El rumor tiene algunos días y generó mucha preocupación en la industria del calzado, un sector golpeado en los últimos años, con una caída de 10% en octubre, según el Indec (para el rubro “Textil y calzado”). Nike Argentina, la subsidiaria local de la empresa estadounidense líder en indumentaria deportiva, con presencia propia en el país desde hace más de dos décadas, analiza irse del país en medio de un contexto de reforma global de su modelo de negocios impactado también en la Argentina por la crisis de los últimos dos años y las nuevas complicaciones para su esquema de importación de productos que impuso este Gobierno con el regreso de la licencias no automáticas.
La empresa, desde donde reconocen las versiones sobre su salida, no quiso comentar oficialmente el tema con Infobae. Con todo, este medio pudo saber de fuentes calificadas que aunque la Nike se vaya del país como subsidiaria, mantendrá la presencia de marca y la venta de sus productos por medio de terceros. Podrían ser uno o más licenciatarios –como lo fue Alpargatas en los ‘90– que se encargarían de la logística, importación y distribución de la marca de la pipa. También de los empleados y los locales propios. Aún no hay nombres definidos y otra duda a despejar es si esta empresa licenciataria sería argentina o extranjera.
Dejaron Boca y no es un tema menor, más allá de la estrategia. Es una marca que arrastra y yo creo que es una señal preocupante (Amicone)
Todo se da en un contexto en el que la marca es noticia en las últimas semana porque su rival, Adidas, la desplazó del contrato de indumentaria con Boca Juniors. No son pocos los protagonistas de esta industria que creen que esa decisión de dejar un activo de marketing tan significativo y poderoso dice mucho sobre la estrategia de la compañía. En el mundo, el panorama es otro para Nike, con un gran crecimiento en EEUU y China, con su acción en máximos históricos y un valor de mercado de casi USD 160.000 millones.
Plan global
Desde el sector aseguran que la casa central de la icónica marca deportiva, en Oregon, EEUU, no estaría del todo conforme con la rentabilidad de la marca en el país. “Pero no van a dejar de aprovechar los 7 millones de pares de zapatillas que venden por año. Para el consumidor las cosas no van a cambiar, pero la empresa como tal se está yendo”, dijeron a este sitio fuentes de la industria del calzado.
La compañía podría aplicar la misma estrategia, si finalmente es exitosa, en otros países de la región en los que tiene presencia directa. Si el modelo funciona, aseguran allegados, podría ser el camino para otros mercados más grandes, como México y Rusia.
“La mayoría de la producción de calzado de Nike no se hace en la Argentina sino en Asia, por desarrollo y costos. El modelo es sólo de ensamble, se pegan dos partes. Los productos dicen ‘industria argentina’, pero local es sólo la caja, ni siquiera aparecen los talles de acá”, aseguró Hugo Álvarez, presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (Caipic), quien detalló que el país importa por año unos 25 millones de pares, de los que un 79% es calzado deportivo en toda sus gamas, desde botines hasta running. “Hace cinco años fabricábamos 125 millones de pares y hoy no más de 80 millones”, enumera.
La salida es un proceso que ya empezó: tiene menos clientes y la importación bajó
La incertidumbre que produce la falta de definición sobre quién podría operar la marca, si la subsidiaria abandona el país, dificulta la sustentabilidad de la producción. El año productivo se define por estos días ya que el tiempo de fabricación demora entre seis y nueve meses y al no haber definiciones, hay inestabilidad y nerviosismo en la industria.
“Nike creció gracias a las licencias para importación, desde 2006 en adelante. De esa manera ganaron participación de mercado, pero ahora necesitan mucho capital de trabajo en dólares para sostenerlo. Hay que ver quién puede ser licenciatario de ese negocio en medio de una política industrial que está cambiando. Ellos no quieren fabricar, quieren importar. La salida es un proceso que ya empezó: tiene menos clientes y la importación bajó”, explicó otro ejecutivo del mercado.
Fábrica en Misiones
En octubre pasado se conoció la noticia de que una de las principales fábricas proveedoras locales de Nike planeaba despedir a 400 trabajadores. Era la planta que el grupo brasileño Dass tiene en Eldorado, en Misiones. Si bien el ministerio de Trabajo provincial dictó la conciliación obligatoria, finalmente algunos trabajadores optaron por el retiro voluntario y quedaron unos 330 trabajadores de un total de 600. Suola es el otro fabricante de calzado local, con una planta en Villa Soldati.
“Dejaron Boca y no es un tema menor, más allá de la estrategia. Es una marca que arrastra y yo creo que es una señal preocupante. Estamos pidiendo reuniones desde hace unos días con la marca y los fabricantes, pero todavía no atienden. Hay preocupación. Las señales parecen claras, si bien ellos nunca estuvieron presentes en el país como fabricantes. También vamos a hablar con el Gobierno que con las últimas medidas complicaron el esquema de importación. Los rumores están”, asegura Agustín Amicone, secretario General del Sindicato del Calzado (Uticra).
En medio de un contexto global de cambios, Nike analiza cómo serán sus próximos pasos en el país. Desde el sector gremial aseguran que hay pedidos de zapatillas hasta junio. Y nada más.
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