“Yo les decía a mis funcionarios, ‘cuidado, nos vamos a ir a la mierda’ y ellos me decían, ‘tranquilo’”, aseguró el ex presidente Mauricio Macri hace pocos días junto a un grupo de referentes y militantes del PRO en Villa La Angostura, donde hizo un balance sobre la última etapa de su gobierno. Fue su primera aparición pública luego de dejar el poder en diciembre.
A Macri se lo vio distendido y de sport, suéter gris y zapatillas sin medias. Su frase se viralizó por WhatsApp entre su ex funcionarios y hubo insultos frente a las pantallas iluminadas de los smartphones –siempre por lo bajo y en privado, claro– por su resumen sobre lo que pasaba en el principal despacho de la Casa Rosada cuando él planteaba recaudos sobre el creciente nivel de endeudamiento del país.
“Yo siempre les decía a todos, ‘cuidado, que yo conozco los mercados, que un día no te dan más plata y nos vamos a la mierda’”, se lamentó unos día antes de ser nombrado presidente de la Fundación FIFA y generar otra polémica con fuertes críticas de Marcelo Tinelli, la AFA, la Superliga y los presidente de Boca y River, Jorge Ameal y Rodolfo D’Onofrio, entre varios otros.
¿A quiénes se refería el ex Presidente? Casi ninguno de los que fueron sus funcionarios quiso hablar on the record, pero sí ensanchan la grieta cuando se les asegura reserva de nombre. Ahí se despachan a gusto y aflora el encono entre todos. Que parte del mejor equipo de los últimos 50 años, como el propio Macri lo definió allá por 2015, se fuera del gobierno con devaluación, crisis, endeudamiento extremo e indicadores muy malos –como pobreza en más de 30% e inflación que terminó en casi 54% en 2019– no resulta gratis y es algo lejos de estar resuelto entre los protagonistas de esa administración. Cada uno cree que los culpables estuvieron cerca, en muchos casos en despachos vecinos.
En el centro de los dardos quedaron por razones obvias los tres ministros de Hacienda que tuvo Macri, Alfonso Prat Gay, Nicolás Dujovne y Hernán Lacunza. También otros funcionarios de peso como Luis “Toto” Caputo, secretario y ministro de Finanzas y luego presidente del Banco Central, y Federico Sturzenegger, el primer titular de la autoridad monetaria en la gestión Cambiemos. Muy rápido en esa grieta asoma el grupo de los “don’t worry be happy”, como definió Carlos Melconian a quienes antes de asumir y en los primeros meses de gobierno le decían a Macri que sea feliz que todo iba a ir bien. ¿Apuntó a ellos Macri? Algunos allegados deslizaron esta semana que fue una charla privada y que no sabía que lo estaban grabando. Poco probable en tiempos en los que todo queda registrado en formato digital y mucho más en el caso de la palabra de un ex presidente que acaba de dejar el poder.
“Re Mauricio”
“Esa frase es re de Mauricio; es un Mauricio auténtico”, resumió un ex funcionario del ala política del gobierno que se fue en diciembre. “Hay un tema psicológico de Macri que suele aflorar en estos espacios más reservados”, asegura otro, una segunda línea económica. “Para mí, le está hablando a Caputo, pero es raro porque son amigos y jugaron al padel el fin de semana en Cumelén. Parece que quisiera lavar culpas políticas propias, cuando todos sabemos que la última palabra siempre fue suya. La autocrítica siempre fue un tema...”, reconoce esta última fuente.
En resumen, los dardos apuntan, según con quién se hable, a la primera parte de la gestión con un Prat Gay “laxo desde lo fiscal” y ejecutor del gradualismo, con Sturzenegger duro desde lo monetario y con Caputo al frente del endeudamiento; y están los que creen que Dujovne se equivocó, sobre todo con sus criterios fiscales extremos que le marcaron su convicción y los acuerdos de último momento con el FMI. El ala política de Cambiemos sigue sin perdonarle a “Nico” haber convencido a Macri de que ese era el camino y de una parte del impacto en el resultado electoral que eso produjo. Ninguno de los protagonistas respondió los llamados de Infobae.
El que parece haber “zafado” de los dardos es Lacunza, el último ministro, quien está de vacaciones con su familia. “Él tampoco tiene claro a quiénes se apunta, pero está claro que para nosotros, que fuimos los encargados de estacionar el barco, no fue”, afirmaron en su entorno.
Cerca de Dujovne, en tanto, miran para atrás y creen que Prat Gay y Caputo confiaron demasiado en que los dólares iban a llegar. Relatan que cuando se cerraron los mercados para la Argentina, Caputo corrió a decirle a Macri que había que ir al Fondo y que Dujovne no estaba de acuerdo con hacerlo tan rápido. “Federico no participó tanto en esa discusión fina. Y a ‘Toto’ lo premiaron, primero como ministro y luego con el Central. Cuando Dujovne tomó el control de Finanzas, la crisis ya estaba desatada”, recuerdan hoy desde la autoridad monetaria.
“En el video no menciona al equipo económico sino a todos. Pienso que refleja la íntima convicción del [ex] presidente de la necesidad de tener un presupuesto equilibrado. Su gestión hizo un gran ajuste. El gasto público consolidado bajo 7 puntos del producto. Es inédito en el país. Y sin reformas estructurales profundas. Creo que él debe rescatar, como señaló en su discurso de despedida del 6 de diciembre, los logros económicos de su gestión, que fueron importantes, y la herencia crítica que recibió. En cualquier caso, no sentí que esa declaración lo involucrarse al [ex] ministro Dujovne”, aseguró desde EEUU Sebastián Galiani, quien fue secretario de Programación Económica de Dujovne. Galiani renunció a su cargo en abril y se fue en agosto para regresar a dar clases a Maryland, donde vive con su familia.
Jefatura, también
Marcos Peña, el cuestionado ex jefe de Gabinete, no queda excluido de la disputa. “Mucho del error fiscal del primer año de gobierno lo ejecutó Alfonso, pero gran parte de esas ideas salieron de Jefatura, más allá de la obvia tensión entre ambos”, explica otro ex funcionario del área política.
“Sturzenegger y Prat Gay lo criticaron mucho a Macri una vez que salieron del gobierno. Caputo le renunció con un desplante y a Quintana lo sacaron cuando se dio cuenta de que había cometido muchos errores. Ellos que lo critican son los que le decían ‘don’t worry’, como contó Melconian en su libro Cantar la justa. Igual, esa declaración a quien más afecta es al mismo Macri”, aseguran cerca de Dujovne.
En ese contexto aparecen también las figuras de Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, vicejefes de gabinete de Peña, con mucho poder al comienzo del mandato e integrantes de la mesas chica económica junto al propio Macri y la dupla Caputo-Dujovne, quienes salieron del gobierno luego de la crisis de septiembre de 2018, cuando se achicó el número de ministerios. Lopetegui volvió como secretario de Energía; Quintana, nunca regresó. Los que defienden a Peña aseguran que estaba a cargo, pero que es un politólogo que comunicaba las medidas, no las diseñaba. Para eso, dicen, estaban sus vices, sobre todo Quintana. “Marcos decidía; y Marcos era Macri”, recuerdan los que creen que Peña representaba y ejecutaba el pensamiento del ex mandatario.
Yo siempre les decía a todos, cuidado, que yo conozco los mercados, que un día no te dan más plata y nos vamos a la mierda (Macri)
Desde el Central rememoran una vieja grieta de Cambiemos, quizás la primera. La interna entre Sturzenegger y Prat Gay, educada y solapada, pero muy fuerte. Ambos, incluso hasta hoy, se adjudican haber sacado a la Argentina del cepo. Además, Sturzenegger nunca digirió que el ministro anunciara metas de inflación casi unilateralmente, en enero de 2016, con un casi imposible target del 25% para ese año. Y los funcionarios de carrera del BCRA nunca se olvidarán de que Caputo llegó como el “Messi de los mercados” –frase que algunos, maliciosos, le atribuyen a él mismo–, que decía que si él estaba sentado en el Central el dólar no se iba a escapar, y que duró tres meses en el cargo.
La frase de Macri rebota aún en cafés y chats de WhatsApps y, sobre todo, Telegram, el mensajero digital que eligen muchos miembros ex funcionarios de Cambiemos. Fue fuerte, dejó varios “heridos” y mil versiones sobre cómo se llegó a la crisis económica que terminó con el ex presidente, que ahora promete trabajar para volver, fuera de la Casa Rosada.
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