La decisión del gobierno de la provincia de Buenos Aires de volver a postergar el plazo hasta el lunes para terminar de negociar con los bonistas la reprogramación del pago de USD 250 millones del BP21 extendió la incertidumbre entre los analistas, muchos de los cuales creen que todavía existe la posibilidad de poder acordar con los acreedores y allanar el camino hacia la reestructuración de la deuda nacional. “Imagino que si extendieron el plazo es porque tienen alguna expectativa de poder llegar. Si no, no tendría sentido. Si no llegan, la van a tener muy difícil porque van a tener que elegir entre defaultear o pagar”, manifestó el economista Miguel Kiguel, al ser consultado por Infobae.
Son pocos los que creen que existe la posibilidad de una cesación de pagos. La mayoría de los economistas considera que sería muy costoso para el país y que si no se alcanza el 75% de adhesión de los acreedores, la última opción sería pagar. Fuentes cercanas al gobernador Axel Kicillof dejaron trascender que no es la idea defautear, por lo que esperan, llegado el caso de no obtener el aval de los acreedores, contar con una ayuda o de Nación o de algún organismo, como podría ser el Banco Provincia.
Bajo esta hipótesis, la pregunta que surge es si esta situación beneficiará o no la estrategia que está llevando a cabo el ministro de Economía, Martín Guzmán, que ya fijó el cronograma para presentar una oferta a los acreedores en marzo. “No sé de qué manera, pero se va a evitar el default. A nadie le conviene que la provincia deje de pagar”, aseguró el economista de Quantum, Fernando Baer. Sobre el impacto en la negociación de la deuda nacional, el analista aseguró que “ayudaría, ya que reforzaría la voluntad de pago”, en un contexto en el que los plazos están fijados y los tiempos son escasos.
Si la provincia paga, habría una pérdida de reputación relativa porque todo lo que se vino diciendo es que no hay posibilidad de salvar a la provincia porque ello complicaría la negociación general (Jorge Neyro).
“El cronograma planteado por Guzmán no va de la mano con un default bonaerense. Que se resuelva eso facilita el acuerdo nacional, ya que tiene sus plazos fijados. Las conversaciones tienen que ser lo suficientemente rápidas, lo cual si el Gobierno hace una oferta amigable, todo indica que se va a cerrar en los tiempos previstos”, afirmó Baer.
Por su parte, el economista de la consultora ACM, Jorge Neyro, afirmó que “si defaultease la provincia más grande, no sería el mejor escenario”, pero “si los pasos de Guzmán son correctos y puede llegar a una buena negociación, eso puede quedar como una anécdota. Si eso no ocurre, tanto mejor porque muestra cierta capacidad de acordar con los acreedores externos. Pero no es determinante para la negociación que todavía no empezó”. Sobre la opción de que se pague el vencimiento de la provincia, “habría una pérdida de reputación relativa porque todo lo que se vino diciendo es que no hay posibilidad de salvar a la provincia porque ello complicaría la negociación general”, enfatizó, aunque destacó que si el dinero llegara de otros actores del mercado, el efecto sobre la reestructuración de la deuda nacional sería “neutro y hasta positivo".
“Lo lógico es que pague. Lo otro sería ilógico, con o sin asistencia de la Nación. Sería demasiado costoso y riesgoso que la provincia entre en default. Igualmente, todo esto ya tuvo y tiene un costo. Por eso creo que en parte la acelerada de Guzman con el FMI y el cronograma de deuda es una forma de diferenciarse del estilo de negociación que encaro la provincia”, consideró Gabriel Caamaño, de EcoLedesma.
Gabriel Rubinstein, por su parte, coincidió en que con la presentación del cronograma que hizo el Ministerio de Economía muestra mejor voluntad, que va a haber bancos asesores y que si bien es muy duro en términos del poco tiempo que hay para presentar una oferta y negociar, es un avance. “Lo veo como positivo. Quizá los acreedores de Buenos Aires lo vean así y se llegue al 75% necesario para que no entre en default. Pero si no se logra, creo que no lo van a pagar y vamos a convivir con esa cesación de pagos hasta que se renegocie la deuda nacional y se vea cómo se arregla”, consideró.
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