a meterse en un título en pesos a más de un año. Pero ahora el panorama se presenta un poco más tranquilo”, explicó a Infobae un operador de bonos del mercado doméstico.

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