El stock de plazos fijos UVA se disparó casi $11.000 millones en un mes, de la mano de la falta de opciones de ahorro e inversión que generaron las trabas cambiarias y la baja de las tasas en pesos. La tendencia además gozó de un segundo empujón de parte del Banco Central, que a mediados de este mes cambió la norma que los regula para permitir que se puedan precancelar luego de los 30 días. Hasta ese momento, sólo se podían pactar a períodos de 3 meses como mínimo. El mecanismo de indexación que garantiza que los ahorros sigan a los precios, con todo, no rinde tanto si se retira el dinero antes de cumplir los 90 días pautados. Y recién representa el 2,46% de los depósitos.
El stock de depósitos en plazos fijos ajustados por UVA pasó de $22.886 millones a $33.645 millones en un mes para alcanzar así su máximo nominal histórico desde que esta vía de ahorro se hizo posible en el año 2016.
Es un récord nominal porque no tiene en cuenta el efecto de la inflación. Si se calcula el valor de los depósitos indexados por inflación con su máximo nominal previo, en mayo del año pasado, se ve que mientras que los $32.129 millones de entonces equivalían a 902 millones de UVA en ese momento, el stock actual de esa clase de colocaciones equivale a 692 millones de UVA. Precisamente, el valor de la UVA pasó en ese período de $35,59 a $48,59, un 36%, como resultado del efecto de la inflación en el índice.
Con todo, el repunte en las depósitos UVA es significativo respecto del nivel que mostraba el stock hace pocas semanas. La suba es del 47% si se la mide en pesos y del 40,7% si se la calcula en UVA.
Los depósitos ajustados por esa especie de moneda indexada que son los UVA crecen tanto por estímulos como por la vía coercitiva. Entre los estímulos estuvo la decisión del Banco Central de pedirle a los bancos que los impulsen y, al mismo tiempo, la regulación que permitió hacerlos precancelables. Hasta hace poco, en los bancos no lograban atraer a los inversores minoristas acostumbrados a poner sus ahorros a no más de 30 días.
El 16 de enero pasado la entidad conducida por Miguel Pesce publicó una comunicación que mantiene el plazo mínimo de 90 días para los plazos fijos indexados pero agrega la posibilidad de retirar el dinero en cualquier momento pasados los 30 días. Claro que, en caso de que los ahorristas opten por desarmar sus tenencias antes del vencimiento del plazo fijo, en lugar de llevarse el rendimiento del índice UVA el banco sólo tendrá que pagarles una tasa en pesos prefijada, la “la tasa de interés de salida anticipada” (está en torno al 35%).
De esa manera, el dinero pasa a estar disponible para enfrentar una emergencia, pero en términos financieros no conviene para nada retirar antes del vencimiento del plazo fijo UVA.
Como estímulo extra, además, el BCRA reguló que estos plazos fijos indexados deberán pagar una tasa de interés de no menos del 1% por encima de lo que varíe la UVA.
Pero además de estimularlos, las normativas cambiarias y decisiones monetarias están desincentivando a las alternativas. La compra de dólares está limitada a USD 200 mensuales para atesoramiento. A eso se le suma que por esos dólares hay que pagar un 30% de recargo por el Impuesto PAIS. Y, como si todo eso fuera poco, por último la baja acelerada de tasas que propició Pesce hizo que los plazos fijos tradicionales empiecen a perder y por mucho frente a la inflación.
En los bancos, el impulso a los depósitos indexados por UVA es una buena noticia. En principio implica la confirmación de que el nuevo Gobierno no tiene en mente salir a destrozar ese mecanismo de indexación que durante el Gobierno de Mauricio Macri fue promocionado como la vía para endeudarse a largo plazo, por ejemplo, para la compra de viviendas. Si el BCRA impulsa que se fondeen a costo UVA, ello implica que tarde o temprano van a poder prestar a costo UVA, ya sea con créditos hipotecarios u otros.
“Es bueno como mecanismo para empezar con el ahorro en pesos. Pesce lo tenía en la cabeza desde antes de asumir. Es lo único que podría reconstruir un ahorro en moneda local. Pero antes el plazo mínimo era más largo. Con Leliq en baja, si los plazos fijos resultan un éxito la presión es a dar más créditos buscando mejores tasas activas”, dijeron desde un banco. “Eso sí, no esperamos una explosión”, agregó.
Es bueno como mecanismo para empezar con el ahorro en pesos. Pesce lo tenía en la cabeza desde antes de asumir. Es lo único que podría reconstruir un ahorro en moneda local. Pero antes el plazo mínimo era más largo
Ayer el BCRA decidió una solución lo más salomónica posible para los créditos hipotecarios UVA, que tienen la oposición de una parte de los que tomaron esos préstamos durante el Gobierno de Mauricio Macri y vieron como el valor de sus cuotas se disparaba de la mano de la explosión de la inflación en 2018 y 2019. La solución amortigua los aumentos de las cuotas pero no “rompe” el mecanismo de indexación. Ese es otro motivo de festejo para los bancos.
Para Pesce, mientras tanto, es una forma de mostrar que al menos existe una vía de acceso a la “tasa real positiva” –una tasa suficiente como para ganarle a la inflación esperada– en medio de su política de tasas bajas. Al 27 de enero la tasa promedio de plazos fijos minoristas tradicionales había caído a 32,4% anual. Eso, en términos mensuales, supone un rendimiento del 2,6% que corre muy de atrás a expectativas de inflación que para este mes rondan el 3,5%. Son tasas que garantizan perder frente a los precios. La UVA le permite mostrar que, al menos, existe una vía de
Sin embargo, el fondeo UVA todavía es marginal para los bancos. Los algo más de $33.000 millones que familias y empresas depositaron en plazos fijos indexados comparan con más de $1,3 billón de depósitos a plazo fijo tradicionales. Es decir que los UVA son el 2,46% de lo que representan los plazos fijos a 30 días y a tasa fija.
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