A 60 días de anunciar el “stress financiero”, y en medio de varias medidas cautelares interpuestas por algunos acreedores comerciales, que imposibilitaron la puesta en marcha de las plantas, la aceitera Vicentín está analizando presentarse en convocatoria de acreedores en los próximos días con el objetivo de preservar sus activos, según trascendió e, incluso, dio a entender la propia empresa mediante un comunicado. El objetivo no es abandonar el proceso de renegociación de su deuda, que asciende a unos USD 1.350 millones, sino evitar que decisiones judiciales perjudiquen la operatoria de la firma.
Mientras tanto, además, la firma sigue negociando con distintos jugadores del mercado la venta de algunos de sus activos que se han mostrado interesados. “Las negociaciones no son fáciles, pero seguramente eso se va a producir en algún momento de la negociación porque es la forma de que ingrese liquidez para poder afrontar los compromisos”, dijo una fuente cercana a la compañía.
Este contexto se da luego de una fuerte polémica con la nuevas autoridades del Banco Nación, principal acreedor de la empresa. “Esta compañía que con Macri pasó de estar en el top ten a ser líder de las cerealeras, en septiembre entró en mora, dejó de cancelar sus vencimiento. Lo llamativo es que cuando llegamos a la gestión del banco nos encontramos que la situación crediticia de Vicentín estaba en situación uno. La empresa, que nos encantaría que se recupere y pague y le dé trabajo a más de 5.000 personas, hasta acá su plan es solo café con masitas, porque por escrito no hubo nada”, señaló días atrás el vicepresidente del Nación, Matías Tombolini. Otro de los flamantes directores del Banco Nación, Claudio Lozano, habló directamente de “maniobras fraudulentas”. “Claramente el ‘muerto’ que la administración Macri–Fraga dejan en el Banco Nación es resultado de una maniobra fraudulenta de la firma en complicidad con la anterior conducción política del país y de la institución financiera”, aseguró.
Frente a diferentes versiones que circularon en las últimas horas, Vicentín decidió informar mediante el parte de prensa en qué está avanzando de cara a la solución de su problema financiero. “Todos los esfuerzos de la empresa se encuentran dedicados a alcanzar los objetivos prioritarios que ha hecho saber a los distintos interesados: la defensa de las fuentes de trabajo, la rehabilitación de su actividad productiva, el restablecimiento de su operatoria comercial con sus productores y la reestructuración de su pasivo financiero”, precisó.
Además, remarcó que la propuesta realizada a los acreedores comerciales “cosechó un gran número de adhesiones y se encuentra trabajando en la instrumentación de los acuerdos individuales, como así también en la concertación de reuniones para conciliar y aclarar aspectos de la misma”.
De la deuda total que tiene Vicentín, USD 1.000 millones es bancaria. Y de ese monto, USD 350 millones corresponde a pasivos que la firma tiene con el Banco Nación. Según el comunicado, la compañía inició conversaciones con la entidad que preside Eduardo Hecker “para estructurar una propuesta aceptable para dicho banco y para todos los bancos oficiales”. La empresa ya hizo dos ofertas que no fueron aceptadas porque, según fuentes del banco, tenían plazos muy largos y no cumplían con las garantías suficientes. Para los próximos días, se espera una tercera propuesta, que debería mejorar estas condiciones para tener el visto bueno.
Al mismo tiempo, el Banco Nación avanza en una estrategia coordinada con el Banco Provincia, que es el otro gran acreedor de la aceitera, que podría consistir en nombrar un veedor que revise los números de la empresa. Por otro lado, se está organizando para el viernes un gran encuentro de todos los acreedores que podría realizarse en la sede del principal banco público del país.
El siguiente pasó será negociar con los bancos privados, locales e internacionales, a los que Vicentín les debe USD 600 millones y a quienes también se les presentará "una propuesta que permita también alcanzar un pronto acuerdo con estos acreedores. “Es firme la intención de la compañía de salir de los problemas financieros actuales mediante un acuerdo con los acreedores en el menor tiempo posible, cualquiera sea la figura jurídica aplicable; y reactivar las plantas industriales lo antes posible, garantizando en cualquier escenario el mantenimiento de los puestos de trabajo”, precisó la empresa.
Además, sostuvo que es su voluntad y obligación “arbitrar todos los medios que estén al alcance para proteger los activos de la empresa y al personal, llevando tranquilidad a sus familias y a todas las comunidades en las cuales Vicentín está presente hace más de 90 años”."De la misma manera, ratificamos nuestra vocación de honrar los compromisos adquiridos con nuestros acreedores comerciales y financieros. Insistimos que cualquiera fuera el procedimiento que asegure la mejor protección para lograr los objetivos manifestados, Vicentín no claudicará en su objetivo de alcanzar la concreción del plan de acción que fuera comunicado a los productores hace 10 días", enfatizó, dando a entender que es muy posible que se presente en concurso de acreedores en los próximos días.
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