Los bancos públicos acreedores de la empresa Vicentin se reunieron hoy para coordinar una estrategia en común. Del encuentro participaron directivos del Nación, principal acreedor en la banca pública, el Provincia, el Ciudad y el BICE.
Fuentes de las entidades indicaron a Infobae que la intención del encuentro fue acordar una “estrategia en común para intentar cobrar” parte de los USD 360 millones que les debe la problemática empresa.
Encabezados por el presidente del Banco Nación, Eduardo Hecker, los ejecutivos de la banca pública decidieron que contratarán a un asesor financiero para la etapa que viene, con la posible convocatoria de acreedores y una eventual quiebra.
“Se acordó designar un negociador en representación de los bancos públicos”, expresó una fuente.
El Nación liderará ya que, del monto total, es el principal acreedor con $18.000 millones, seguido por el Provincia con $1600 millones y el BICE con $5 millones.
En total, la deuda de Vicentín es de USD 1350 millones, dividida entre USD 1000 millones de los bancos y el resto a empresas del sector agrícola.
Más allá de la diferencia en el signo político, el Ciudad se sumó a esta iniciativa en el entendimiento de que es mejor trabajar con el principal acreedor oficial.
Además de Hecker, estuvieron el presidente y el gerente general del BICE, José Ignacio de Mendiguren y Miguel Peirano, respectivamente, junto a un ejecutivo del Ciudad y otro del Provincia.
Es probable que, como el resto de los acreedores de Vicentin (comerciales y financieros), los bancos públicos tengan que esperar al desarrollo del concurso para cobrar una parte de esta deuda, admitieron los organizadores del encuentro.
Previamente, el Nación había recibido de la empresa dos propuestas de plan de pagos que consideró insuficientes y por esta razón le reclamó un plan de negocios y un aumento de las garantías; sin embargo, la aceleración de la crisis puso en stand by esta solución individual.
De todos modos, el principal banco público pretende cobrar antes que quedarse con alguno de los activos, como plantearon algunos referentes del oficialismo.
Por su parte, esta semana Vicentin informó que avanza a una supuesta solución de su problema financiero. “Todos los esfuerzos de la empresa se encuentran dedicados a alcanzar los objetivos prioritarios que ha hecho saber a los distintos interesados: la defensa de las fuentes de trabajo, la rehabilitación de su actividad productiva, el restablecimiento de su operatoria comercial con sus productores y la reestructuración de su pasivo financiero”, precisó.
Además, subrayó que la propuesta realizada a los acreedores comerciales “cosechó un gran número de adhesiones y se encuentra trabajando en la instrumentación de los acuerdos individuales, como así también en la concertación de reuniones para conciliar y aclarar aspectos de la misma”.
El Banco Nación ya hizo saber que pretender cobrar sus acreencias antes que quedarse con alguno de los activos de la empresa.
“De la misma manera, ratificamos nuestra vocación de honrar los compromisos adquiridos con nuestros acreedores comerciales y financieros. Insistimos que cualquiera fuera el procedimiento que asegure la mejor protección para lograr los objetivos manifestados, Vicentín no claudicará en su objetivo de alcanzar la concreción del plan de acción que fuera comunicado a los productores hace 10 días”, destacó, al dar a entender que es muy probable que se presente en concurso de acreedores en los próximos días.
La conducción actual del Nación tiene, además, un juicio muy crítico por la manera en que la gestión de Javier González Fraga le otorgó sucesivos créditos a Vicentín hasta llegar a un porcentaje excesivamente alto frente al patrimonio de la compañía sojera.
Vicentín llegó a tener créditos del Nación por el 20% de su patrimonio, el préstamo individual más elevado para este banco público. Por esta razón, el Nación decidió que en el futuro le colocará un tope a los créditos a las empresas para que no excedan el 7% de su patrimonio.
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